Un presidente sin retrato
Hay un presidente que no tiene retrato. Una de las cuestiones que hacen más singular a la Cámara de Comercio e Industria es su galería de dirigentes. Esta institución, con 128 años de antigüedad, cuenta con unos cuadros que sirven para homenajear a los hombres que han estado al frente del símbolo de la burguesía de la capital.

Cada presidente de la Cámara de Comercio e Industria tiene el suyo. De hecho, se suelen colocar en los lugares más nobles de la institución. Cuando ocupaba el edificio de la calle Hurtado, las fotos de los presidentes estaban en la sala de juntas y en otras habitaciones en las que se tomaban decisiones de calado. En cambio, ahora, en el Vivero de Empresas, los retratos están presidiendo el salón de actos. De hecho, mirarlo supone ver una evolución de la burguesía jiennense y, también, de las modas en atuendo de los hombres que tomaban las decisiones en representación de todos los empresarios de Jaén. Sin embargo, hay un presidente que se ha quedado sin retratar. Es Luis Carlos García, que ocupó este cargo hasta el 2 de marzo de 2014.
El serial se para en Ángel Martínez Villén, que sí cuenta con su pintura. Sin embargo, cuando se cuentan los cuadros, parece que la Cámara de Comercio e Industria de Jaén solo ha tenido 22 presidentes —hay 21 cuadros y el que ahora está al frente, que no lo tendrá hasta que no se vaya—. En cambio, ha habido 22 que ya se han marchado. Por el momento, Luis Carlos García no tiene su homenaje de reconocimiento.
El presidente actual, Manuel Barrionuevo, afirma que se debe a causas económicas: “La Cámara no tiene dinero. Nos hemos dedicado a levantar los embargos, a pagar facturas y a intentar abonar el máximo número de nóminas a nuestros trabajadores. Hemos considerado que pagar una pintura no era necesario”. No obstante, matiza: “Cuando tengamos dinero, se llevará al pleno y que los vocales decidan. Son ellos los que lo tienen que aprobar”.
A priori, suena a demora justificada por la falta de recursos económicos. No obstante, se dan unas circunstancias especiales que pueden levantar susceptibilidades. Por un lado, Luis Carlos García dimitió obligado por la Consejería de Comercio después de que los trabajadores se pusieran en huelga por los impagos. Aunque no lo dicen públicamente, muchos empleados no lo quieren ver “ni en pintura”. Y lo mismo les ocurre a algunos miembros del pleno, que eran de una corriente empresarial que compitió con Luis Carlos García y perdió las elecciones. Luego se marchó del pleno por discrepancias en la toma de las decisiones. Precisamente, Luis Carlos García no quiere entrar en esta polémica. “No seré yo el que pida un cuadro para hacerme un homenaje. Que hagan lo que quieran”, dice con una voz muy marcada por el retiro de todas sus actividades públicas. De ahí que, tal vez, este cuadro pueda servir para retratar a muchos más que al presidente que estuvo al frente de la Cámara desde 2010 hasta 2014.