Una Iglesia católica cercana
La llegada del Papa Francisco al Vaticano marcó un antes y un después en el seno de la Iglesia Católica. En esa línea se enmarca la última decisión, calificada ya como histórica. El Pontífice ha establecido en un documento sobre la reforma del proceso en el Código de Derecho Canónico para las causas de nulidad matrimonial, que el proceso sea gratuito y más rápido.
La reforma, que entrará en vigor el próximo 8 de diciembre, determina la celeridad, al depender de una sola sentencia, no de dos tribunales como sucedía antes, además realizarse con trámites más simples. La doctrina no rompe con la indisolubilidad del matrimonio que establece esta religión, sino que abre la puerta a que salgan personas que se casan por la Iglesia, pero “sin conocerla suficientemente”.
La cercanía del nuevo sucesor de San Pedro se vuelve a reflejar en esta reforma, además de la reciente decisión de permitir la absolución a mujeres del pecado de abortar, pero además, se puede palpar en otros asuntos de actualidad, como en la reacción a la grave crisis de refugiados que sufre Europa, en la que instó a las diócesis a dar cobijo a estas personas, familias enteras, que huyen de la guerra. Desde Jaén no se ha tardado en coger el guante y desde el Obispado, a través de Cáritas Diocesana, se ha puesto en marcha todo el engranaje para consensuar un dispositivo de acogida. Por ahora, se trabaja para establecer un inventario de inmuebles en los que poder dar un digno alojamiento, con la propuesta de que se acoja a, al menos, a una familia en casa sede parroquial. Las instituciones marchan a un ritmo diferente al de la sociedad, desacompasado y, a menudo, demasiado a remolque. Ahora, la Iglesia católica despierta con un líder con los pies en la tierra.