Una factura del hogar hinchada

Silvia Ruiz Díaz/Jaén
La factura doméstica llegó a hincharse, en los últimos años, como un globo. Llegó la subida de la luz y comenzó a inflarse. El agua se encareció, al igual que la energía térmica y la eléctrica, el butano, el combustible, la ropa, los alimentos y otros bienes básicos para el hogar.

    26 abr 2011 / 10:42 H.

    Fue tal la cantidad de ingredientes que se sumaron que, para los familias jiennenses, la factura llegó a engordar demasiado. En este sentido, una de las últimas noticias que hizo “estallar” a las organizaciones de consumidores fue la subida de los tipos de interés en 25 puntos básicos anunciada por el Banco Central Europeo y es que, según los cálculos, esto supondrá en el gasto del hogar un incremento de 255 euros por año para aquellos que tengan una hipoteca de 150.000 euros para 30 años, o si  es de 120.000 para 2 décadas, la subida llegará a los 190 euros. Para la Unión de Consumidores de España (UCE) este incremento solo conseguirá que exista un mayor número de impagos. A su juicio, el nivel de deuda de las economías domésticas, que alcanza los 957.000 millones de euros, se incrementará más en los próximos meses.
    Los hogares jiennenses, además, contemplaron, según los datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), lo caro que resulta ya encender unas bombillas. Como precisó, el precio de la electricidad sufrió un incremento del 18% en 2010 y de casi el 11% en el primer mes de 2011. Pero, por si fuera poco, desde 2008 este punto de la factura doméstica aumentó un 50%, o lo que es lo mismo, unos 235 euros más de media al año. “Mientras que las subidas del precio de la luz se suceden, los ciudadanos no perciben ninguna mejora en este servicio: ni mejor calidad, ni más competitividad, ni más transparencia en el sector eléctrico”, subrayó el colectivo a través de una nota, a la vez que mostró su inquietud porque el gas volvió a subir en un 6%, esto es, que habrá que sumar a la lista otros 30 euros. En este último gasto, destaca la TUR1, esto es, el consumo de agua caliente y de cocina, que aumenta un 3,3%, alrededor de 0,57 euros, y la TUR2, que cuenta también con la calefacción, que lo hace en más de un 4%. Controlar el gasto en una casa, además, puede resultar complicado si se mira el precio del combustible. Cualquier jiennense con vehículo se queda, cada vez que acude hasta una estación de servicio, perplejo ante lo que cuesta repostar. Según el Boletín Petrolero de la Unión Europea, al comenzar la Semana Santa echar gasolina al coche suponía un valor de 1,354 euros por cada litro, 2 céntimos más que en los días de la Pasión de 2010. El “mal dato” es que continúa su tendencia ascendente desde que arrancó 2011 y es que, si en pequeñas cantidades apenas se aprecia la crecida, sí que se nota al llenar por completo el “tanque” del coche. De hecho, por cada 55 litros, se desembolsan hasta 10 euros más.
    Por otro lado, las nuevas tecnologías trajeron otros gastos. Uno de ellos es el del teléfono. A parte de lo que pagan los adultos por hablar en un móvil, que es algo que varía según cada persona, destaca un estudio del Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación, en la que se revela que, solo los menores de 10 a 16 años, se gastan en hablar o mandar mensajes telefónicos unos 14 euros al mes.
    Junto a este conjunto de recibos, se encuentran el más básico: la alimentación que, según cifras del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, continuaron incrementándose. Tal es así, que la patata, un producto que no falta en las despensas familiares, se encareció en el último año un 12,19%. Después, le siguen por orden el salmón, las cebollas, los pimientos verdes, las lechugas y las sardinas. Frente al “engorde” de la factura doméstica, en cambio, los trabajadores jiennenses se encuentran, según los datos de la Agencia Tributaria, con los salarios más bajos de todo el país, lo que difícilmente les permitirá ahorrar en el hogar.
    Por su parte, desde la UCE lanzaron una serie de recomendaciones para afrontar el consumo doméstico. Llevar a la práctica las medidas adecuadas para ahorrar en combustible, buscar el supermercado o tienda de barrio con los precios más competitivos en cuanto a calidad y precio y comprar los equipos eficientes que lleven la “etiqueta energética” garantizarán que la crisis  doméstica sea mucho más llevadera.