Una esperanza segura

Desde Jaén. El hombre de nuestro tiempo necesita esperanza; poder alimentar sus sueños, sus ideales, con la garantía  de que pueden cumplirse, de que no están abocados a caer en el vacío, en el sinsentido. Necesita creer que será rescatado de su angustia, de su desaliento, y hallará la felicidad en el amor, la paz, la alegría y la justicia; que encontrará su salvación más allá de las penurias de este  mundo, en un lugar “más allá de las estrellas”.

    08 dic 2012 / 10:19 H.

    Para ello fue creado, y su corazón está inquieto hasta alcanzar este auténtico “estado de bienestar”. Este tiempo de Adviento, es un tiempo de espera, de confianza, de ilusión en el Señor que viene y que trae con él esa salvación tan deseada. El Señor, que nos acompaña cada día de nuestra vida; que camina junto a nosotros en  el dolor, el abatimiento, en las dificultades y dudas cotidianas; que nos aguarda en cada niño que nace, en cada pareja que se promete sincero amor eterno, en los ojos cansados y nublados del anciano; que  nos aguarda en el pobre y desvalido; en todo aquel que lucha por un mundo más habitable; en el limpio de corazón. Cristo viene para ser el motor de nuestra vida, cualesquiera que sean sus circunstancias, y para conducirla a la eterna bienaventuranza.
    Concepción Agustino Rueda