Un trabajador encuentra la serpiente del edificio "Cervantes"

Antonio Rísquez, un limpiador de cuarenta y cinco años, trajo “la paz” al edificio Cervantes, ubicado en la calle Bernabé Soriano. Encontró la serpiente —culebra escalera, tres centímetros de grosor y más de un metro de longitud— que llevaba casi una semana escondida en los garajes del edificio. La comunidad respiró aliviada tras el hallazgo y el ofidio fue trasladado, con vida, por agentes de la Policía Local.

15 ago 2015 / 18:27 H.


Ayer era un día de faena normal para Rísquez, un “hombre de campo”. Había agendado la tarde para limpiar el parquin subterráneo del edificio. Un compañero trabajaba con él. Todo era tranquilidad hasta que este dio un grito. Debió de ser similar al que emitió una vecina cuando la descubrió, el domingo pasado, mientras descargaba el maletero de su coche. El mismo animal, reacciones similares. Y, a la segunda sí, un desenlace afortunado para todos, para el reptil (herido) y los vecinos. Rísquez no se arrugó: suspendió su actividad y salió al encuentro de la culebra, que estaba en el suelo. El limpiador activó la linterna de su teléfono móvil para acechar al ofidio. Así lo raptó. “A tientas. Como he podido”, contó.
El siguiente destino de la culebra escalera —una especie ibérica— fue una bolsa de basura. Después, una vecina de la comunidad avisó a la Policía Local. “Estuvimos una hora esperando”, detalla Rísquez, que tuvo empatía con el animal: temió por su salud, hasta pensó llevarla directamente al campo. No lo hizo porque entonces conoció la intrahistoria: la serpiente era la amenaza de los residentes. A más de uno no le hacía gracia bajar al parquin. Ya pasó. Para Rísquez, sin embargo, la escena fue cotidiana. “Estoy acostumbrado a ver serpientes de este tipo cuando voy al campo. Nunca me han hecho nada. Son asustadizas”, recalcó.
tranquilidad. Una de las personas que más festejó el adiós del reptil fue la portera del edificio “Cervantes”., tal y como contó el hombre que encontró al animal mientras faenaba. “Es una persona mayor. La verdad es que estaba muy asustada”, dijo.
Agentes del Seprona rastrearon la zona bajo techo la semana pasada. Entonces la búsqueda se prolongó durante más de una hora, según aseguró el departamento de Prensa de la Guardia Civil a Diario JAÉN. No hubo suerte. Entre aquel intento sin éxito y la captura circunstancial de Antonio Rízquez han transcurrido días de incertidumbre. ¿Cómo llegó hasta allí, hasta un sitio céntrico de la capital, una especie de campo? El protagonista (humano) de la noticia tiene una hipótesis: “Es posible que se haya metido en el motor de uno de los coches de los residentes”, especuló.
El animal tiene una herida importante en el cuello. Pasó la noche en la Jefatura de la Policía Local. Está previsto que, si sigue con vida, sea trasladado hoy al Centro de Recuperación de Animales.