Una decisión de Bruselas complicada y difícil de entender

A veces da la impresión de que cuando los asuntos de un marcado carácter local o provincial son vistos desde fuera, no se pueden apreciar con los mismos elementos de juicio. En este sentido, la decisión de Bruselas de denegar la solicitud de registro de la denominación de origen de aceite de oliva de la Sierra Sur, ha llegado como un jarro de agua fría al sector.

    08 may 2009 / 11:18 H.

    No se entiende una medida de este tipo cuando, las cuatro anteriores denominaciones, han salido adelante con el visto bueno de Europa sin mayores problemas o trabas burocráticas, al menos, que se conozcan. El argumento que se traslada desde la UE es que no existe una vinculación histórica que avale unas características comunes al zumo de aceituna que se produce en los municipios de Alcalá la Real, Alcaudete, Castillo de Locubín, Frailes o Los Villares, que son los que se integran en la comarca que daba nombre a la denominación ahora en entredicho. Se trata, a priori, de un asunto más formal que de otro tipo, aunque el consejo regulador ha presentado documentación suficiente para avalar su solicitud de registro. Pese a todo, no se estimó que fuese suficiente y, a pesar del recurso presentado en su día, el pasado mes de diciembre de 2007, la solicitud no ha llegado a prosperar.
    Campiñas de Jaén, Sierras de Cazorla, Sierra de Segura y Sierra Mágina son, hoy por hoy, las cuatro denominaciones de origen formales que están reconocidas en la provincia y a alguna de ellas deberán sumarse las almazaras que se quedan fuera, pero no está claro si pueden ligarse a cualquiera o deben ser todas a la misma. Quizá hoy se avance más en este asunto, con las nuevas reacciones que se espera que se produzcan. Sea lo que sea, el varapalo es duro y la solución no parece sencilla para unos socios que habían apostado claro por mimar la calidad de su aceite bajo una misma marca de prestigio.