Una granja con hilo musical para los cerdos

Los ganaderos de la provincia saben que, con los tiempos que corren, no siempre resulta fácil mantener sus negocios a flote. Los criadores encuentran cómo los costes de producción se encarecen y, como consecuencia, los beneficios son menores. A veces, tienen que pensarse bien si les resulta rentable seguir en el sector. Al final, la mayoría tiene claro que lleva demasiado tiempo dedicado a los animales y es que, en ocasiones, la trayectoria se remonta a varias generaciones. Por tanto, lo único que les que queda es 'resistir'.

    13 mar 2012 / 18:44 H.

     Eso sí, hay casos en los que el ganadero piensa cómo, en momentos de crisis, pueden evolucionar, incorporar la última tecnología en sus instalaciones y, en definitiva, hacerse más competitivos.
    Un buen ejemplo se puede localizar en la provincia. Y en concreto, en una explotación ubicada en Miraelrío, una pedanía de Vilches de unos trescientos habitantes. Allí, en una zona que destaca por la producción de ganado porcino, se halla la granja de dos hermanos, Francisco y Eduardo Momblanc Pérez, de treinta y dos y treinta y seis años, respectivamente. La historia de ambos ganaderos es la de la superación continua y los avances en un ámbito al que le cuesta “regenerarse”. “Mi padre, Eduardo Momblanc, fundó el negocio en 1980, con unas pocas cerdas (una cerda corresponde a veinticinco animales aproximadamente al año), gracias a un terreno que le dejó mi abuelo”, explica el menor de los hermanos, que apunta que, poco a poco, se construyó una nave, hubo ampliaciones y se terminó de montar este mismo año. El cambio fue tan drástico que, en la actualidad, cuentan con unos 5.000 cerdos que, además, viven como si estuvieran “en el paraíso”. Y con la tecnología, también estos emprendedores consiguieron que su trabajo fuera menos dificultoso, más cómodo y mucho más rápido.
    “Procuramos que los animales estén lo más curiosos posibles y que estén, sobre todo, a gusto”, comenta. Y, para ello, qué mejor que los cochinos cuenten con hilo musical en la granja y vivan “animados” al ritmo de la música que más suena en Canal Fiesta Radio cada día. Y a la vez, ambos ganaderos, junto con el trabajador con el que cuentan, Andrés Jesús Ruiz, realizan su trabajo entretenidos. “Hemos demostrado que la ganadería puede ser innovadora pero es que, además, es la única forma en la que te puedes mantener”, señala.
    No solo con música pasan  sus días, hasta que se ponen “grandes” para ir al matadero, los cerdos. En la granja de Miraelrío, los hermanos Momblanc cuentan con sistemas automáticos para dar de comer a los animales. “Si tuviéramos que repartir pienso a mano a todos, no acabaríamos nunca, por eso, a la hora de comer, el 99 por ciento es automático”, dice. “Nuestro trabajo, de lunes a domingo, va de cinco y media de la mañana a dos y media de la tarde, y de cuatro a ocho y media de la tarde. Sobre todo, revisamos que los animales estén bien, apañamos a las cerdas paridas, realizamos la inseminación artificial, ya que tenemos nuestro propio laboratorio, vemos si hay alguna avería que arreglar y nos aseguramos de que todo esté bien limpio”, explica. “De hecho, todo el que viene se queda sorprendido, porque piensa que va a encontrar, como se ve en las películas, a un granjero con su pala, su sombrero y los animales sueltos. Pero no, los cerdos están en sus habitaciones, separados por grupos de edad, y aislados para que no pasen ni frío ni calor. También cuentan con un sistema de iluminación novedoso, que hace que la granja de noche se vea lo mismo que de día”, especifica Francisco Momblanc.
    En esta especie de “hotel de cinco estrellas”, donde se pretende que los cerdos tengan una buena calidad de vida, no podía faltar el aire condicionado y la calefacción. “Cuando nacen, suelen tener su calefacción entre 28 y 29 grados, porque es lo más conveniente”, dice. “Al principio teníamos un sistema de calefacción con gasoil, pero era tan caro que lo cambiamos por otro, además, más beneficioso, que lleva huesos de aceituna, y durante este invierno hemos notado que nos ahorramos bastante dinero”, comenta este emprendedor, natural de otra pedanía vilcheña, la de Guadalén. Como concluye Momblanc, ofrecer un servicio de calidad al cliente e incluir la última tecnología es posible, también, en el sector de la ganadería. Silvia Ruiz Díaz /Jaén