Un tesoro en la isla maldita
Palma de Mallorca, capital del archipiélago balear, esconde un tesoro para el Real Jaén. En esta isla, destino turístico por excelencia, el equipo aspira a regalarse una fiesta. Un triunfo en el Iberostar Estadi despejaría el camino hacia la permanencia de tal manera que el encuentro contra la Ponferradina podría suponer el lazo: consumar la salvación.

No resulta descabellada la hipótesis. El visitante asoma con sonrisa “profidén” —siete puntos de nueve—; el anfitrión, teórico candidato al ascenso, aguarda con la tensión propia del que se sabe en el lugar equivocado. Conviene repasar números para resumir su estado de urgencia. El cuadro bermellón enlaza dos empates y cinco derrotas en sus últimos siete partidos, estadística que adquiere tintes trágicos trasladada a los puntos: dos de veintiuno posibles. Desplome.
Debe añadirse a los números la ausencia de Gerard Moreno, máximo realizador bermellón (11 goles), convaleciente de una operación de menisco y con la muleta apoyada en el sofá a la hora del partido, finalmente coincidente con la final del Camp Nou entre el Atlético y el Barcelona. Hasta el precedente más cercano entre ambos equipos y el juez lanzan un guiño al Real Jaén. En la primera vuelta, los mallorquines salieron magullados del Estadio de La Victoria (2-1). Con el colegiado José María Sánchez Martínez, los blancos conservan la etiqueta de invictos (una victoria y un empate). Casi todos los factores de la ecuación favorecen al Real Jaén, a excepción de uno: el escenario. Palma de Mallorca es una isla maldita para los blancos, “vírgenes” y sin fórmula tras cuatro visitas. Todas se saldaron con calabazas. Si hay un momento para cambiar el curso de la historia, no se adivina uno más idóneo. Llega el Real Jaén en estado de esplendor, conjurado y con el tremendo impulso moral de los últimos triunfos en casa ante el Tenerife y el Recreativo. Lo hace fuera del descenso y con la opción de asestar un golpe casi definitivo al Mallorca, rival directo.
Herrero, técnico del equipo, recupera piezas de valor (Óscar Quesada) y dispone de casi toda la baraja para formar un once convertido en rompecabezas en los últimos partidos. Las rotaciones introducidas por el iliturgitano en la alineación (Gaitán o Santi Villa) no afectan al rendimiento del grupo, lanzado a por la permanencia. Carreras, su homólogo en el banquillo, pierde a un especialista del gol —Moreno—, pero lo suple con Hemed y Geijo, delanteros con un amplio historial a sus espaldas. Nombres como Alfaro, Iriney o Nsue resumen el enorme potencial del Mallorca, gigante con pies de barro esta temporada. En el rincón opuesto le espera el Real Jaén, el presupuesto más humilde de la Liga Adelante, un plantel que atisba en el horizonte el premio para el que fue esculpido a principios de curso. Esta tarde acude en busca del tesoro a su particular isla maldita. La ocasión de disfrutarlo a lo grande en casa sería cuestión de ocho días.