“Un pintor literario”
Como es ya habitual, el comienzo de cada día empieza cuando termina la ensoñación nocturna, al enfrentarse con las páginas impresas de Diario JAEN, que se ha convertido en el texto de lectura obligatoria, ya esté “dentro de” o “fuera de” unos muros carentes de humanidad que pueda definirlos como excelencia arquitectónica.
El miércoles, día 8 de agosto de 2012, el señor Manuel Navarro Jaramillo pinta con palabras el cuadro que todos y todas quisiéramos contemplar para apartarnos de la realidad caótica que prohibe su realización. La vida contemplativa, amigo Manuel, guía a la sociedad hacia un estado de conciencia capaz de derrocar al más tirano de los gobiernos, porque es la que nos muestra el verdadero lugar que ocupan las cosas, con total independencia de esa maligna importancia económica con la que políticos y otros estafadores manipulan el lienzo sobre el que se pinta. A pesar de los tiempos difíciles que las gentes del mundo soportan para que una partida de embancadores estrafalarios pueda vivir como “marajas”, el señor Jaramillo nos ofrece un ramo de bellas flores, que teníamos por olvidadas, para que encontremos el auténtico significado de nacer cada día, en un mundo que casi nadie experimenta por razones adoctrinadoras del pensamiento. Mirar al cielo alzando la vista hacia el infinito. Ojear la línea que lo separa de la tierra sin buscar absolutamente nada. Vislumbrar la amalgama de colores y tonalidades que conforman la paleta natural de la vida. Sentir de la vida donde uno no es nada sin todo y todo no es nada sin uno. Alcanzar ese yo que todos llevamos dentro para pintar otro cuadro distinto del que nos meten por los ojos. Negar la hipocresía legal que nos sumerge en el cuadro más abstracto y apostar por un realismo que todavía está por pintar. Leer reflexiones de este tipo y tendencia debería estar de moda para no seguir engordando a esa mala bestia convertida en ente especulativo como cáncer de la sociedad en continuo retroceso hacia su forma más primitiva. Miremos las cosas buenas que nos ofrece la vida, que son las cosas que nunca solemos ver.
MANUEL POISÓN ALMAGRO desde ÚBEDA