Una despensa natural que debe tener más aprovechamiento

El patrimonio natural de la provincia, aún desconocido para buena parte de los jiennenses, es en la actualidad reclamo efectivo para el turismo interior y una fuente de trabajo no desdeñable en los parques de la provincia. Este recurso que vuelve a ser foco del incentivo y de la planificación pública para frenar cierto anquilosamiento en esta específica oferta turística tiene, también, otra vertiente que pasa, igualmente,  inadvertida. Sirva de ejemplo la repoblación en la Península Ibérica del lince. Esta bandera proteccionista, a la que se dedican importantes esfuerzos económicos y que, por otro lado, algunos científicos consideran desmedidos, tiene en Jaén un eslabón fundamental. Tan básico que el centro de cría en cautividad del lince en Santa Elena es el eje sobre el que pivota la reintroducción de esta especie en otras zonas de la Península. Este trabajo, sin embargo, parece que no es suficientemente valorado o, al menos, no tiene la repercusión promocional que requiere. En esto, también, Jaén parece que está en el papel de invitada. Sin embargo, su función es elemental y sirva, en este sentido, un dato: de los dieciséis linces que se trasladarán a Portugal dentro del programa de repoblación, doce son ejemplares de Sierra Morena. Y buena parte de los ejemplares que integran los centros de cría de Doñana y Jerez tienen denominación de origen en Jaén. Sin embargo, este papel pasa casi desapercibido en la promoción de estos programas en los medios nacionales y el rédito promocional se lo llevan otros con el beneplácito político de turno. Cabe, por lo tanto, que estos valores únicos tengan también el suficiente respaldo público para situar a la provincia como lo que es, una verdadera despensa natural. Las maneras de discriminar o desdeñar a la provincia son variadas y esta es una más. ¿Qué tiene que hacer la provincia para que este proyecto se dirija desde aquí?

    08 nov 2009 / 10:50 H.