Una familia "okupa" el cuartel de la Guardia Civil en Coto Ríos

No es un caso de desahucio, pero sí de falta de medios y antes que vivir debajo de un puente, Beatriz y Sergio, un joven matrimonio de Coto Ríos, de 26 y 27 años, respectivamente, optaron por “okupar” una de las viviendas de la casa-cuartel de la Guardia Civil del lugar, abandonada desde hace quince años y propiedad municipal de Santiago-Pontones.

    10 nov 2012 / 09:38 H.

    Pese a que conserva la estructura externa en buen estado, dentro del patrón tipo de las casas-cuartel que se construyeron a comienzos de los sesenta, por dentro, las viviendas presentan un alto grado de deterioro y da la sensación, no ya de que por allí pasó el caballo de Atila, sino toda la caballería rusticana y hasta el séptimo de Michigan y todas las tribus dakota. Tazas de retretes arrancadas, baños rotos, ventanas sin cristales, puertas desaparecidas... lo que se dice un lugar inhóspito, sin agua y sin electricidad, pero con un techo.
    Beatriz Montoro y su marido, Sergio Castillo, desde hace cuatro días, “okupan” una de las viviendas del cuartel porque no tienen un lugar donde cobijarse con sus hijas de 4 y 2 años.
    “Hasta ahora hemos vivido en la casa de una prima mía, pero necesita la vivienda y tuvimos que dejarla y nos encontramos en la calle, porque los dos estamos parados”, manifiesta Beatriz. El matrimonio se encontraba, ayer, pintando y acondicinando la vivienda “okupada”. Mientras tanto, a las hijas las cuida una tía de ella. “Las niñas no las puedo tener aquí porque esto no es lugar para ellas. Están con mi tía y yo voy a darles de comer, pero duermen allí. Cuando esto esté acondicionado nos las traeremos”, precisa Beatriz Montoro. El matrimonio estaba esperanzado en conseguir una de las viviendas de promoción pública que el Ayuntaniento de Santiago-Pontones tenía previstas, pero nunca se llegaron a construir. “Lo único que le pido al alcalde —subraya Beatriz— es que me dé autorización para enganchar la luz y el agua, porque aquí están cortadas. También quiero dejar claro que soy consciente de que esto no es mío, pero que no me echen porque deben de entender que en la calle no voy a estar. Ignacio Frías / Jaén Más información, hoy en la edición impresa de Diario JAEN