Una gira internacional que satisface los objetivos del Gobierno
El difícil camino hacia la paz en Oriente Próximo es duro, pero no imposible. En esa firme convicción se manifestó claramente esta semana el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, en una significativa gira internacional previa al comienzo del nuevo año, cuando España coja el timón y se haga cargo durante seis meses de la Presidencia de la Unión Europea. Nuestro país y Estados Unidos han mostrado su interés en mantener una “coordinación más intensa” para buscar la paz en la zona, uno de los puntos de encuentro que sirven para mejorar la relación bilateral entre ambos países.
Los expertos aseguran que el panorama ha cambiado y es en este nuevo escenario en el que hay que apoyar de manera firme el esfuerzo de todos los actores para alcanzar ese ansiado fin de la violencia. En el transcurso de la gira de Zapatero se puso sobre la mesa el papel fundamental de la Administración estadounidense de Barack Obama, hasta el punto de que señaló que es ella la que tiene la llave de la paz. El conflicto árabe-israelí no se solucionará en dos días, porque no se puede cerrar de la noche a la mañana una herida abierta que lleva sangrando en la región desde hace sesenta años, pero sí hay que ser realistas y luchar, cada uno desde su pequeño o gran papel en el panorama internacional, porque unos y otros están condenados a entenderse. También es relevante la situación de países del entorno, decididos también a no entorpecer ese nuevo rumbo. La postura de España está clara y el compromiso inequívoco también. Es de esperar que las negociaciones se reactiven y lleguen a buen término. En esa coyuntura, el poder que ostentará el Gobierno español durante los primeros meses del año que viene en el seno de la Unión Europea puede ser fundamental, como todos esperan, o bien quedarse en una mera declaración de buenas intenciones.