Un lugar al que volver siempre
Es de esos municipios pequeños que tienen a muchos de sus hijos repartidos por todo el país y que siempre regresan para las fiestas patronales, a reencontrarse con sus raíces.

Para Juan Pedro ese es uno de los principales imanes que guarda con su Jabalquinto natal y recuerda, especialmente, el verano del 92, cuando se juntaron un grupo de alrededor de veinte amigos que viven fuera, unos nacidos allí y otros hijos de jabalquinteños oriundos de otros lugares como Madrid, Valencia, Barcelona o Bilbao, pero que sienten el pueblo como suyo. “Yo siempre he llevado con orgullo ser de Jabalquinto”, confiesa. Hijo de Manuel “El del taller” y de Alfonsa “La morena”, que le inculcaron el espíritu de superación, salió de su casa para estudiar en la Universidad de Jaén, en la desaparecida Escuela de Peritos, donde curso Ingeniería Técnica Industrial.
Guarda muy buen recuerdo de sus inicios profesionales como basculista en la cooperativa Nuestro Padre Jesús de Jabalquinto. Hoy trabaja como proyectista de moldes para faros en el Departamento de Utillaje de Valeo, en Martos, aunque tuvo también un intervalo de dos años en CAF Santana, en Linares, donde participó en el diseño de la instalación eléctrica del metro de Málaga. Entonces, se “rumoreaba” que el tranvía de Jaén podría construirse allí, pero, finalmente, la adjudicación fue para Alston. Quién sabe cómo habría cambiado su vida si hubiera formado parte de esa importante infraestructura.
Como jabalquinteño de pura cepa quiere que su familia actual mantenga ese vínculo, que se sientan parte del pueblo, así que aprovechan para hacer escapadas, aunque sea de manera esporádica, como el Domingo de Ramos o para la Romería de San Isidro. Invita a conocer el Viernes Santo “El Paso”, una dramatización del encuentro de la Virgen con Nuestro Padre Jesús, a disfrutar con las vistas desde La Carrera, con una espectacular panorámica de media provincia o a conocer la romería de San Isidro, con sus carrozas. Siente que el pueblo va perdiendo peso, que va a menos, pero confía en el actual alcalde, Pedro López, (“que es primo y amigo”, aclara) para que sea capaz de crear riqueza y generar empleo, y dar una alternativa a la juventud. Hoy, las opciones son la aceituna, la vendimia o irse a los hoteles a Mallorca. “Sota, caballo y rey”, como dice él. “Espero que no dejen que muera”. Recuerda su infancia con las calles repletas de niños y los partidos de fútbol en la lonja de la iglesia. Ahora falta ese bullicio. Madridista hasta la médula, fue uno de los socios fundadores de la Peña del Real Madrid, a raíz de ganar la séptima Copa en el 98. Y todavía sigue activa.
Habla con verdadera pasión de su hijo Leo, de dos años, el primogénito con su esposa Mónica. A su corta edad sorprende porque habla Inglés, se sabe los números, los colores, el abecedario… “Sí, su padre está muy orgulloso”. No hace falta que lo diga.