Un proyecto ilusionante que no puede dejarse escapar

Cuando parecía que todo seguía su curso con cierto optimismo, llega la noticia de que el ansiado título por el que lucha Jaén para su Catedral se encuentra en un punto complicado. Y no por las incuestionables cualidades del magnífico monumento renacentista, sino por el entorno que lo rodea, por el deterioro urbano de las calles y plazas aledañas al principal símbolo turístico de los jiennenses.

    18 jun 2009 / 10:52 H.

    La capital no puede presumir de especiales cualidades medioambientales, eso es cierto. Se trata de un problema que afecta a la gran mayoría de sus barrios y se sobrelleva de mejor o peor forma, con quejas esporádicas de los colectivos vecinales. Pero un asunto que en cualquier parte no deja de ser un problema social de relativa envergadura, por lo general, se convierte en un gran punto negro cuando se trata de incorporarlo al expediente para que la Catedral sea Patrimonio de la Humanidad. El encargado de redactar el documento se lo ha hecho saber al Ayuntamiento, que no se ha quedado de brazos cruzados. Se ha hecho hasta ahora un importante esfuerzo, un singular trabajo que no entiende de colores políticos, porque comenzó con un Gobierno municipal del PP y sigue ahora con otro en coalición de izquierdas, y que corre el peligro de quedar en papel mojado si no se atiende y se soluciona cuanto antes. Es cierto que ya hay en marcha un paquete de medidas que busca otorgar otra imagen tanto estética, como medioambiental a ese entorno, con un mayor control de la contaminación acústica o del caos del tráfico, entre otros. Quizá lo importante es que aún hay posibilidades y que desde el Consistorio son varias las concejalías implicadas en empujar esta declaración para que salga adelante. Jaén necesita ilusionarse y este es uno de los proyectos que más pueden contribuir a elevar el sano orgullo de los jiennenses por su emblemático tesoro de Vandelvira, un referente universal.