18 may 2009 / 14:27 H.
Una buena idea para promocionar el aceite pone colofón a una intensa semana en la que el sector olivarero debe salir reforzado con vistas al futuro inmediato. El cierre de la mejor edición de Expoliva supone que nunca antes se había contado con tantos profesionales, empresas, actividades de calado y proyección para una muestra que está consolidada como la más importante de su ámbito. Los buenos datos, incluidos los de negocio, la mitad de las empresas mantiene que cerró contratos, deben servir de acicate para mantener la línea de profesionalización y riesgo que necesita el pilar fundamental de la economía jiennense. Los retos están encima de la mesa desde hace años y hay quienes se aplicaron de lleno para subir el peldaño de calidad e innovación necesario para que brillen “comercialmente” unas cualidades que no se ponen en duda. La capacidad de liderazgo mostrada en la decimocuarta edición de Expoliva debe mantenerse para otros importantes retos que se pusieron en común en estos días. La unidad de los productores, en este sentido, junto con la necesidad de dotarse de mecanismos para que los distribuidores no tiren los precios por debajo del coste son algunos de los puntos sobre los que girará el futuro del olivar, una vez que se recomponga el reparto de las subvenciones. Y en ese camino, el productor jiennense siempre encontrará el aliento y el apoyo de una sociedad que cada vez que el olivar estuvo en entredicho salió en su defensa. Ayer, de manera festiva, cerca de trece mil personas participaron en una cita única para promocionar el aceite de oliva y ligar, así, el nombre de Jaén al Libro Guinnes de los Récords. Una idea de un Centro Especial de Empleo de iniciativa privada que contó con el apoyo entusiasta de los jiennenses y una criticable tibiedad del sector, pero que, a la postre, supone el mayor acto promocional del aceite celebrado en Jaén.