Un viaje para reencontrarse
Fundación Huerta de San Antonio mantiene su ritmo de actividades culturales y revitalización del barrio en el que se encuadra el templo de San Lorenzo, restaurado y convertido en un importante foco de atractivo turístico. En esta ocasión, tuvo lugar la presentación de la obra “Cuando siempre era verano”, del insigne y reconocido ubetense Miguel Pascuau Liaño.
El acto se celebró en la nave central del templo que ahora muestra sus secretos, a través de distintas “catas arqueológicas” a los visitantes. Comenzó pasado el mediodía y tuvo como invitados de excepción que introdujeron la presentación del escritor de la obra al presidente de la Fundación, Nicolás Berlanga Martínez. Él fue el encargado de dar comienzo a la cita cultural. A sus palabras, le siguieron las de los ubetenses Manuel Madrid Delgado y Ubaldo Gutiérrez Martínez.
Debido al carácter “personal” de esta novela, explicó su autor, Úbeda era un escenario “imprescindible” para ponerla a disposición de los demás. Además, agradeció a todos aquellos que habían hecho posible el acto, incluida la Fundación huerta de San Antonio responsable de la rehabilitación del templo. “Este sitio parece que esta hecho para presentar novelas, hacer actividades gozosas y engenerla pasarlo bien, por lo que es un privilegio ir de la mano de esta asociación y estar, también, rodeado de amigos”, dijo Pascuau Liaño.
En palabras del autor, el objetivo de “Cuando siempre era verano” es conseguir que el lector encuentre “una experiencia personal de mirar atrás y encontrarse con los que estaban antes que él, y por consiguiente consigo mismo”. Una visión que el que se adentre en la obra podrá obtener a través de su protagonista, quien tiene “no el contenido, pero sí la mirada de Pascuau Liaño. “Él mira, vuelve atrás y se encuentra con otros con los que estaban allí cuando él era más joven. No versa sobre él, sino que trata de los que estaban a su alrededor. Una generación épica muy especial y que envejeció mientras iba creciendo”. En definitiva, la obra aborda uno de los sentimientos más universales: el reconocimiento de todo lo que uno ha recibido de su estirpe, de la que sólo es su último eslabón, y la importancia del patrimonio afectivo acumulado en el pasado.
El magistrado en el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) y profesor de Derecho en la Universidad de Granada, es también un escritor por afición. Así, describió durante su presentación que aunque la novela “Cuando siempre era verano”, fue la segunda en publicarse, había sido la primera escrita. La acogida de la obra, resaltó está siendo bastante buena y ha llegado a ser finalista de la XXII edición del Premio Jaén de novela. En este sentido, añadió que debido a las buenas críticas su vocación “es seguir con este ritmo y cultivando esta afición”.
El acto se celebró en la nave central del templo que ahora muestra sus secretos, a través de distintas “catas arqueológicas” a los visitantes. Comenzó pasado el mediodía y tuvo como invitados de excepción que introdujeron la presentación del escritor de la obra al presidente de la Fundación, Nicolás Berlanga Martínez. Él fue el encargado de dar comienzo a la cita cultural. A sus palabras, le siguieron las de los ubetenses Manuel Madrid Delgado y Ubaldo Gutiérrez Martínez.
Debido al carácter “personal” de esta novela, explicó su autor, Úbeda era un escenario “imprescindible” para ponerla a disposición de los demás. Además, agradeció a todos aquellos que habían hecho posible el acto, incluida la Fundación huerta de San Antonio responsable de la rehabilitación del templo. “Este sitio parece que esta hecho para presentar novelas, hacer actividades gozosas y engenerla pasarlo bien, por lo que es un privilegio ir de la mano de esta asociación y estar, también, rodeado de amigos”, dijo Pascuau Liaño.
En palabras del autor, el objetivo de “Cuando siempre era verano” es conseguir que el lector encuentre “una experiencia personal de mirar atrás y encontrarse con los que estaban antes que él, y por consiguiente consigo mismo”. Una visión que el que se adentre en la obra podrá obtener a través de su protagonista, quien tiene “no el contenido, pero sí la mirada de Pascuau Liaño. “Él mira, vuelve atrás y se encuentra con otros con los que estaban allí cuando él era más joven. No versa sobre él, sino que trata de los que estaban a su alrededor. Una generación épica muy especial y que envejeció mientras iba creciendo”. En definitiva, la obra aborda uno de los sentimientos más universales: el reconocimiento de todo lo que uno ha recibido de su estirpe, de la que sólo es su último eslabón, y la importancia del patrimonio afectivo acumulado en el pasado.
El magistrado en el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) y profesor de Derecho en la Universidad de Granada, es también un escritor por afición. Así, describió durante su presentación que aunque la novela “Cuando siempre era verano”, fue la segunda en publicarse, había sido la primera escrita. La acogida de la obra, resaltó está siendo bastante buena y ha llegado a ser finalista de la XXII edición del Premio Jaén de novela. En este sentido, añadió que debido a las buenas críticas su vocación “es seguir con este ritmo y cultivando esta afición”.
