Una casa de la calle Vicario puede derrumbarse debido a filtraciones
La casa situada en el número 25 de la calle Vicario, en el casco antiguo de la ciudad, podría derrumbarse debido a filtraciones. Así lo denuncia, al menos, la propietaria de la vivienda, que achaca los problemas de grietas, filtraciones y humedades al derribo de las construcciones contiguas.Los residentes en la casa situada en el número 25 de la calle Vicario están muy preocupados.
Temen que su vivienda puede “caerse” de un momento a otro debido a las numerosas filtraciones, humedades y grietas que tiene, tanto en el interior como en la fachada. La causa, cuenta Francisca Garrido, la vecina que vive allí, está en los derribos de construcciones próximas que ocurrieron en la zona en enero del año 2008. “Me pusieron un muro provisional para evitar que el escombro de las obras no cayera hacia mi domicilio, con un agujero para que corriera el agua en caso de lluvia”, agrega la propietaria, “pero está tan alto que no sirve para mucho y, si un día cae una tromba, mi vivienda se va a inundar”. “Además”, continúa Garrido, “las casas están pegadas y la madre común pasa de unas a otras así que, cuando derribaron las que tenía al lado, en mi misma calle, provocaron las humedades y las grietas. Además, cortaron uno de los accesos que lleva hasta mi vivienda. Y así llevamos más de un año, es insoportable”. La vecina afectada asegura que varios políticos y técnicos visitaron ya la zona y su propia casa y comprobaron los desperfectos anteriormente descritos. Tanto los representantes de la Junta de Andalucía como los del equipo de Gobierno local coincidieron, según Garrido, en que es el Ayuntamiento el que debe solventar los problemas. Pero, hasta la fecha, no han hecho nada para arreglar las filtraciones, grietas y humedades que aparecen en la domicilio. La mujer habló en varias ocasiones con Manuel López, concejal de Urbanismo, y pidió, incluso, audiencia con la alcaldesa aunque, por el momento, Carmen Peñalver no la ha recibido en su despacho. Las soluciones serían adecentar el acerado de la vía urbana y retirar el escombro que, aún hoy, está diseminado por el solar anexo. “Si nos dejan la llave para entrar hasta allí, nosotros lo arreglamos, no podemos esperar”, lamenta Francisca, “yo crecí en una casa muy vieja, éramos pobres y ahora tengo artrosis, pero mis hijos no tienen que sufrir todo lo que sufrí yo”. Como última opción, la familia tiene previsto denunciar el caso en los juzgados. Hace unos meses realizaron un informe completo de los desperfectos, con varias fotos incluidas, y lo entregaron al Ayuntamiento. Ahora, lo llevarán hasta los tribunales para tratar, por todos los medios, de devolver la dignidad a su hogar.