Una conexión de vía férrea que va por la línea política lenta

La petición del grupo socialista en el Congreso de los Diputados, a través de una proposición no de ley, para que el Gobierno incluya la conexión ferroviaria de altas prestaciones  entre Jaén y Granada, dentro del Plan Estratégico de Infraestructuras y Transporte (PEIT), evidencia por un lado el incumplimiento por parte de la Junta en sus planes de desarrollo del tren en la provincia y, por otro, el peligro que tiene la provincia de quedar aislada en cuanto a transporte de viajeros y mercancías.

    10 dic 2009 / 19:30 H.

    Si se tiene en cuenta que Manuel Chaves, cuando era presidente de la Junta de Andalucía, en 2005, ya adelantó que su Administración iba a realizar los estudios necesarios para unir la provincia con Granada a través de la Campiña y la Sierra Sur. Cuatro años después y una simple petición, con una proposición no de ley, se antoja insuficiente empuje político para revertir una situación precaria que viene de lejos.  De hecho, en la propia petición del grupo socialista, se recuerda que antes de la entrada de la línea del AVE Málaga-Madrid, la provincia, tenía la distribución ferroviaria de Málaga, Granada y Almería y que, en la actualidad, ha quedado relegada a la distribución de viajeros solamente hacia Almería y la de mercancías de los ejes oriental y occidental andaluces. Aunque la petición lo que pretende es aprovechar el impulso del plan estratégico nacional no se escapa la falta de intención política regional que tiene varado en un “cajón” el proyecto. Esta nueva conexión que beneficiaría directamente a nuestro turismo de interior y al de la costa oriental serviría también, según sus mentores, para descongestionar el eje Madrid-Córdoba. Quizá este último argumento tenga más peso, vista la escasa prioridad que tiene el ferrocarril cuando de Jaén se trata. El PP, en este sentido, tampoco puede enarbolar bandera alguna si se analizan sus inversiones durante su Gobierno.