Un testigo reitera que la madre de Andújar no pidió auxilio

Se llama Jesús Navarro y su testimonio fue clave para encarcelar de forma preventiva a María Luisa B. A., la vecina de Andújar acusada de sedar a su hija y arrojarla al río Guadalquivir. Este iliturgitano de 30 años y su hermano José Carlos fueron las primeras personas que vieron a la mujer en la orilla. Tenía las ropas cubiertas de lodo y barro. Así que le preguntaron si le pasaba algo: “Nos contestó que no le pasaba nada y que estaba bien”, recuerda, todavía asombrado por la respuesta y por cómo se desarrollaron posteriormente los acontecimientos.

22 nov 2014 / 09:53 H.


Y es que Jesús no se quedó tranquilo. Siguió insistiendo con el “interrogatorio”: “Le pregunté que de dónde venía, que por qué tenía la ropa manchada, que por qué estaba en el río... Solo tras mucho machacarla, me respondió que su hija estaba en el río”, señala. “En ningún momento, nos pidió auxilio ni tampoco a los coches que pasaban por la zona. Estoy seguro de que si no nos hubiéramos cruzado con ella, se hubiera marchado de allí”, agrega Jesús Navarro, cuyo testimonio ya consta en el sumario abierto por el Juzgado de Instrucción número 3 de Andújar.
Los dos hermanos insistieron a María Luisa B. A. sobre el lugar en el que pudiera encontrarse la niña: “Nos dijo su nombre y que tenía 9 años. Eso nos tranquilizó, porque, en principio, llegamos a pensar que nos estaban tendiendo algún tipo de trampa o engaño para robarnos”, relata. A partir de ahí, Jesús y José Carlos empezaron a buscar en el río. Previamente, llamaron al 112, que puso en marcha todo el dispositivo. “Tras un rato, la vi sobre un lecho. Estaba acostada, bocabajo. El bombero la cogió y, entre mi hermano y yo, le quitamos la ropa mojada”, explica. Y concluye: “No quiero protagonismo, solo contar lo que realmente pasó”.
Mientras tanto, la pequeña Miriam recibió el alta médica a lo largo de la tarde de ayer. Ha permanecido tres días ingresada en el Hospital Materno-Infantil de Jaén, donde llegó en estado de coma debido a la ingesta de medicamentos tranquilizantes que, supuestamente, le habría proporcionado su madre con la intención de dormirla antes de arrojarla en el río. La menor ya está con una familia de acogida que le ha proporcionado la Junta de Andalucía. La consejera de Igualdad y Bienestar Social, María José Sánchez Rubio, se refirió ayer a este asunto para dar los argumentos que sostienen esta medida: “Debemos velar por el interés de esa niña. Habrá un acogimiento provisional hasta saber exactamente qué ha pasado”, señaló. “Cuando se toma esa decisión es porque se entiende que hasta que no se tengan todos los datos y claves la Junta toma la tutela y será un acogimiento provisional hasta que se sepa exactamente qué ha pasado”, destacó. Sánchez Rubio, además, opinó: “No parece que la niña estuviera en la mejor de las situaciones cuando terminó como terminó. Afortunadamente, la pequeña se ha salvado y estamos contentos, pero podría haber ocurrido otra cosa”. Por ello, continuó, hay que saber “qué pasó y el papel de cada uno de los responsables de su tutela”. En este punto, indicó que los acogimientos que se intentan son con la red familiar cercana.