Una cocina desierta y alumnos “colgados” en la Escuela de La Laguna
Hay unos sesenta alumnos que superaron el primer curso y que no saben si tendrán un segundo; una treintena de trabajadores sin cobrar; decenas de proveedores a los que nadie les paga y un patio donde las naranjas que caen de los árboles comienzan a pudrirse, en el que la maleza crece y los veladores están cada día más sucios. “Desde hace tres meses no tenemos empresa de limpieza”, comentan los empleados de la Escuela de Hostelería de La Laguna. Ayer, se concentraron para exigir algo tan lógico como que les paguen por ir a trabajar. “Son seis nóminas las que nos deben y ya van para siete, con la de septiembre”, explica Consolación Rodríguez, delegada de personal.
En la antigua cortijada de La Laguna hay dos partes, el centro formativo, dedicado a la hostelería, y el hotel. En el establecimiento hay actividad, aunque no es la de antes, todavía tiene huéspedes y recibe autobuses de turistas; en la cafetería hay clientes todavía. Es propiedad de la Junta y el Ayuntamiento, como la escuela. Sin embargo, esta última, es un erial. La cocina, con decenas de fogones, de los que salieron platos que alimentaron a la Reina Doña Sofía, está apagada. “Es una lástima”, reconocen los profesores. Están hartos de una espera que no entienden. Se les cortó el grifo de la financiación, por el ajuste que realiza la Junta en la formación para el empleo. El objetivo de la Administración es integrarlos en el departamento de Infraestructuras y Servicios Educativos (ISE). “Hay un borrador, pero nada más, no sabemos los planes que tienen”, reflexionan. “Nos piden que no nos preocupemos. La Delegación de Educación dice que tenemos su apoyo, pero con el apoyo no se come”, deja claro la representante sindical de la plantilla.
En este contexto, el alcalde, Leocadio Marín, explicó que trabaja, en colaboración con otras administraciones, para lograr un crédito con el que, al menos, hacer frente a las nóminas y las deudas. Eso sí, no niega que la situación es complicada.