Una espontánea fiesta con la que solo pudo al final la lluvia

El poder de las redes sociales en internet no tiene límite y por si a alguien le quedaba alguna duda, ayer se pudo comprobar una prueba más que evidente con la espontánea organización de la Fiesta de la Primavera en la capital, un auténtico éxito de convocatoria que sólo se vio aguado al principio de la noche cuando la lluvia hizo acto de presencia.

    26 mar 2010 / 16:23 H.

    El aguacero provocó que poco a poco se fueran dispersando, aunque algunos valientes se quedaron más tiempo cobijados bajo paraguas. La cuestión es que, finalmente, fueron miles los jóvenes se concentraron en las instalaciones del recinto ferial desde primerísima hora de la tarde, prácticamente a partir de las tres, después de una mañana especialmente desapacible que puso en duda en algunos momentos que la cita pudiese llegar a celebrarse. Ríos de chicos y chicas bajaban camino del punto de encuentro, por la avenida de Granada, en una auténtica procesión de jóvenes dispuestos a pasárselo bien sin necesidad de que las autoridades planteen actividades alternativas, como en la edición del año pasado. El macrobotellón fue una realidad y, aunque no era una convocatoria oficial, desde la administración local se puso en marcha un amplio dispositivo tanto policial como de seguridad y de salud para resolver cualquier complicación derivada, fundamentalmente,  de semejante aglomeración de personas. También desde la subdelegación del Gobierno se activaron los controles habituales en estos casos, ante un evento que en cualquier momento podía irse de las manos. La moraleja del asunto es que este colectivo se encuentra realmente fuera del interés general de las administraciones, que no plantean para ellos actividades que les resulten atractivas y, si lo hacen, como el ocurrió el año pasado, no tienen suficiente imán para ellos. Quizá sería un buen punto de inflexión para tenerlos en cuenta a la hora de diseñar programas de actividades en adelante.