Una denuncia

José Luis Carrillo Cano desde Alcalá La Real. Quiero contar mi experiencia con mi dentista de Alcalá la Real. Hace varios años me acerqué a su consulta, quería arreglarme la boca, me faltaban unas cuantas muelas. El doctor me propuso ponerme unas coronas dentales, me dijo que eso iba muy bien y era para toda la vida.

    19 nov 2012 / 11:21 H.

    Tonto de mí que lo creí y accedí a ponérmelas. Tenía un diente que estaba reconstruido y le comenté que no me lo dejase debajo de las coronas porque daría problemas. Él me contestó que no habría problema ya que cuando molestara o doliera se quitaba y punto. También lo creí y accedí de nuevo. Bueno, pues antes de un año empezaron los problemas con una de las coronas que me puso encima del diente reconstruido. Empecé a tener dolores fuertes, sentía quemazón. Debido a todo esto me acerqué a la consulta del doctor para comentárselo y me dijo que no tenía nada. Me mandó Ibuprofeno de 600 durante 7 u 8 días, pues así me tuvo 4 o 5 años. Siempre que accedía a la consulta me decía lo mismo y el dolor era cada vez más fuerte e iba agravándose ya que escupía sangre. Me acerco de nuevo a la consulta y le pido que por favor me quite el diente, que no podía aguantar el dolor, y que me había mareado en el trabajo. Cuál fue su respuesta que me dijo que él no me quita ningún diente, que eso lo decide él y que si me he mareado que acudiera a mi médico de cabecera. Pues acudí más de 20 veces a la consulta de este doctor y a la de otros dentistas, incluido el de la Seguridad Social y al maxilofacial de Granada. Todos me decían lo mismo, que fuera a quien me puso las coronas y me quitara el diente. Bueno, al cabo de cinco largos años de tortura y dolor infernal, el señor doctor se decide a cortar el puente y extraer ese diente, pero ya fue demasiado tarde. La infección se había extendido a otras piezas y me había dañado las encías y nervios periféricos. En la actualidad me encuentro con un dolor infernal las 24 horas del día y sin piezas dentales. Tengo dolor de tipo neurológico que no responde a medicación. No puedo comer, tengo una depresión de caballo, mi vida se ha convertido en un infierno del sillón a la cama y de la cama al sillón. Todo esto por un doctor sin escrúpulos, dominante y sinvergüenza. Quiero dejar clara una cosa, que si un doctor no está capacitado para ejercer su profesión con responsabilidad, que se dedique a otra cosa, pero por favor no le complique la vida a nadie más. Quiero hacerlo público para que este caso tan atroz sirva para ayudar a otras personas y no les pase lo mismo que a mí. Gracias a los lectores por escucharme y ojalá que mi caso sea el último y nadie más tenga que vivir lo que yo.