Un trozo de la mejor historia

Desde la puerta de invitados del Estadio de la Victoria, me llamó Lorenzo Risueño y, señalándome a un señor, me explicó. “Este señor dice que fue jugador del Real Jaén hace muchos años. ¿Tú lo conoces? Miré al aludido y le dije: “Tú eres Antonio Iborra Iborra”. El hombre abrió los ojos sorprendido. Efectivamente, se trataba de él, de aquel gran jugador que en el fútbol español fue conocido como Antoniet. Un Antoniet que llegó al Real Jaén, en Segunda División, en la temporada 1954-55, cuando era un chaval con 20 años recién cumplidos y que ahora regresa a nuestra ciudad cuando le quedan cinco meses para cumplir los 80. Es lógico que no le reconocieran los aficionados jiennenses. Aproveché el encuentro con esta vieja figura del balompié, a la que yo vi jugar en el viejo estadio, pero con quien nunca hablé personalmente, para recordar aquella época dorada que fue sin duda la mejor de la historia del Real Jaén. Manuel Peñalver y Segundo Espinosa, dos directivos del Real Jaén, se unieron a nosotros y dedicaron las oportunas atenciones a Antoniet y su esposa, que a cada momento se veían más contentos. Subieron al palco presidencial, donde fueron saludados por el presidente,  Rafael Teruel. Todos lamentaron que Antoniet, que venía acompañando al equipo de su tierra alicantina, el Hércules, no hubiera avisado con antelación para que hubiera podido hacer el saque de honor y recibir así el cariño de los viejos aficionados y la admiración de los nuevos. Claro, que yo tuve que explicar a los gerentes del Real Jaén quién era Antoniet, porque ellos, por su juventud, no le habían conocido. Ya he dicho que llegó al club jiennense hecho un chaval y demostró tal calidad futbolística que logró la titularidad y el afecto de aquella afición blanca. Con Antoniet, el Real Jaén logró ascender a Primera División, en la que el joven interior continuó jugando. Tras esa segunda campaña, fue traspasado al Sevilla, donde permaneció unas seis temporadas. También jugó en el Granada, Hércules y, por último, en el Calvo Sotelo. Estoy seguro que si Antoniet hubiera saltado al césped para saludar a la afición blanca, hubiera sido recordado por cientos de los veteranos incondicionales del equipo blanco y habría recibido el homenaje caluroso que se merece, por el gran recuerdo que dejó en nuestra ciudad.

Chascarrillo

No sean modestos
—¿Te has enterado de que el Partido Popular presume de ser el “partido del olivar”?
—Eso no es así. Los del PP seguro que reciben más subvenciones.

31 mar 2014 / 22:00 H.