Una fórmula perfecta

Cuando el dios de los sueños en la mitología griega, nuestro añorado Morfeo empieza a torearnos, es mejor no entrar al trapo porque lo único que conseguiremos es que la noche se haga interminable. Es mucho más provechoso y en bastantes casos, útil, buscar la manera de darle contenido a esas horas. La mejor y la que utilizaremos muchos es oír la radio. Y en éstas estaba cuando me encontré escuchando una interesantísima entrevista. El entrevistado debía responder si era más importante la actitud o la aptitud. Personalmente creo que la actitud es la disposición que te hace levantarte y salir en busca de aquello que quieres que forme parte de tu vida.

    30 oct 2015 / 12:20 H.

    Es el primer paso de la carrera en la que vas a participar conforme va a transcurriendo el tiempo. Si hablamos de aptitudes lo hacemos de capacidades. Y llegados a este punto se planteó tener que elegir cuál de las dos es más importante. Ninguna valdría nada por sí misma si no va acompañada de conocimientos, porque todo es cuestión de fórmulas. Es perfecto que se nos exija aprender y saber para que nuestras cualidades tengan sentido y sirvan de soporte a la sociedad de la que formamos parte y a la que estamos obligados a mejorar. La entrevistadora opina a continuación que también se puede añadir el compromiso. Indiscutiblemente, comprometerse a algo es llevarlo a buen puerto cueste lo que cueste. Comprometerse es tener para los demás la misma respuesta que tendríamos para nosotros mismos. El ingrediente que faltaba por añadir y fundamental para coronar con éxito nuestra escalada es la constancia. La que hizo que la admirada Marie Curie estuviera durante años en un penoso cobertizo y manejara toneladas de mineral hasta que consiguió aislar el radio. ¿Para qué? Para poder hacernos radiografías. ¡Quién nos lo diría! Quizá habíamos pensado que ver nuestro cuerpo por dentro es arte de magia. Lo mismo ocurre con todo aquello de lo que nos beneficiamos en cualquier aspecto de nuestra vida. Actitud, aptitud, conocimientos, compromiso y constancia, los componentes de una fórmula perfecta para mejorar nuestro mundo.
      Juana Garrido