Un paseo imaginario por los pasillos del Vaticano

Paloma Gómez Borrero fue la primera mujer corresponsal en el Vaticano. Una periodista que ha cubierto cuatro cónclaves en la Santa Sede y que ha realizado la friolera de 130 viajes acompañando a dos Papas. Por eso, cuando enfiló los tres peldaños que ascendían hasta su atril, muchos de los que asistimos a su conferencia, “Tres Papas y una mujer”, creímos verla subiendo por las escalerillas de uno de los aviones en los que siguió a los pontífices por todo el mundo. Solo había que hacer un pequeño ejercicio de imaginación y dejarse guiar por el verbo fácil y seductor de una periodista que conoce como la palma de su mano los entresijos del Vaticano. Y eso hicieron las más de 150 personas que estuvieron en el encuentro “Jaén Nuevo Milenio”, que organizó Diario JAÉN. En el salón “Estrella” del Hotel HO, Paloma Gómez Borrero permitió a los asistentes hacer un viaje figurado por los “pasillos secretos” del Vaticano.

15 may 2015 / 10:34 H.


La afamada periodista hizo gala de una memoria prodigiosa para repasar, de forma amena y divertida, las anécdotas y recuerdos que tiene de los pontificados de Juan Pablo I, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco.
“¿Qué hace una chica como yo con una chica como esta?”, se preguntó, con mucha ironía, la abogada Cristina Almeida para presentar a Paloma Gómez Borrero, a la que definió como una mujer con un sentido del humor muy fresco y una extraordinaria capacidad para contar historias y vivencias. Y esas son las dos virtudes que la periodista madrileña utilizó para desgranar pasajes y pequeñas memorias cotidianas que se quedaban fuera de aquellas crónicas vaticanas de apenas minuto y medio que firmaba durante su etapa de corresponsal para Televisión Española y para la Cadena Cope, por citar solo algunos medios para los que trabajó durante su más que destacada carrera profesional.
Con la ordenada distancia que da el paso del tiempo, la periodista madrileña hizo un repaso por la historia de las últimas tres décadas y media en la Santa Sede a través de sus protagonistas. Empezó por el “Papa de los 33 días”. “Juan Pablo I fue el último pontífice italiano. Nos dimos cuenta enseguida de que no tenía mucha salud. Había muchas dudas sobre él y sobre lo que le ocurrió, si pudo ser envenenado. Mi opinión es que no lo mataron”, dijo, de forma contundente. Después, en el turno de preguntas, la afamada corresponsal aportó las razones que le hacen pensar que Albino Luciani falleció de muerte natural, en concreto, por una trombosis.
A continuación, Paloma Gómez Borrero se centró en la figura de Juan Pablo II: “Rompió todos los moldes”, aseguró, mientras se le iluminaba la cara. La periodista no ha ocultado nunca que el polaco Karol Wojytila fue una de sus debilidades: “Cuando lo eligieron, era un hombre joven, deportista, una persona luminosa”, señaló. Y, en este punto, recordó un capítulo que muy pocas personas conocen y que se centra en cómo actuó la “providencia divina” en la designación de Juan Pablo II. Antes del cónclave, el entonces cardenal se marchó a rezar a un santuario cercano a Roma. A la vuelta, y a escasas horas de que sus compañeros purpurados se encerraran en las dependencias vaticanas, se le estropeó el coche: “Tuvo que volver haciendo autostop. Detuvo a un hombre y le contó que debía volver a la ciudad. Muchas veces, nos hemos preguntado qué hubiera pasado si nadie se hubiera cruzado en el camino de Karol Wojytila”, recordó.
Gómez Borrero se centró en que Juan Pablo II se abrió al mundo a través de 104 viajes, en los que recorrió 162 países: “Tuve el privilegio de seguirlo y de poder convivir con él durante esos 27 años”, aseguró con una enorme satisfacción. También recreó cómo fueron los últimos momentos del “papa viajero”, cómo fue su última aparición pública, en la que la enfermedad y la vejez ya habían hecho estragos en su salud: “Para él eso no fue una humillación. Lo vivió con una grandísima dignidad”, dijo la periodista refiriéndose a Juan Pablo II, al que, posteriormente —ya en el turno de preguntas—, definió como “un gran estadista”. Siguiendo el orden cronológico, la conferenciante se detuvo Benedicto XVI, al que definió como “un hombre con un gran valor, de mucha coherencia y con mucha humildad”. Recordó que el entonces cardenal Ratzinger no quería ser el sucesor de Pedro al frente de la Iglesia. “Cuando entró al cónclave, estaba convencido de que no quería ser Papa. Sin embargo, Juan Pablo II lo había señalado en esa última meditación del viacrucis en el Coliseo. Finalmente, aceptó”, recordó la periodista, que destacó especialmente “algunos escritos maravillosos” que dejó el todavía pontífice emérito durante su papado: “Muy pocas cabezas son capaces de crear esos libros, esas homilías o esos documentos tan extraordinarios”, agregó sobre Benedicto XVI. Sobre su renuncia, Paloma Gómez Borrero dijo que fue un ejercicio de coherencia. “No se sentía con fuerzas para limpiar lo que había que había que limpiar en tan poco tiempo”, señaló.
Y la última parada que hizo la conferenciante fue en Francisco. “Es la alegría, la espontaneidad, la brisa de aire fresco que la Iglesia necesita”, dijo Gómez Borrero. “Es más párroco que Papa. Sus amigos lo llaman todavía el padre Jorge”, añadió del prelado argentino. Sobre la personalidad del actual pontífice, la periodista ofreció una perla: “A los políticos con los que habla siempre les dice que no acumulen riquezas, porque los sudarios no tienen bolsillos”, recordó. También explicó que el Papa Francisco ha comenzado a viajar: “Me hubiera gustado que hubiera estado en los actos de Santa Teresa de Jesús”.
Para terminar su charla, Gómez Borrero ofreció su particular visión de hacia dónde debe dirigirse la Iglesia: “Hacia adelante en busca de la dignidad del hombre a través del Evangelio”, concluyó.