Un viaje lleno de color, humor y música de Madrid a La India

Decía Alberto Puig, director de la Compañía Lírica de Andalucía, que El Niño Judío es capaz de hacer disfrutar a quien dice que no le gusta la zarzuela. Los ingredientes a esta opereta o comedia musical no le faltan, y bien que lo comprobaron los espectadores que llenaron el Infanta Leonor. Ritmo, humor y colorido sobresalen en cada escena.

17 oct 2015 / 08:10 H.


Era la cita con la lírica de la Feria de San Lucas y no defraudó. La apuesta fue un montaje que sube al escenario a un enorme equipo de artistas, entre actores, cantantes, coro, cuerpo de baile, figurantes y músicos —estos en el foso—, con la peculiaridad de que es una producción con un innegable sello jiennense. Este era uno de esos grandes montajes difíciles de ver fuera de las grandes ciudades y los circuitos habituales pero gracias a la decidida apuesta de estos locos amantes del género, en Jaén, una o dos veces por temporada, es posible. Y sin envidiar un ápice en calidad a otros.
Esta es, como la define la compañía, toda “una road movie” con más de un siglo de vida, tres escenarios de tres ciudades diferentes, de tres lugares del mundo. Desde el Madrid más castizo a la exótica India pasando por el bullicioso Alepo. Por todos estos lugares viajan Jenaro, un librero cansado de trabajar sin provecho; Concha, su hermosa y consentida hija, y Samuel, un jovencito judío, enamorado de esta y tan madrileño como los anteriores. Irán hasta Alepo (Siria) y Baroda (India) y sortearán toda clase de peligros y situaciones en pos de la supuesta fortuna del también supuesto “padre” de Samuel. No son pocas las aventuras y vicisitudes que los asaltan en esta travesía, solucionadas con la mejor fórmula, el humor y la música. Hasta dieciséis personajes, cinco bailarines repartidos en el ballet oriental y el español y un coro con treinta voces suman una vistosidad que hace de este espectáculo una experiencia muy recomendable.
Este equipo, además de los responsables de la compañía Alberto Puig y Gema García, tiene al frente al director de orquesta, Rafael Garrigós; Cecilia Cueva, directora del coro; Juan Corpas, el de Escena, y Eva Mendoza, coreógrafa y responsable de vestuario.