Un libro coral a Jaén (G - L )

Pepi Galera Espinar. Periodista. Mogón.
Lo que nos define
La distancia, por mucho que los románticos se empeñen, no es el olvido. Es más, creo que da la perspectiva suficiente cómo para saber apreciar aquello que se ha tenido desde siempre muy cerca. Al menos así me pasó a mí con esta tierra, que es la mía.

    28 sep 2010 / 22:00 H.

    Estar lejos te permite, al volver, reconocer aquellos pequeños detalles que nos diferencian, que nos definen. Y es que, por más que nos empeñemos, una tierra no sólo la hacen su patrimonio natural o cultural –impresionante el nuestro- sino su gente. Qué alegría encontrarte con alguien que lleva esta tierra por bandera allá por donde anda. Ahí está el gran valor de Jaén. Después, también podría defender que Jaén es la provincia más bella. Podría hablar de las huellas del Renacimiento, de nuestro mar de olivos, de las millones de estampas que dejan sin respiración en nuestros parques naturales, de nuestros castillos y nuestras calles. No lo voy a discutir con nadie. Para mí, no tiene discusión. Estoy muy orgullosa de ser de nuestro Jaén.


    José Galián Armenteros. Graduado Social jubilado. Jaén
    Visite Jaén en Semana Santa

    Jaén, Capital del Santo Reino, situada en la ladera del cerro de Santa Catalina; coronada por el monte de Cruz blanca “Gólgota jaenero” del Descenso también.
    Catedralicia por Andrés de Vandelvira para ser relicario del Santo Rostro de Cristo.
    Ciudad que cada año por primavera las cofradías la visten de nazarena. Y las velas llenan de luz a las procesiones envueltas en perfume de incienso y flores al son de la música de Cebrián por barrios típicos y emblemáticos que invitan a reflexionar la religiosidad popular.
    Días de puertas abiertas, de tribunas con sillas antes de enea. Calles morunas y modernas, iluminadas por la luz natural de su cielo despejado y cubiertas por bóvedas de numerosos monumentos, donde los balcones y ventanas repletas de macetas son tribuna de saeteros y de bellas mujeres vistiendo la mantilla española y aderezadas con saboyanas y cruz de oro con esmeraldas, invitando a visitar Jaén en Semana Santa.


    Isidoro Galisteo Padilla. Conserje. Úbeda.
    Hay muchas razones para escribir algo sobre una tierra tan hermosa. Pero a mí, sólo me viene a la mente su paisaje, es decir, el espacio que contiene todo lo que fuimos, somos y, si los dioses quieren, seremos.
    Para mí, Jaén, es el silencio de un atardecer bajo las nubes. Y el olor de una hoguera de un día de invierno. Es el lugar adonde siempre vuelves, y adonde quieres volver cuando estás fuera. Es la pequeña gran patria de la tarde de café con los amigos.
    Es el territorio de la vida real, y el de los sueños, cuando vuelves a tu casa al amanecer, por una calle estrecha y antigua. Y sabes que no vuelves solo, porque los que te antecedieron, te acompañan, como leales amigos, a tu casa.


    María Gallardo Martínez.  Autónoma. Los Villares
    Puerta de Andalucía; camino de luz que seduce al viajero entre  su remanso de olivos y tierra fértil acariciada por la vasta y a la vez cálida mano del jornalero.
    Lugar de leyendas donde la realidad y la ficción se confunden  en la duda por el cariño con que nos contamos nuestras historias.
    Cada vez que nos alejamos hay algo en nuestro interior que sólo descubrimos  al volver: cuando contemplamos de nuevo su castillo dejado descansar sutilmente en sus faldas…
    Tierra de gentes con la mirada puesta en el mayor de sus “abuelos” y con ternura reflejada en la faz más entrañable que haya conocido la humanidad…nuestro Santo Rostro.
    Son tantas las cosas que me hacen sentirme privilegiada de pertenecer a este pedacito de cielo que disfrutamos en la tierra.

    Marcelino Gallego-Casilda Scheroff. Secretario de la Asociación de Vecinos San Antonio de Padua. Navas de Tolosa

    Mi pueblo, Navas de Tolosa, donde se desarrolló la famosa batalla, significa mucho en la historia de España, ya que significa un principio, el de la reconquista cristiana del sur de la Península, y un final, el de la ocupación almohade.
    Pocas ciudades hay en España que no conmemoren con el nombre de una calle la famosa batalla, auspiciada por Alfonso VIII de Castilla el 16 de julio de 1212. El 16 de julio también celebramos en Navas de Tolosa la fiesta de nuestra patrona, la Virgen del Carmen, paseándola por nuestras calles, con la peculiaridad de que son mujeres las que la portan.
    Desde mi punto de vista se le debería haber nombrado Villa, se lo merece por su historia.


    Miguel García Sánchez. Informático. Jaén
    Encuentro
    Sólo tus besos alimentan mi existencia... tus caricias impregnan mi cuerpo de colores... tu olor hechiza mis sentidos... tu respiración genera el cántico a las estrellas...

    Dulce y delicioso instante nos regala el universo en nuestro abrazo, lleno de luz y magia... No existe otra realidad salvo la de este preciso instante, la estamos creando juntos, la estamos experimentando unidos...
    El silencio se torna cada vez más melódico en mi soledad, síntoma de la paz que circula a mi alrededor, que con sutil delicadeza se posa en mi almohada como la pluma de un pájaro enamorado...
    Ya no quiero seguir soñando, no deseo seguir imaginándote, no quiero pensarte más en la noche misteriosa...
    Quiero estar junto a Ti, en Ti, para Ti… porque sólo así tendré total certeza que te he amado, aunque sea un instante.

    Ángel García Guerrero. Desempleado. Manlleu (Barcelona)
    Eterno Jaén,
    Olvidado Jaén,
    ni siquiera un río se acordó de ti
    las faldas de Santa Catalina
    languidecen de tristeza,
    la misma tristeza de tu vida
    la misma tristeza de tu muerte.
    Olvidado Jaén,
    Eterno Jaén.

    Lorenzo García Cruz. Funcionario de Gestión en la Universidad de Jaén. Jaén

    A Sierra gitana

    Piel morena tienes, mi Sierra;
    volantes de luces y lunares son tus olivares, mágicos aromas, cristalinas aguas y rincones, donde el amor encontré, mi tierra.

    Secretos mágicos encierras,
    bella en sol y magnética en las noches,
    virtudes y sensaciones,
    que alegras mis trasnoches.

    Eres un abanico rociero,
    dibujado por tus pueblos y campos,
    tacones te pones cuando te visito,
    más bonita y con fresquito.

    Tu pecho acaricia mis pies,
    cuando hago tu camino,
    y me haces estremecer,
    como lo hace un buen vino.

    Francisca García Espinosa. Celadora. Jaén
    Jaén de capa y sombrero

    Soy Jaén de capa y sombrero
    varón de la morería
    con siete hermanas que tengo
    las perlas de Andalucía.
    Sevilla, Córdoba, Cádiz,
    Huelva, Málaga, Almería
    Granada tierra soñada,
    todas son hermanas mías.
    Mi castillo con su cruz,
    hace de faro a mi gente,
    la catedral ilumina
    a todo el pueblo jiennense
    la Virgen de la Capilla
    y nuestro Padre Jesús
    nos protege el Santo Rostro,
    viva mi pueblo andaluz.
    A mis hermanas las baña
    el mar del mediterráneo
    menos Córdoba y Sevilla
    conmigo se dan la mano.
    Para nosotros nació
    el río Guadalquivir
    río de nuestras entrañas,
    para dar riego a mis tierras
    también para mis hermanas.
    Hay quien dice de Jaén
    que yo no soy andaluz
    mi casa quien lo diría
    pasao Despeñaperros
    donde empieza Andalucía.

    Víctor García Gómez. Profesor. Jaén
    Jaén tiene monumentos, cultura, folclore, paisajes, Semana Santa, fiestas y sus gentes.
    De todo ello resaltaría la amabilidad, sencillez y disposición abierta de sus habitantes. La Santa Capilla de San Andrés, que alberga una Cofradía y Fundación de hace casi 500 años, la “Noble Cofradía de la Limpia Concepción de Nuestra Señora la Virgen María”. La más bella Catedral renacentista. Instituciones culturales  como el Instituto de Estudios Giennenses, la Asociación de Amigos de la Catedral, la Real Sociedad Económica de Amigos del País, Arco de San Lorenzo y un largo etcétera. La Semana Santa con el fervor y sentimiento de sus gentes, en cada rincón de la Provincia. De sus pasos destaco el conjunto escultórico del Calvario, de la Cofradía del Santo Sepulcro, ubicada en la Iglesia de San Juan de Jaén, único, por su expresividad y belleza, de cuantos se procesionan.

    Azahara García de Dios. Estudiante. Jaén
    Jaén es un conjunto de personas, de historias, de olivos que nos rodean. Cada hora, din, don, la Catedral suena con voz de campana y es como si todos nos pusiéramos en acción: las calles, los hombres y las mujeres, sus vidas, sus pasos…
    Mientras tanto por los Baños Árabes se pasea el lagarto, nuestro lagarto de Jaén. Y cuando pienso en lo bien que me lo paso aquí, todo alrededor parece que explota de alegría como le pasó al pobre lagarto cuando se comió a aquella oveja.

    María García Espinosa. Estudiante. Jaén

    Mágica Jaén

    Contigo cada momento es especial.
    Siento que mi alma vuelve a vibrar.
    Sólo contigo vuelvo a ver la luz.
    Fuego de agosto, luna llena, Parque de Jabalcuz.
    No me importa saltar por las avenidas,
    Cantar por fandangos o bailar por bulerías.
    Contigo quiero admirar la Catedral
    Y contemplar el Castillo desde el Bulevar.
    Sueño de agosto, hazte de nuevo realidad.
    Encuentra al lagarto, sonríe al despertar.
    Deseo parar el reloj. Un minuto más.
    Jaén brilla con luz propia. Esa es la verdad.

    Juan Francisco García Gallego. Licenciado en Magisterio. Torredelcampo


    Si llevas toda una toda vida viviendo en la misma ciudad, y me refiero a una vida cuando sobre tu espalda pesan dos décadas, pueden suceder dos cosas enfrentadas; que ames tanto ese lugar que desees con todas tus fuerzas permanecer en él para siempre, o que lo odies tanto que todo tu empeño sea escapar de él. Jaén, como ciudad, podría estar perfectamente en esa segunda opción. Calles estrechas, sinuosas, oscuras; viandantes cuyas caras se tornan en familiares; paisajes estructurados milimétricamente diseñados por manos agrícolas; Y, pese a la repulsión que sientes en los momentos en que piensas que nunca podrás escapar de Jaén, cuando la abandonas y vuelves a ella sientes que no habrá otro sitio mejor para considerar un hogar que esta ciudad. Y, así, sonríes sentado en un banco abrigado por las miles de aceitunas que brotan de ese paisaje matemático sintiéndote cobijado por todas esas caras conocidas que andan por oscuras y desgarbadas calles.

    María del Carmen Gámez Blánquez, responsable de Teatro La Paca. Jaén

    Mis rincones de Jaén

    Jaén, la Desconocida
    Jaén, la Interior
    Jaén, la de Paso
     Jaén, la Tímida
    Jaén, la Fuerte,
    Jaén, el Paraíso…

    Ese lugar idílico con rincones a los que, sin dudar,  acudiría cuando los vigores del ajetreo diario se volvieran imposibles de lidiar:
    “La aldea del Fontanar cercana a Pozo Alcón y los Jardines de Jabalcuz”:

    Un lugar donde perderme en la memoria,
    el sonido del agua, los chopos, la rambla.
    Calles sin empedrar con veranos en las azoteas,
    sólo la  luz de las estrellas en la noche oscura…
    El olor de la nostalgia de cuando era muy chica.
    Un lugar donde refugiarme  en el pasado…
    Un lugar al que ir en el presente…


    Félix Carlos García Gonzalo. Economista. Jaén

    “Es de bien nacidos, el ser agradecidos “, por lo que todo aquel que haya nacido en Jaén, o su vida se halla desarrollado allí, esta en la obligación moral de devolverle a Jaén su tributo. Todos los que amamos y queremos a nuestra ciudad, tenemos que poner todo nuestro esfuerzo para ayudar a conseguir  que Jaén se sienta orgullosa de ser Jaén. Fuera de nuestra  tierra,  tenemos fama de trato amable y como decimos por esta tierra de ser buena gente. Tenemos que estar muy seguros y convencidos de lo que somos y de lo que tenemos  es que ser capaces de transmitirlo con fuerza y seguridad sin caer en derrotismos ni en conformismos, porque nadie lo va a hacer por nosotros.
    Así que explotemos nuestros recursos económicos y naturales para hacer que nuestro Jaén sea un punto de encuentro, no solo para familiares y amigos, sino para todo aquel que alguna vez haya percibido las resanciones y el convencimiento de las bondades de nuestra tierra. Y ya que empecé con un refrán, termino con otro ya que como se sabe son sabios, ya que vienen del pueblo, y el pueblo es sabio “ cada uno tendría lo que merecía “.


    Marí Ángeles García Lérida. Ama de casa. Valencia
    Con Mengibar en el corazón

    Desde que dejé mi pueblo las vivencias de la niñez y la juventud temprana me han acompañado siempre. De Mengíbar recuerdo muchas cosas: mi escuela, mis maestras, mis compañeras, mis vecinos, mis amigas de adolescencia...
    Vienen a mi memoria con frecuencia aquellos paseos por la carretera antigua con toda la cuadrilla de amigas y amigos, ¡como disfrutábamos los Domingos de invierno con aquel paseo!, que finalizaba con una bonita estampa desde el puente contemplando el Guadalquivir, el cine de verano, la Feria, la Semana Santa, las Cruces de Mayo, los Rosarios, San Antón, Nochebuena, ¡que recuerdos!.
    En la distancia, con el paso del tiempo y la nebulosa de los recuerdos mas entrañables, mi pueblo Mengíbar me parece aún mas hermoso, mas autentico, y mejor cada día. No puedo llevarlo en mejor sitio que en mi corazón, en el mismo lugar que tengo a las personas que dejé allí, en especial a la mengibareña que tiene todo mi amor, y esa es “mi madre”.
    Muchos besos a todos desde Valencia, y al periódico le deseo que cumpla muchos años más adaptándose a las nuevas tecnologías.



    Eva García Martos. Universitaria. Begíjar

    Guadalquivir

    Desde mi balcón te veo,   bajar por tu inmenso valle                                                                                      Te observo, no parpadeo,   no quiero perder detalle                                                                                   Sobrecoges, emocionas,   me llegas a estremecer                                                                                                                        Guadalquivir impresionas,   de gentilicio, Jaenes                                                                                                        Nacerás siempre en Cazorla,   cañada de fuente fría                                                                               Río grande y arteria,   de Jaén, de Andalucía
    El puente del Obispo al pasar,   te abraza con gran cariño                                                                                  y con mimo tu lo besas,   como un padre a su niño
    No vas solo tienes escolta,   y vas muy bien “protegió”                                                                                                                     Mientras el valle serpenteas,   la corte guarda a su río                                                                Como filas de soldados,   te custodian los olivares                                                                                                Con verdes ramas prendidas,   de aceitunas y alamares                                                                                                    A un lado las Delicias, a la izquierda la Laguna                                                                                               Que refrescas y acaricias,   como esta tierra ninguna
    Por la vega vas entonando,   de mi pueblo eres cantante                                                                                                               Ya por Andújar voceas,   que no quieres alejarte  
    Te alejas por Marmolejo,   en viaje inapelable                                                                                    Te vas haciendo mayor,   hasta que seas navegable                                                                                                                  Hermoso y precioso río,   te miro y te admiro                                                                                                     No me canso de mirarte,   y hablar lo mejor de ti                                                                                      Desde mi pueblo,   Begíjar                                                                                                                              ¡Balcón del Guadalquivir!



    Juan Antonio García Mesas. Profesor. Andújar

    Para mí, Jaén es el paraíso para respirar, reflexionar, para llenar la vista...para vivir...
    Lo que más me gusta de mi tierra es su sierra, sus paisajes...perderte y disfrutar de su entorno...llenar tu alma simplemente mirando su catedral, fruto de la imaginación creadora del maestro Andrés de Vandelvira.
    Si pudiera volver a nacer, desearía nacer en Jaén.

    Juan Carlos García-Ojeda Lombardo. Secretario General de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Jaén. Jaén

    Epitafio de un aceitunero

    El golpe va y el aire vulturno viene
    levanta la manos rotas el aceitunero
    que el viento ardiente es el quemadero
    del tajo de la vida. ¡Nunca se detiene!

    Su alma ya no espera al cuerpo pobre,
    quiere volar entre esa cruz y su pinar,
    quiere con su cuerpo la tierra abonar
    en un crepúsculo sureño de tono cobre.

    Poned la murria ceniza mirando al norte
    inmolada como tributo silencioso.
    Dejadlo entre los chaparros y el castillo.

    ¡Ah!, dulce balada enamorada del monte
    proclama el verso paternal y virtuoso
    sobre el viejo Jaén, de color amarillo.

    Antonio Luis García Ruiz. Empresario. Madrid

    En Campillo de Arenas siempre reina la alegría y el buen humor, por eso sus gentes no cambian de carácter ningún día…… y qué decir de sus chicas guapas. Qué mejor introducción o presentación para definir a la gente de Campillo de Arenas, trabajadora y honrada. Emigré hace bastantes años hasta Madrid, pero nunca me he sentido ausente de ti. Por eso cada vez que puedo, me acerco a esta bendita tierra, de extensos y centenarios olivares enclavados en  la zona de Sierra Mágina, camino de Granada. Tengo la suerte de que toda mi familia y esposa, hemos nacido allí y mira por dónde hasta mis hijos aunque nacidos en Madrid, no pueden pasar sin ir tanto en vacaciones como en cualquier otra ocasión. Y es que desde la lejanía, me siento orgulloso llevando a mi pueblo por bandera y en mi corazón.


    María García Sánchez. Auxiliar de ayuda a domicilio. Jaén
    Luces y sombras de mi tierra
     
     Despliegue de mástiles aceitunados
    arropados por el viento,
    perennes y asentados. 
    Perfume exuberante de sosiego
    de tardes soleadas,
    austero y bosquejado.
    Tu ciudadela nos preside
     y tu catedral nos abraza.
    Tierra que  me acompañas...
    me empequeñezco si te sueño,
    te engrandeces cuando callas.

    Juan Antonio García Tobaruela.  Empresario. Begíjar

    ¡Begíjar! Centro del Santo Reino
       
    Nacer en la provincia de Jaén, ya es una ventura y si además como es mi caso, tienes la suerte de vivir en Begíjar, eso ya es un privilegio. ¡Siempre pegado a Begíjar! A excepción del breve periodo de la milicia (antes obligatoria)  que tuve que vivir en la vecina Granada. A pesar de estar tan cerca, siempre tuve muy presente en pensamiento y palabra la tierra del Santo Reino; hasta el punto que mis compañeros decían que era un enamorado de mi tierra. En un viaje de vuelta a casa con permiso de fiestas, iba con otros tres compañeros, todos de Castilla…  
    -¡Provincia de Jaén! ¡Ea! Ya estamos en mi tierra.                                                            - Cuando lleguemos a Campillo de Arenas quiero que te pares                                                                    Le dije a Morales, que era el conductor y el dueño del coche en el que viajábamos, y así lo hizo. Entonces Campillo de Arenas era antes de existir la autovía, paso obligado en el camino a Granada. 
    -Comprobad vosotros lo que os digo siempre; ya estamos en Jaén, la fragancia es diferente,  y se respira mejor en un entorno entre olivares que hasta el cielo es más azul…                                                                                                                                                                          Si esto es aquí en el inicio, imaginaos mientras más profundicemos, mucho mejor, porque la esencia de las cosas están dentro, en el interior, en el corazón, en el centro…                                                                                                                                Y Begíjar, es el Centro del Santo Reino
    Os aseguro, que si buscáis por el mundo, el mejor lugar para vivir, después de dar muchas vueltas; ¡Os quedaréis en Begíjar!      


    Serafina García Valverde. Asociación de Vecinos Guadalquivir. Jaén
    Jaén, una ciudad con personalidad
    Las ciudades son como las personas: tienen su propia personalidad. En realidad, no es fácil encontrarla. De hecho, hay quien nunca logra formarse una identidad. Jaén tiene una antigüedad inmensa, pero siento que aún está buscando su lugar en el mundo. A lo largo de siglos han ido desapareciendo conventos, los lienzos de venerables murallas, fuentes que eran la admiración de reyes y califas, edificios señoriales… Pero Jaén aún puede lucir con orgullo otras joyas, como su catedral, o el castillo, enmarcados en una sierra de admirable belleza. No son sólo tópicos. Jaén ha sufrido la desidia de los giennenses, hasta el punto de emborronar sus señas de identidad. Sin embargo, aún es posible convertir a Jaén en un lugar agradable para vivir y digno de ser visitado. No es la obligación sólo de los políticos. Amemos nuestra ciudad, respetemos los edificios antiguos que aún quedan en el casco antiguo, y exijamos más a los que tienen la obligación de seguir construyendo Jaén. Unos ciudadanos orgullosos convertirán a Jaén en una ciudad orgullosa, llena de autoestima. En ese momento, Jaén podrá mirar al pasado y encontrar elementos que la identifiquen, y podrá también mirar hacia el futuro, añadiendo nuevas características que hagan aún más hermosa y habitable nuestra ciudad.

    Vicente García Villarrubia. Doctor en Medicina e Inmunología. Jaén

    Para un toledano como yo, no resulta difícil ser de Jaén, Antiguo Reino de Toledo. Estoy en mi casa y con mis colores. El morado de nuestras banderas y la residencia de cientos de judíos sefarditas que vinieron a refugiarse perseguidos por la Inquisición. Yo vivo en el Jaén místico de San Juan de la Cruz, de Santa Teresa y de Don Miguel de Cervantes. Soy lechuza/olivo de esta tierra y de la mía. Mi Catedral y mi Magdalena. Amadas, amantes.

    Laura Garrido Almonacid. Presidente de la Unión de Cofradías de Baeza

    Sentir Baeza y su Semana Santa es embargarse de apacibles aromas, de vibrante música, de genuinos sabores, de austeros colores y sobre todo de bellas e impactantes imágenes que asombran la retina de cuantos admiran las magnificas estaciones de penitencia que recorren esta ciudad monumental, patrimonio de la humanidad, que vive intensamente la Pasión y Muerte de nuestro Señor, acompañado de la Madre y la alegría de la Resurrección.


    Antonio Ramón Garrido Barcelona. Técnico en inyección electrónica de automóviles. Mendoza (Argentina)
    Sueño con tu paisaje, sueño con tu recuerdo.
    Siempre escuche de ti y nunca te visité.
    Será que alguien  te quiso mucho y me hablo de ti.
    Desde muy lejanas tierras siento que huelo.
    La Jaén de mis abuelos. No se si Mancha Real, o los Villares o Torredelcampo o La Guardia, pero estoy seguro que ellos decían que de Andalucía venían. No se de letras, ni rimas hasta la ortografía me esquiva, pero de extraño tiene el recuerdo que en mí habita, que grande habrá sido el amor del viejo. Que a mi me parece vivo. Leerlo con cariño será el desafío, por que de literatura no tiene nada. Solo el corazón de un europeo, que de Jaén se vino y que su nieto solo la mira en el mapa. Antonio se llamaba el viejo, y ami también Antonio me llaman si alguien recuerda en Jaén Garrido, lo apellidaban.


    Antonio Garrido de la Torre. Vicario Episcopal de Comunicación. Jaén

    Pueblos de Dios entre olivos
    Jaén es mi tierra, el ámbito existencial en el que desarrollo el día a día de mi vida. Y si de bien nacidos es ser agradecido, no puedo menos que agradecer a esta tierra todo lo que supone tener una familia en la que he nacido y he sido educado, unos amigos con los que comparto la alegría de vivir y una Iglesia que me ha acogido como madre y a la que me siento íntimamente vinculado. Soy un cura de Jaén. Me dedico a intentar trasparentar con mis palabras y mis obras a Jesucristo. Ese Jesucristo es el mismo que se procesiona por nuestras calles en la semana santa. El mismo Jesús que está muy metido en el corazón de mis paisanos y es fundamento de sus vidas.
    Jaén es una tierra abierta, acogedora, alegre, llena de posibilidades. Y una provincia con un encanto particular. Como bien dijo San Juan de la Cruz, Dios nos ha bendecido con multitud de parajes naturales «vestidos de hermosura», en donde contemplamos la belleza que el Creador nos ha dejado como impronta suya.
    La tradición cristiana ha forjado el espíritu de los jienenses y esta tradición que hemos recibido de nuestros padres y abuelos lejos de ser una pieza de museo para ser conservada debe suponer un aliciente para seguir a Jesucristo con renovada ilusión. Aquí y ahora, como pueblo de Dios que camina al encuentro del Señor en medio de esta tierra de olivos.

    Jesús Garrido de la Torre. Funcionario. Jaén
    Gracias Antonio

    Noches de verano. Acompañábamos a otro mozalbete a cazar lagartijas con su escopeta de perdigones en la plaza junto a la iglesia; escuchábamos en las no tan calurosas por entonces noches de verano tomando el fresco en las sillas de enea junto a la puerta de las blancas casas de los Miradores de San Lorenzo el sonido del cine de verano, el cine de la cava como era conocido; desde esas mismas murallas veíamos entre los oscuros olivos las luces de los coches que se aproximaban a Mágina, o a Úbeda, daba igual. Quién me iba a decir por entonces que en ese tiempo un futuro escritor disfrutaba de todas estás y otras vivencias de esas mismas noches de verano que luego serían plasmadas en una obra llamada El Jinete Polaco. Antonio Muñoz Molina retrató como nadie la vida en esa Plaza de San Lorenzo junto a sus miradores, a otros nos ha supuesto vivir el recuerdo gracias a las coincidencias de tiempo y de espacio, gracias Antonio por haber sido vecino de mis abuelos, gracias Antonio por ser de la provincia de Jaén.

    Ramón Garrido Martínez. Arquitecto y pintor. Úbeda


    Nacer en Úbeda imprime carácter y vocación. Renacimiento: Cal en fachadas, piedra tallada; blanco y ocre en la ciudad, verde y plata en el campo. Jaén, siglo XXI; sociedad desarrollada y tecnificada  que observa inamovible la desmotivación generalizada, y el tedio en que la población  consume su vida. ¿Dónde están las  inquietudes, las  ilusiones, y los ideales  que heredamos del Renacimiento? ¿Dónde esta la cultura y arte en los espacios públicos de nuestra tierra? Jaén, Jaén…. ¿solo olivos?

    Julia Gázquez Munuera. Ama de casa. Lleida
    Aportaré ese amor hacia mi tierra...Desde la distancia… Desde la añoranza… Desde el recuerdo. Nací en Quesada, donde nace el Guadalquivir...en la sierra de Cazorla, Segura y las Villas.  Mi recuerdo es alegre y a la vez triste. Alegre de esa emoción que sentía cuando mis padres me acercaban a la calle "el bache" donde vivían mis abuelos… en una casa con grandes escalones, blanquísimos. Iluminados por un corral enorme donde mi abuelo tenía una borriquilla gris. Entre la emoción y el miedo de mi niñez me encantaba que mi abuelo me montara en ella donde la risa se mezclaba con la satisfacción de haber superado el miedo. Mi recuerdo triste es dejar mi tierra. Desde mi diminuta estatura podía comprender que algo Pasaba. Lágrimas y sollozos, abrazos y besos de mis mayores, unos con otros, una plaza, la del Jardín, así la llaman. Luces tenues, un camión esperando la partida, cargado sobre todo de esperanza, la esperanza de poder volver a Jaén. Amo a Jaén. Para mis padres, cuanto amaron Jaén, cuanto me enseñaron amarla.



    Antonio José Gijón Cruz. Subjefe de taller del Tranvía de Valencia. Valencia


    Mengibareños por el mundo

    Tal como reza el título es como se ha desarrollado mi vida. Yo soy Antonio, mengibareño, hijo de Concha, jiennense, y de Bonoso, mengibareño también.
    Antes de que yo tuviera control sobre ella, mi vida se encauzó  fuera de mi tierra natal. Con 10 años fui a estudiar a Valencia, después en Córdoba, para acabar haciendo la carrera en Tarragona.
    Después mi vida profesional me ha llevado a vivir en Madrid, en Alemania, en Barcelona y por último en Valencia desde donde os escribo estas líneas.
    Siempre he trabajado en el mundo ferroviario y a Valencia me trajo hace 16 años el tranvía que aquí se inauguró allá por el año 1994. Hoy me alegro que la ciudad de Jaén haya optado por este sistema de transporte urbano que a pesar de todas las incomodidades para sus vecinos para su puesta en marcha, estoy convencido de que se alegraran de tener en su ciudad, como así ocurrió hace tantos años en Valencia.
    Puedo decir que todos los sitios en los que he vivido, eran ubicados en mi cabeza según la lejanía o cercanía de mi tierra natal Mengíbar (Jaén). Esto ha sido favorecido porque me casé con Mari Ángeles, mengibareña, y que toda nuestra familia sigue viviendo en Mengíbar, así como lo bien que se han sentido siempre mis hijos en nuestra tierra, sintiéndose jiennenses sin haber nacido allí.
    Siempre me he sentido muy orgulloso de ser de la provincia de Jaén, y en concreto de Mengibar; y cuando he estado trabajando por esos mundos de Dios y me preguntaban por mi procedencia, siempre ha sido una satisfacción el decir que soy de Jaén.


    María José Godoy Chiclana. Enfermera. Jaén

    Sintetizar en quince líneas mis sentimientos sobre la ciudad que me ha visto, no nacer, pero si crecer y desarrollar mi vida tanto personal como profesional, no me resulta fácil.
    La ciudad sencilla, quizás olvidada, quizás no valorada, pero fuerte, acogedora, de una belleza particular a la que olivos milenarios dotan de una magia excepcional.
    Hablar de este entorno mágico es volver sobre los pasos de quienes ya descubrieron que  el alma de toda ciudad son sus gentes. Así nos lo cantaron el Marqués de Santillana en sus serranillas o Machado en sus poemas.
    Para conocer una ciudad, no hay que recorrerla, hay que disfrutarla.
    Como dice aquél poema:
    “Jaén que me ha visto andar
    Aprendí a quererte y a disfrutarte
    Recorriendo tus calles, respirando tu aire
    Aprendí a sentirte.
    Jaén, tu que progresas sin mirar atrás
    Yo te admiro y siento orgullo de esta mi tierra fuerte
    De esta mi tierra casi natal”

    José Gómez Garrido. Cantante. Baeza

    El escalofrío de la niebla
    Las sensaciones más perturbadoras de mi niñez, y que quizá más se reflejan en todas y cada una de las letras que escribo para Autómatas, pasan inevitablemente por las calles, enturbiadas de densa niebla, de mi Baeza natal.
    Desde mi propio inicio de los tiempos recuerdo los pequeños recovecos de los callejones serpenteantes que rodean la antigua catedral, donde tantas culturas distintas convergen, desde los musulmanes hasta nuestros contemporáneos, pasando por el gótico o el renacimiento. 
    A veces, de noche, paseando a solas por la ciudad antigua, intento imaginar como sería la vida cotidiana de nuestros antepasados en las pequeñas callejas y encrucijadas baezanas. Decenas de tenderos vendiendo pescados, carnes, vino. Incluso exponiendo ya nuestro, también por entonces, oro líquido a mil y un compradores que regateaban, sin cesar, en busca de un precio más justo.
    Me gusta, incluso, imaginar que en aquel pequeño cinturón de la catedral se producían, noche si, noche también, duelos de honor entre dos hombres que se sintieron agraviados por amoríos románticos en el XIX.
    Quizá, por qué no, también historias de brujas y fantasmas que recorren los pequeños recovecos, a la sombra de los arcos, de este siniestro espacio de la ciudad.
    No sé si todo aquello pudo suceder o no en algún momento de nuestra realidad.
    Lo que si sé a ciencia cierta es que los callejones que rodean la catedral de Baeza están llenos de encanto, magia y recuerdos soñados.

    Gómez González. Ama de casa. Barcelona
    Desde lejos veo mi niñez
    calles cubiertas de nieve,
    juegos, risas, algarabía 
    de 4 a 5 años
     
    Escuelas compartidas
    buñuelos con chocolate
    leche en el patio
    rosarios, mes de Mayo.
    Primera comunión
    8 a 10 años
     
    Primeras cuervas y cigarros
    chistes y buenos ratos.
    En el Santo y fuente de los cinco caños
    ingenuidad de 13 a 15 años.
     
    Maletas viajes a Lloret
    en hoteles y aceitunas
    primeros trabajos
    amores y desengaños
    18 a 20 años
     
    Emigración, pueblo despoblado
    aunque donde estoy
    no saben ni pronunciarlo: Benatae
    yo vuelvo cada año
    30 a 40 años
     
    Hoy mi hijo y sus amigos
    me hacen recordarlo
    ¿ y me pregunto cuanto las
    cosas han cambiado?


    Beatriz Gómez Hidalgo. Médico. Jaén
    Un aspecto muy importante en nuestras jiennenses vidas es,  como no,  la salud. Aprovechando mi profesión médica y mi dedicación durante nueve años a la medicina privada, me gustaría abusar de esta oportunidad para mostrar y   agradecer públicamente la fantástica labor que realiza la Doctora Moreno Lorenzo a la cabeza de la dirección médica de la Clínica Cristo Rey. Su profesionalidad, sabiduría, intuición y conocimiento van envueltos  en un halo de tranquilidad resolviendo temas tan afines y alejados como administrativos,  médicos, logísticos, de intendencia, de albañilería…es una erudita, y toque el palo que toque,  lo hace con las mismas ganas, interés y entendimiento.
    Lo que define a la Doctora Moreno, es su gran corazón,  ese que le hace ser  tan sólo Mercedes con los pacientes y compañeros que a diario trabajan a su lado y por el que se ha ganado el respeto y admiración de todos nuestros compañeros médicos.


    Antonio Gómez Hueso. Escritor y dramaturgo. Torredonjimeno
    Faro interior, Jaén, encrucijada de caminos, que recoge y acoge a viajeros perdidos, inmigrantes sin hogar y demás visitantes, brindándoles una cálida y desinteresada hospitalidad. Faro privilegiado de castillos y atalayas sobre el horizonte inmenso, testigos de las luces y sombras de los siglos, esparcidos por campiñas, olivares y montes. Faro de artistas, músicos y escritores, que nos hicieron sentir y gozar de lo bello en medio de las barbaries de la Historia.
    Pero sobre todo, faro de mujeres y hombres, obreros y campesinos, esforzados y aguerridos, piel de aceituna, paz y esperanza, generaciones que forjaron esta excepcional tierra, naturaleza grandiosa y variada, en donde dejaron santo y seña todos los grandes pueblos del Mediterráneo, civilizaciones y culturas que nos legaron su saber en el tiempo.
    Jaén, faro interior, siempre proyectando su luz con amor.

    María Dolores Gómez Jiménez. Presidenta de la Asociación de Síndrome de Down. Jaén
    Nací en un pueblo, ni grande, ni pequeño. Es una mancha blanca entre un mar de olivos. No es ni llano ni empinado. Sus calles parecen casi un plano cuadriculado. Está situado al pié de una sierra: “La Peña del Águila”, muy cerca del pico del Almadén. Pertenece a la Comarca de Mágina. Se llama Mancha Real. Tampoco tiene demasiada historia. Lo más relevante es su Iglesia (parece que fue diseñada por discípulos de Andrés de Vandelvira).
    Quizás lo más significativo de mi pueblo sea, además de su proximidad a Jaén (20 kilómetros), cosa que condiciona el carácter de sus habitantes (viven tan cerca de la Capital), es su carácter emprendedor, trabajador y el esfuerzo de estas gentes por mantener un nivel de vida, bueno o aceptable para los tiempos que corren. Mis padres, manchegos de toda la vida, me inculcaron ese espíritu de resistencia, de trabajo, de esfuerzo, que reina en el pueblo. Mi padre, sin más patrimonio que su profesión de Practicante, luchó, como todos sus vecinos, por sacarnos adelante a mí y a mis hermanos e inculcarnos el espíritu de lucha, de resistencia y de no hundirse cuando las cosas no van como se planean. Mi madre, ama de casa, todavía sigue luchando, pese a sus enfermedades, por, al menos, estar contenta y no darnos demasiadas preocupaciones. De ella aprendía el sentido del ahorro y la constancia.
    Hoy día después de 34 años de dedicación a la enseñanza, lucho día a día, como mis paisanos, e intento inculcar a tantas generaciones que pasan por mi aula que el mejor patrimonio al que se puede aspirar es el empeño por conseguir las cosas, el esfuerzo porque todo salga lo mejor posible, la resistencia ante la adversidad y el espíritu emprendedor, que caracteriza a mi pueblo y que aprendí de mis padres, manchegos de toda la vida.

    Vicente  Javier  González  Lombardo. Estudiante de Secundaria. La Guardia de Jaén

    Jaén tierra de olivares, parques naturales  y caza  y como decía Antonio Machado lugar de labranza, Con pequeños montes y gente hospitalaria, donde los más importante es el esfuerzo y el trabajo, compaginado con la amistad y la cultura Debido a que tuvo lugar una mezcla de culturas  y religiones, Jaén tiene su Buen aceite ya que es la capital del mundo del aceite y su gran gastronomía como los chorizos de las infantas, como Cazorla o  como la gran agua de Los Villares y además Baeza y Úbeda reconocidas como  patrimonio de humanidad por su grandes obras de arte como sus palacios o iglesias. Pero sin olvidarse de sus pequeños pueblos como Villatorres o La Guardia de Jaén. Lugar de bonitos paisajes y cerros para hacer senderismo y rutas. Con ciudadanos Orgullosos de vivir en este nuestro paraíso Interior, como yo.
       

    Juan Gómez Martínez. Presidente de ABISC de Baeza
    Es tanto lo recibido de esta maravillosa gente de Baeza, que aún siendo Bastetano no dudo en identificarme como Baezano y además estar orgulloso de hacerlo.

    Ana María Gómez Martos. Abogada. Villargordo.
    Es mi pueblo un territorio plateado de olivos cuyo término linda por el norte con el Gran Río, con el antiguo Betis de los romanos, con el actual Guadalquivir árabe. Vivimos en torno a tres mil trescientas personas siendo nuestra mejor tarjeta de presentación  el ser gente sencilla y laboriosa, gente acogedora.
    Con el paso de los años los pueblos se ensanchan con lo que sueñan. Respiran cuando se abren a los distintos, a los otros, cuando hacen de su identidad no una atalaya desde la que miran a los demás, sino una lanzadera desde la que se arroja al mundo. Es nuestro pueblo un ejemplo vivo de ello.
    Su situación geográfica es ideal, estamos a un paso de la capital y disponemos de dos enlaces con  ella, la antigua carretera nacional y la autovía. Prácticamente tardamos quince minutos en llegar.
    Pues bien, una vez cursada la EGB en el Colegio Público Francisco Badillo, decidí seguir estudiando, de acuerdo con mis padres. Esta proximidad geográfica con Jaén facilitó mis estudios en el IES Virgen del Carmen y  después en la UJA, cosa que posibilitó regresar diariamente a mi casa.
    Hablar de cultura en nuestro pueblo obliga a mencionar al gran pintor local, ya fallecido, Francisco Cerezo Moreno que tuvo la enorme generosidad con su pueblo de legar su prestigiosa y reconocida obra ubicada en el museo que lleva su nombre. También subrayar que dentro del  patrimonio artístico, religioso o arqueológico, que tenemos, está La Iglesia Parroquial construida en el siglo XVI en la que se conserva un magnífico coro de estilo mudéjar. Un hallazgo arqueológico relevante lo constituye la “urna funeraria” de origen ibero que está expuesta en el Museo Provincial. Esto constituye una de las pruebas que según los historiadores y arqueólogos demuestran que hubo un asentamiento ibero en el siglo IV a.C.
    El apartado del ocio y la diversión deseo resaltar la Plaza de la Constitución que nosotros popularmente le llamamos “el Paseo” por estar muy relacionada con nuestra vida, es el sitio natural de encuentro para pasear, hablar con los amigos en los bares y terrazas.
    La Feria y Fiestas se celebra el día 25 de julio y cada año nos colma de alegría y alborozo. La Feria de mi querido Villargordo seguirá creciendo con nosotros si la identificamos como abierta, plural, laica y religiosa, porque nadie tiene el patrimonio de la fiesta. La Feria es de la gran mayoría de creyentes del Cristo de la Salud, entre las que me incluyo; pero es también de la minoría de los ateos, de los que profesan otras religiones...  de los seguidores de Fito y de los amantes de los boleros. La Feria es la vida en su manifestación más alegre y divertida. La Feria es de los que están disfrutando de vacaciones y de los que no las tienen. La Feria que disfruto cada año sale del coro multicolor de todas las voces de las personas que viven o visitan nuestro pueblo.
    Pues bien, después de un breve recorrido por el tiempo vivido y por todos los recuerdos que me afloran a la hora de escribir, queda pues por decir que me llamo Ana María una joven mujer enamorada de su pueblo.

    Alberto Gómez Oblaré. Jubilado. Torredonjimeno
    A ti tierra de frondosos olivos y luz; un
    homenaje te hago, porque te quiero, porque aquí
    nací, entre el verde olivar y el azul y gris
    limpio de tu Peña.
    Mi tierra, donde pasé mi infancia, esa bendita
    Tierra, calle Real, calle San Juan, calle Campiña
    y Fuente Nueva.
    Mi tierra, aunque tú sabes que del Monte soy,
    pues el Monte siendo de Martos, yo me siento
    marteño, aunque no estoy en ti, tierra mía,
    siempre te recuerdo.
    Hace pocos días un amigo por radio me saludó y
    con simpatía me pusieron esta canción: “Mi
    Tierra”. Fue para mi una especie de homenaje,
    pues mi corazón vibraba de emoción y añoranza
    a la misma vez, pues te digo tierra mía que
    mi corazón vuelva hacia ti convertido en paloma
    para posarme en tu Peña y ver tu campiña marteña.
    Mi tierra, aunque estoy fuera de ti, no estoy
    tan lejos, te veo desde mi terraza y te miro y
    admiro. Y digo: que bonita es mi tierra, y veo tu
    peña erguida y bella como una mujer marteña,
    con mantones de manila, brilla mi alegría de
    verte, peña mía, rodeada de verdes olivares y
    de tu bella campiña.
    Mi tierra, tu recuerdo me lleva por la vida como
    mensajero de cariño y amor, porque en Martos
    yo nací, el Monte que fue mi cuna, pues allí a
    los que más quería se fueron un día al cielo,
    pues eran aquellos que la vida me dieron, yo se
    que si al balcón de la gloria se asoman, Dios les
    dirá: mirad a vuestro hijo que a su tierra adora.
    Mi tierra, si yo lejos de ti me fuera a la Virgen
    de la Villa en mi corazón llevaría y de mi
    Monte querido a la Virgen del Carmen que tanto
    mis padres amaban. Y a tí, Martos, con tus
    buenas gentes y tu verde campiña, te dedico mi
    pensamiento para decirte que a ti mi tierra te
    llevo muy dentro.

    Juan Gómez Ortega. Catedrático. Jaén
    He pasado dieciocho años (las décadas de los ochenta y los noventa) fuera de Jaén, mi ciudad. Por lo tanto, he vivido una buena parte de los cambios importantes que se han producido en  ella desde la distancia. Esto, probablemente, hace que los perciba con mayor fuerza y con cierta  objetividad, que proviene de la oportunidad de la comparación con la ciudad en la que residí todos esos años: la creación de la Universidad, uno de los motores indudables de la provincia en los últimos casi veinte años, el aumento casi infinito (ya que partíamos prácticamente de cero) de la oferta cultural, la mejora de las infraestructuras en todos los sentidos, y un largo etc.
    Son numerosas y diferentes las sensaciones (normalmente contrapuestas) que me sugiere esta ciudad. Inquietud (por el futuro) frente a ilusión (por el futuro); grandes equivocaciones frente a grandes aciertos, paisajes entrañables y recuerdos de infancia frente a más paisajes y más recuerdos. Pero me gusta mirar hacia delante. Por eso, de todas las sensaciones que me provoca mi ciudad, la más profunda e ilusionante es la de ser para todos los que vivimos en ella un extraordinario reto. No seamos conformistas, dejemos en la cuneta un cierto complejo de que casi todo da igual y que está bien como está. Seamos ambiciosos y arrojemos a un lado la inercia, que, a mi juicio, ha sido durante años un lastre para todos los jiennenses. El futuro de esta ciudad es, sin lugar a ninguna duda, muy atractivo.

    José Antonio Gómez Rodríguez. Profesor. Jaén
    Nací en esta ciudad hace ya 59 años y, a excepción del periodo en que me desplacé a Granada para realizar mis estudios universitarios y de un tiempo que, como consecuencia de mi profesión, tuve que ésta separado de esta ciudad, siempre he vivido aquí. Aquí nací, me casé y forme mi propia familia por lo que no puedo más que estar agradecido a esta tierra, que presenta, desde mi punto de vista, unas características particulares, unos paisajes espectaculares, una ciudad perfectamente abarcable y tranquila y un paisanaje variopinto capaz de entregarse sin dobleces al forastero y no hacer lo mismo con sus propios conciudadanos, en fin, una ciudad que por su ubicación, su aislamiento forzado durante mucho tiempo por las malas comunicaciones, tanto por carretera como por ferrocarril, respecto de otros lugares, han forjado un carácter particular de las gentes de esta tierra y pienso que ya es hora de que miremos hacia adelante y arrimemos el hombro para alcanzar el puesto que nos merecemos en el conjunto de España.

    Purificación Gómez Zamora. Funcionaria. Jaén

    Esta calle empieza en el Paseo de la Estación y termina en Avenida de Madrid.
    Es una calle normal, como cualquier otra de cualquier ciudad, es amplia, encontrando edificios de altura entre edificaciones dedicadas a la enseñanza. Hasta ahí todo bien. Pero hay algo que la hace especial y que a mi me llama la atención y es, la cantidad de baches y raíces que sobresalen en la acera. ¡Es genial!. Si no se camina por ella (con muchísimo cuidado por supuesto), nunca podrías imaginar que tantos baches pudieran estar en una sola calle.
    La verdad es que es toda una aventura andar por ella. Y si le quieres dar muchísima más emoción (que ya es difícil), pasas por la noche, no hace falta que sea tarde, solo cuando encienden las farolas, porque como apenas si alumbran pues da una sensación de... no se como explicarlo... Bueno, lo mejor es que lo prueben. ¡Ya me dirán!

    María Teresa Gómez-Zorrilla Sáenz. Presidenta de la Federación Provincial de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios "Tres Morillas-Al Andalus". Jaén
    Jaén es una ciudad hermosa y hospitalaria, llena de rincones maravillosos. Un libro sobre Jaén es un regalo poco frecuente que se merece acoger con atención, pues son escasas las publicaciones sobre nuestra ciudad. Mucha gente las espera con verdadera impaciencia, y yo, que me considero buena jiennense estoy entre ellas. Me encanta conocer su historia, sus monumentos, su arquitectura, y hasta sus leyendas. Algunas desconocidas para la mayoría de la gente. Procuro seguir todas las tradiciones, tanto culinarias como culturales y hacer que las compartan las nuevas generaciones. También me gusta observar la evolución de nuestra capital, un tanto pueblerina hace algunos años y su transformación en una ciudad moderna y bonita, sin perder su encanto. Mi lugar favorito, entre otros muchos, es el barrio de San Ildefonso, donde nací y me crié, cerca de la iglesia de nuestra patrona, con la que me une tradiciones familiares muy profundas. Espero que Jaén, la gran desconocida por ser ciudad de paso, deje de serlo, pues tenemos mucho que ofrecer.

    Begoña Góngora Garrido. Administrativo. Murcia
    Una imagen viene a mi cuando estoy lejos de mi tierra, es una fotografía fija que está en mi retina. Hay un punto en la carrera de Guadix – Alcalá en el que de repente aparece como una reina encima de su trono “La fortaleza de la Mota”. Esa imagen la he visto muchas veces, de día, de noche, rodeada de fuegos artificiales en las fiestas, y siempre tengo el mismo sentimiento de alegría. 
    Una de las primeras veces, fue al venir de un largo viaje de un mes, y la vi tan impresionante después de tanto tiempo. Cada vez que la veo, algo se remueve dentro de mí, un sentimiento de orgullo por ser una de las personas que han nacido en este pueblo tan increíble de Alcalá la Real, en Jaén.
    Cuando me entra la morriña en la ciudad que me ha adoptado, Murcia, siempre viene a mí esa imagen, acompañada de recuerdos felices, familia, amigos, olor a campo y a felicidad. Porque viva donde viva o esté donde esté, me siento muy alcalaína, jienense y andaluza.

    Francisco González Cerezo. Técnico informático. Jaén
    Aquí y ahora es la ocasión de hablar de Jaén, mi tierra. Y es que hay ciudades más grandes, pero Jaén tiene más grandeza. Y hay ciudades más pequeñas y coquetas, pero Jaén tiene más encanto. Y seguro que habrá infinidad de sitios mejores para vivir, pero yo prefiero Jaén, a pesar de sus interminables obras, de sus exasperantes atascos y su rigor caluroso veraniego. ¿Y por qué lo prefiero?. Por su buena gente. Por su entorno natural privilegiado. Porque nací, vivo y, probablemente, moriré aquí. Y sobre todo porque es mi tierra, aquí, ahora… y siempre.

    Juana González Cerezo. Periodista. Jaén

    Dicen que uno no es de donde nace, sino de donde pace. Yo creo que uno es de donde viven las personas que lo quieren. No de donde naciste, ni de donde tienes ahora tu casa o tu trabajo. Aunque puede coincidir, claro. Jaén es un lugar especial con mucha gente cariñosa, cercana, que te conoce por la calle. Un gran pueblo que sueña con ser ciudad. Por eso se dice que se entra llorando y se sale llorando. Los que trae aquí el destino maldicen su suerte, hay que ser sinceros, pero a la hora de marcharse, se dejan parte de su alma para siempre. Jaén no es conformista, es que tiene que luchar el triple para conseguir la mitad que cualquier otra provincia, por eso parece que no se mueve. El día que nos quitemos el sambenito de victimismo, empezará un nuevo mañana. Entonces, los jiennenses escribiremos la historia que queremos escribir, no la que nos dicten. Porque merece la pena. Y es que Jaén es ese punto en el mapa que no se elige, pero que si tienes la suerte de descubrir, te atrapa para siempre.

    Alejandra González Durán. Estudiante de Primaria. Jaén

    Jaén eres preciosa. Jaén cada vez más mejorando más y más. Eres como un libro de recuerdos: eres como una mujer que luego envejece. Jaén eres muy bonita con tus olivos que parece que llevas un vestido verde. Jaén estas llena de flores.
    Me gusta vivir aquí porque eres tranquila y me gustas mucho.

    Pilar González Fernández. Auxiliar de Enfermería. Linares
    Jaén, la desconocida, la que se pone en duda que forme parte de Andalucía. ¿Por qué tu habla es diferente y tu sonrisa fría? ¿O por qué es triste tu cante? ¿Por eso, ya no eres Andalucía? ¿Acaso no te emocionas ante el rasgueo de una guitarra o unas palmas bien sonás? ¿No vives la Semana Santa?, ¿No lloras al cantar la saeta, o te emocionas cuando sale El Abuelo en la madrugá? ¿Y n ondea en tu tierra la bandera blanca y verde, como el cortijo y el olivar?
    ¿Y aún dudan que seas Andalucía? Porque no bajas la mirada y como los buenos toreros vestida de verde y oro caminas erguida y valiente hacia un futuro incierto. No tienes porque reír si aún  estás herida, pero no llores tu Jaén por creerte en desvalía, que no debe de llorar nunca la esmeralda de Andalucía. Toda verde de olivares, regalo de los fenicios para simular ese mar añorado a veces oscurecido, a veces plateado o meciéndose en oleajes de trigales dorados. ¿Qué pueden decir de ti si toda Tú eres bonita? Con la Sierra de Cazorla, Segura y Las Villas. Paraísos que son por su fauna y flora principio de toda vida. ¡Si de ti brota el agua que calma la sed de Andalucía! No olvides que el Guadalquivir te eligió para nacer y Sierra Morena para morir y en ese cielo siempre azul el sol te baña Jaén para que tengas más luz.
    Por eso, Despeñaperros te acuna entre la Jara y Retama y el viento te canta en los desfiladeros con sonido de tarantas. Y arriba, en lo más alto, Pico Mágina te guarda.

    Gabriel González Gómez. Asesor de Educación Primaria. Lepe (Huelva)
    Noches de luna clara que iluminas tejas
    de la catedral, tejados de tus sueños,
    pasan nubes dibujando cabañuelas,
    por el olivar y tus veredas.
    Hermoso tapiz verde y plateado,
    alimento de nuestro camino.
    Tu levantaste hombres al mundo
    inagotables, entre raíces y sueños.
    Se te olvida el cansancio de una cosecha,
    para observar otra gran cosecha,
    eso roba a tus noches quietud y sueño.
    Mantén alto tu orgullo, raza de pueblo.
    ¡Qué sublime y sutil aroma! desnuda tu mano.
    Viento que levantas al cielo, humo del leño.
    En este sur, en nuestro sur, en el sur.


    José María González Jiménez. Presidente de la Real e Ilustre Cofradía Matriz de la Virgen de la Cabeza. Andújar
    Tanto Andújar como la provincia de Jaén, para mí significan todo, es la tierra más bonita que hay para vivir y por la que merece la pena luchar y morir. Destacar la manera de ser de los jiennenses y la buena gente que somos. Asimismo, subrayo la devoción tan grande que le profesamos a la Virgen de la Cabeza y el potencial tan grande que tenemos de personas que no sabemos explotar. Tenemos que aprender a valorar y a trabajar por  todo lo nuestro que es lo más bonito que tenemos. Hay que defender esta tierra hasta lograr ponerla donde merece.

    José Carlos González Lorente. Periodista. Sierra de Segura
    La madera en la Sierra de Segura resume toda la historia e idiosincrasia de una tierra hermosa e ignota donde las halla, rodeada de parajes unívocos y singulares, plena de recursos, habitada por gentes abnegadas y que te entregan todo su cariño sin pedir nada a cambio. Es una tierra de la que han llovido ríos de tintas en elogios, que a lo largo de la historia no se han traducido en hechos. De las gentes buenas de Segura, de sus parajes henchidos de naturaleza, de su ricos recursos, se han aprovechado de una manera arbitraria muchos gobernantes e instituciones que han dictado leyes perniciosas para los serranos, quizás demasiados pusilánimes y complacientes, aunque en los últimos años se está revirtiendo tanta insidia e ignonimia, porque se perciben avances, aún insuficientes, de una tierra que ha sido condenada al olvido, por hallarse lejos de los grandes centros de decisión. Este retraso secular exige la adopción de una serie de compromisos mucho más firmes y continuados. El ejemplo más latente lo encontramos en el oficio ancenstral y desaparecido de los pineros, quien con su esfuerzo y tesón transegaban los pinos con su gancho pinero en duros días invernales. La madera era explotada en otros lugares, aprovechándose del sudor de los serranos.
    Uno de los grandes recursos de los que siempre ha dispuesto la Sierra de Segura ha sido la madera. Desde principios del siglo XVIII se convirtió en el principal abastecedor de madera para todas las necesidades civiles o militares de todo el país. La explotación a gran escala comienza con la construcción de la Real Fábrica de Tabacos de Sevilla, actual sede de la Universidad hispalense. La madera de Segura está cerca y es barata. A partir del año 1733, grandes cantidades de madera se conducen hasta Sevilla bajo la administración del Real Negociado de Madera, dependiente del Ministerio de Hacienda.

    Ángel González Maldonado. Periodista. Jaén
    No puedo hablar de mí si referirme a ti. Nací en tus entrañas milenarias, crecí y jugué en tus calles y me enamoré en tus rincones. Me enseñaron a amarte con tus luces y con tus sombras; me inculcaron la esencia del ser jiennense. Sé de tu pasado de gloria y de olvido, de tus historias épicas y de las oportunidades robadas. Caes y resurges de tus cenizas, te dejas someter y plantas cara a tu opresor, eres dulce y salada, puta y doncella, rica y pobre por igual. Un contrasentido infinito que enamora y deja enganchado a quien cae en las garras de tus tierras peinadas y cegadas por tu luz. Por ello, cuando llegue mi atardecer sin retorno quiero formar parte de ti, integrarme en tu paisaje, fundirme contigo… Ser tú.

    Cristina González Olivares. Estudiante. Jaén
    Jaén es mi tierra. Jaén es mi ciudad.
    En ella nunca hay guerra ni violencia.
    En Jaén solo hay Paz.
    Y nunca hay maldad.
    Con nuestras tradiciones siempre tenemos ilusiones.
    Todo está guardado en mi fanal.
    Historias y sueños, ilusiones y alegrías.
    ¡Jaén es vida!
    Navegando ente las nubes
    Escucho el rumor del río.
    Jaén es mi tierra. Jaén es mi ciudad.

    Manuela González Pérez. Estudiante. Jaén
    Mi tierra se llama Jaén. Es un poco pequeña, pero la Catedral es grande. El Castillo tiene una cruz al lado que se ve desde toda la ciudad.
    Tenemos iglesias como la de San Félix o la Santa Cruz, que es mi parroquia. Allí hice la comunión con mis compañeros.

    Bartolomé González Ruiz. Presidente de la Asociación de Empresarios de Úbeda
    Mágina literaria.
    Atalaya que mira al sur
    es Úbeda, la renacentista.
    Tradición y modernidad fundidas
    en un mar de olivos plateados.
    Cerros que nombra el refranero,
    leones heráldicos, escudos,
    blasones y muros legendarios.
    Sudor compartido,
    de olivareros altivos,
    a través de los años.
    Abrumadores silencios
    de callejas estrechas,
    torres y campanarios,
    que susurra un pasado
    y futuro conciliador.
    Crisol de culturas.
    Siempre Úbeda atemporal,
    presente en mi corazón.

    Mario Gonzalo Jurado. Funcionario. Santiago de Compostela (Galicia)

    Desde Galicia, en la lejanía de la distancia y en el tiempo mi recuerdo de "los cantones" en la procesión de El Abuelo y " el encuentro" en la plaza de la Catedral, primero con mis abuelos y después con mis amigos a los que siempre extraño.


    Francisco José Gordillo Torres. Administrativo contable. Jaén


    Las Fuentezuelas
    Hoy día uno de los barrios en expansión de Jaén, antaño lugar de ocio y esparcimiento campestre de los jiennenses. Actualmente con sus edificios, su “ciudad de los niños” y su polideportivo con piscinas. En el pasado el mar de edificios era un mar de olivos, la “ciudad de los niños” era un conjunto de terraplenes, su polideportivo era una explanada que hacía las veces de campo de futbol cuyas porterías eran las cuatro piedras mas grandes encontradas en los alrededores y sus piscinas eran un conjunto de fuentecillas o manantiales naturales donde la gente pasaba las tardes de “excursión”. Estos terrenos eran nuestro “chiquipark” particular, el paraíso de nuestros juegos, el mar de olivos era nuestro paraíso de imaginación, las copas de cada uno de sus árboles eran nuestras cabañas, sus ramas nuestros columpios y sus terraplenes nuestros toboganes montados en nuestros súper botes de “Vernel”, su majestuosa explanada nuestro campo de futbol donde competir por ver quien pagaba las “coca colas” y “fantas” del final del partido, sus innumerables descampados nuestras pistas de béisbol, obviamente, con piedras por bases; y esos manantiales naturales la ruta de la tarde para merendar los “paquetes de galletas el príncipe” junto a nuestras abuelas, ellas charlaban entre sí mientra nosotros correteábamos por la zona y nos mojábamos las zapatillas pisando los charcos de los manantiales, todo un suplicio para nuestras abuelas, pues luego tenían que dar explicaciones a sus nueras, yernos o hijas. En este barrio da comienzo la que hoy es la “Vía verde del aceite”, misma que antaño fue la línea ferrovial, con tren de gasoil, que unía Jaén con la provincia de Córdoba, donde nosotros jugábamos a poner monedas en los raíles de la vía y esperar a que el tren pasara por encima de ellas dejándolas totalmente lisas, finas y aplastadas, conseguir ese metal resultante era para nosotros nuestro mas preciado tesoro, el cual guardábamos con recelo en nuestras habitaciones. En fin, en aquellos tiempos en los que no había consolas de videojuegos, ni apenas ordenadores y con tan sólo dos cadenas de televisión, teníamos que crecer jugando con las posibilidades que nos ofrecía la madre tierra, toda una gozada por aquellos entonces y utopía en los actuales. 

           
    Manuel Jesús Gordo Ruiz. Hermano Mayor Hermandad Santísimo Cristo de la Humildad y Silencio. Jaén
    Seguro estoy, que cualquier cofrade que en el despuntar de una cuaresma, quiere conocer un acto que organice su Hermandad, o quiere interesarse por los de otras cofradías, o desea conocer la crónica del día en que procesiona la hermandad de sus amores, o simplemente quiere conservar un relato fotográfico de su Cristo o de su Virgen en el día de su Estación de Penitencia, consulta o guarda un número de Diario JAÉN, en un lugar destinado a su particular archivo Cofrade. Y es que para el mundo cofrade, Diario JAÉN, siempre ha estado muy cerca de todos los que vivimos esta forma de experimentar nuestra Fe. Por eso, entiendo que celebrar el aniversario del inicio de esta publicación nos debe servir también de júbilo a todos los cofrades, pues es un referente provincial en éste, y en otros ámbitos de la vida jiennense. Es por lo que, desde mi puesto como Cofrade y Hermano Mayor de la Hermandad del Silencio, quiero y deseo transmitir mis mejores deseos a todos los trabajadores de Diario JAÉN, felicitándolos por el trabajo bien hecho, y alentándoles a que sigan transmitiendo y difundiendo la realidad de Jaén y su provincia con respeto, sinceridad y libertad.

    María Jesús Gualda Bueno. Farmacéutica y Ganadera. Villanueva del Arzobispo
    Admiro de mi tierra  su campo bravo, uno de los más importantes de España. Cincuenta y cuatro ganaderías repartidas por todas sus serranías: Andujar, Linares, Guarroman, Baños de la Encina, Vilches, Navas de San Juan, Santisteban... y hasta Santiago de la Espada, en la que pastan actualmente mas de 7.000 reses, de Parlade, Núñez, Santa Coloma, casi todos los encastes.
    Y sobre todo admiro, a los que en él viven, trabajan y sueñan, los hombres y mujeres de la ganadería brava, esos magníficos “locos”.
    Criar toros de lidia no ha sido nunca fácil, y mucho menos en el momento en que estamos. Aguantar este tirón necesita de algo mas que afición, necesita vocación, la que han demostrado tener de sobra estos  jiennenses capaces de mantener y mejorar esa sangre durante lustros.
    ¡ Hay que ser muy bravo para criar tanta bravura!

    Fernando Guerrero Barrio. Empleado metalúrgico. La Carolina
    La Carolina, este es mi pueblo aquí nací, estudié y pasé una infancia inolvidable, viví rodeado de olivos en plena naturaleza, entre las Navas de Tolosa y La Carolina al pie de la N-IV.
    La Carolina es un pueblo que desde su fundación en 1767 por el Rey Carlos III  y el  intendente Pablo Olavide ha sido un ejemplo urbanístico para la comarca, declarada como la “joya urbanística de Andalucía”, por el diseño de sus calles rectas y amplias, grandes plazas, jardines, paseos y todo bajo el marco incomparable de Sierra Morena.
    Es un pueblo que ha sabido adaptarse a la evolución industrial, y traer grandes empresas a su territorio, formando un parque empresarial que hace que sea uno de los pueblos más industrializados de la provincia, además de la agricultura y la ganadería.
    En 1967 se celebró el bicentenario de La Carolina, (recuerdo que aun mantengo en mi memoria), pero tuvimos que marchar como otros muchos, y como decía el “Maestro Valderrama” ¡Cuando Salí de mi tierra volví la cara llorando, porque lo que mas quería atrás me lo iba dejando, y aunque soy un emigrante jamás en la vida yo podré olvidarte! Han pasado muchos años y sigue vivo el recuerdo, y es que lo llevo en el corazón.
    Hecho de menos todo esto, a su gente amable y sincera, su gastronomía, su climatología, su saber vivir la vida, y es que si tuviese que volver a nacer, pediría fuese de nuevo en La Carolina, a la que espero volver algún día con, o sin vida.

    Ramón Guixá Tobar. Profesor. Los Villares

    Olimpo jaenero. Conquistador de los espacios olivareros. Atalaya del infinito. Sobre tu cima se duermen, arrullados por la niebla, los vientos ábregos, ésos que traen las lluvias atlánticas a nuestra tierra reseca. Cuando despiertan, se desperezan entre las nubes y  enfilan la ciudad a ritmo trepidante.
    Jabalcuz, monte negro, roquedo imponente. Tu nombre deriva de Yabal-al-qust, el monte del “costo”; la planta que trajeron los conquistadores desde el  Oriente; la hierba de Santa María que abunda en tu seno
    Jabalcuz. Hay que escalar tu cima y acariciar el  cenit, para comprender lo que significa el amor a esta tierra. Otear como un águila  los horizontes y descubrir sus límites: Sierra Morena. Sierras de Cazorla y Segura. Sierra Mágina. Sierras de Baza, de Iznalloz. Sierra Nevada. Sierra de Valdepeñas. Las sierras malagueñas. Parapanda. Sierra Ahillo. Serranías subbéticas cordobesas…Y al pie, dormida como una princesa de las mil y una noches. Jaén, ibérica, romana,   árabe  y cristiana,  Jaén eterna.  Jaén ungida con el óleo santo de sus aceitunas. Jaén, la ciudad de los vientos y los sueños incumplidos que te tiene a ti como referencia continua y secular de su  decurso vital.
    ¡Jabalcuz! Símbolo de la belleza de una ciudad. Bandera y referencia del jaenero.

    Rafael Gutiérrez Amaro. Maestro. Linares
    He descubierto el amor
    Y me  he llenado de poesía
    Te  he contemplado
    Y he  descubierto la vida
    Te he  visto
    Y me he enamorado
    Te he descubierto
    Y he visto en la desnudez de tu alma:
    mi vestido apropiado
    Te he besado
    Y me he sobrecogido
    Te he abrazado
    Y he llenado mi frágil cuerpo de tu robusta presencia.
    Te he sentido
    Y he descansado...
    Te intuido y he suspirado
    Te  he contemplado y te he besado
    Te he abrazado y te he poseído
    Te he... Amado...
    De todo:
    He quedado felizmente cautivado
    Todo, para mí, ha sido:
    Una bella y encantadora poesía.
    Todo desde Jaén
    Una bella tierra en la que el amor es siempre una realidad

    Rosa Gutiérrez García. Educadora. Lopera
    La Escuela Infantil “Niño Jesús” es de titularidad municipal en convenio con la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía. Es un centro educativo que imparte el Primer Ciclo de Educación Infantil.
    Esta escuela ha ido creando su propia línea educativa, consensuando cada uno de los aspectos que se trabajan y que son los que marcan nuestra Identidad como Escuela Infantil. Actualmente la Escuela Infantil Municipal Niño Jesús de Lopera, está inscrita en el Registro de Centros  de la Consejería de Educación.
    El edificio donde se ubica la Escuela Infantil Niño Jesús cuenta con 722,77 m2 construidos. Cuenta con dos plantas, destinada la planta baja (con 447,92 m2) a la Escuela Infantil y la planta primera (con 244,85 m2) para acoger la Guardería Temporera durante la campaña de la aceituna. En la actualidad se pretende crear una nueva sala, ampliando así su capacidad. Contamos actualmente con 87 plazas. Nuestra Escuela acoge alumnos/ as desde los cuatro meses de edad y les acompaña brindándoles educación y enseñanza en un clima adecuado, hasta los tres años. A modo de resumen decir que los fines generales de nuestra Escuela  son: Ofrecer un entorno lo más estimulante sin colocar barreras frente a sus posibilidades y no estableciendo fronteras a sus capacidades. Concienciar a los padres/ madres o tutores legales de la importancia y de la necesidad de  la educación de los niños de 0- 3 años, para conseguir un desarrollo integral óptimo, de ahí que se comparta y se complete la educación de los niños con la familia. Orientar e informar a los padres sobre la educación  en las distintas etapas del desarrollo de sus hijos. Conseguir una estrecha relación con la familia, para asegurar que los esfuerzos que unos y otros realizan se coordinen y constituyan estímulos promotores del desarrollo integral y aprendizaje de los niños.

    Jesús Gutiérrez Lechuga. Estudiante. Jaén
    Jaén es mi tierra, y la de los demás pero cuando la veo pienso que es solo mía, mi tierra nada más y que nadie me la podría quitar. Entre tus tierras y sus olivos se respira libertad.
    Jaén, su castillo, su catedral… pienso que no hay cosa igual.
    Es la tierra del lagarto y también de los periódicos que nos hacen saber lo que pasa en la ciudad. Esta tierra es como un sueño, algo misterioso que nos encanta a todos.

    Javier Gutiérrez León. Funcionario. Alcalá la Real
    Allá por 1986, descubrí la magia de Alcalá la Real al asistir como espectador a una edición de la Subida a la Mota.
    Fue algo único. El día anterior a la carrera, todo parecía estar engullido por esta celebración deportiva. Era un ser con vida propia. Nosotros dos forasteros más dentro de aquel mar de gentes. Jóvenes que veíamos  con un punto de envidia desde puntos limítrofes, el no poder disponer de igual acontecimiento en nuestro pueblo.
    Hoy resido en esta bella ciudad: Única.  Involucrado a tope con el Motor Club Alcalá para que la Subida a la Mota siga celebrándose y viviendo a diario como aquel sentimiento que me invadía como visitante forastero en plena juventud, sigue latente en todos los alcalaínos y gentes de su comarca cuando hablan de su carrera de coches. Más que nunca creo que la Subida a la Mota es, ha sido y será un acontecimiento que llevaremos dentro de nuestros corazones y formará parte de nuestros recuerdos.

    Adelina Gutiérrez Millán. Ama de casa. Barcelona

    Siempre se echa de menos tu tierra, es un sentimiento que no se puede olvidar. Sin embargo intento visitarla siempre que puedo, muy a menudo, porque tengo mis raíces. Me encanta mi pueblo, Benatae, y a mis hijos le he inculcado ese mismo cariño. Navidad y verano son dos fechas claves para volver a casa.

    Francisco Gutiérrez Montero. Hermano Mayor de la Antigua, Insigne y Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Maria Santísima de los Dolores
    Padre Nuestro Jesús Nazareno,
    Que gobiernas a un tiempo Cielo y Tierra,
    Olivares y calles.
    Santificado sea tu hermoso nombre…
    Así comienzan miles y miles de plegarias que día tras día buscan el rostro de Nuestro Padre Jesús en su Camarín.
    Un rostro sobrecogedor; ensangrentado, dolorido, con la vista baja… pero también un rostro sereno, lleno de paz… un rostro donde perderse. Una faz nazarena que hace callar a Jaén. No habla ni siquiera en voz baja; no grita ni se queja abrazado a esa cruz.
    Es un silencio capaz de ahogar emocionalmente las gargantas que oran, musitan, suspiran, conversan con Él.
    Podría contar la historia de casi 425 años de devoción y de cofradía, o hablar de los magnos acontecimientos del año 2.009 cuando Jesús volvió a su casa… Pero no, prefiero hablar de la imagen referente de todo Jaén. Aquel ante el que todo hijo del Santo Reino dobla la rodilla y a quien todos recurren cuando no pueden comprender los designios de la vida.
    La imagen de Jesús es tan magnifica que lo mismo  escucha y comprende a todos los que le rezan en su Santuario o se convierte en el “Señor de Jaén” el Viernes Santo.  
    Porque en  la madruga giennense por excelencia, a todos nosotros se nos altera la sangre, no porque sea primavera, sino por pensar que en esa esplendida noche miles de túnicas negras y cíngulos amarillos invaden las calles del viejo Jaén para que todos  descubran la quinta esencia de Nuestro Padre Jesús Nazareno..
    Sus cofrades y sus devotos han presenciado innumerables Viernes Santos de procesión   que guardamos en nuestras retinas, en lo más profundo de nuestra memoria, desde aquella lejana infancia. Fueron nuestros primeros olores a incienso, a azahar, a cera,  nuestras primeras madrugadas de la mano de nuestros abuelos y nuestros padres, de ahí el influjo que sobre creyentes y sobre agnósticos ha ejercido, ejerce y ejercerá  Jesús de los Descalzos, y todos, todos (aunque sea solo para su interior) gritan viva  al oír:
    ¡Viva Nuestro Padre! ¡Viva El Abuelo!

    Tomás Jesús Gutiérrez Muñoz. Vicepresidente de la Asociación Andaluza de Empresas de Inserción. Jaén
    A espaldas del Palacio de la Diputación Provincial y en pleno casco histórico de la ciudad de Jaén se encuentra el mercado de San Francisco.
    Al pasear por el mismo se descubre un espacio donde conviven tradición y modernidad. En los diferentes puestos se encuentran productos locales junto con otros más exóticos, presentados siempre de manera atenta y meticulosa que llama la atención de quienes lo visitan.
    Para descubrir la verdadera atmósfera del lugar lo mejor es visitarlo un sábado a primera hora de la mañana cuando todos los puestos se encuentran abiertos y mayor es el bullicio.
    La particularidad del mercado de San Francisco reside en su clientela, vecinos y vecinas de toda la ciudad que encuentran en el mismo no solo un lugar donde realizar sus compras sino también un punto de encuentro en el centro de la ciudad.

    Jesús Guzmán Justicia. Vigilante. Móstoles (Madrid)
    Del valle aroma del pino altivo
    corazón rocoso anida el vuelo
    de ojos verdes como el olivo
    el niño chico frente al abuelo

    Embrujo moro en la mirada
    desde lo alto de la atalaya
    otea un mar y una palabra
    cantar la historia de tus entrañas.

    La vida en flor cada mañana
    luna de noche en fuente clara
    radiante sol en tus montañas
    visten tu piel de fina plata
    sangre de oro por tus mejillas.

    Jesús Gutiérrez Zayas. Comercial Jubilado. Jaén
    Escribir algo sobre Jaén es una de mis debilidades y ahora me dicen que le diga algo  “guapo”  a Jaén, a mi tierra a la que me vio  nacer porque fue en ella  donde vine al mundo,  podía haber nacido en otro cualquier lugar de Andalucía, no se, me hubiese gustado  ver la luz por primera  en Córdoba, en Sevilla o Huelva,  o no se donde, pero no fue así, nací en esta tierra bendita se María Santísima porque  de ésta forma lo quiso Dios, Ah, y además vine derecho a una familia extensa, quiero decir grande, también quiero decir numerosa porque además es la verdad, de ésta última forma es como quería expresarme, pues de otra forma es posible que no hubiese dicho la verdad que realmente es lo que hay que decir siempre. Jaén se merece mucho más de lo que le damos, sobre todo los jiennenses, ella nos da bastantes más y nunca hemos correspondido en la medida  justa.
    El guapo, de toda la vida lo ha tenido, algunas más subido que otras, pero guapo, vamos a fijarnos un poco en algo peculiar de nuestra tierra, La Catedral, ésta es guapa por dentro y por fuera y otros monumentos no menos “guapos”, La Santa Capilla de San Andrés, Santo Domingo, La Magdalena Primitiva mezquita árabe del siglo XVI  y otros, no pocos y llamativos monumentos que  tenemos  a nuestro alrededor que desde siempre han sido admirados por todos nuestros paisanos y por aquellos turistas que han querido llegar a éste guapo JAÉN, para recrearse de todo lo que existe y que para mi sería largo de contar en estas cortas líneas.

    Antonio Heras Estébanes. Periodista. Jaén


    Jaén es una calle de Peñamefécit. Estrecha, casi sin tráfico, en la que se corría sin miedo mientras, desde arriba, los balcones rebosaban de flores de geranio, unas rojas, otras rosas, y jugábamos a ser reyes, a nunca crecer y a no separarnos, a estar juntos siempre.
    Jaén es un trozo de cielo, un reducto del alma, un refugio en tiempos de crisis. Pequeña, acogedora, llena de pasado, plena de futuro, de porvenir luminoso.

    Luis Heredia Barragán. Abogado y escritor. Los Villares
    El otro día, mientras la luna se estiraba sobre las faldas de Jaén, recordé que mi ciudad se vestía de olivos y riachuelos de aguas fecales dirección hacia Madrid, que desembocaban en el dulce aroma que desprendía la fábrica de Cuétara a galleta recién hecha, sobre lo que hoy es el Bulevar y, entre tanto recuerdo, no pude olvidar que mi ciudad lloraba viendo a sus hijos encerrados en un lugar que llamaban “Los Prados”, donde aquellos locos jugaban al juego amargo de sus vidas. Algo más arriba, cuando mis cuarenta y una ferias de Octubre quedaban aún lejanas, habitaba el llanto de unos niños donde les enseñaban en “Santo Domingo Savio”, los primeros principios de la existencia: Sufrimiento. Sufrimiento porque los arrancaron de los brazos de sus progenitores por una u otra razón y se educaban en la tierra del Santo Reino al margen de uno de los valores que para todo ser humano debía ser fundamental, la familia. Y, mientras  muchos jóvenes perdíamos la inocencia en el envejecido y ahora lugar de baile, cine España, Jaén se perfumaba con olor a aceituna dulce para recibir al Real Jaén en el olvidado campo de la Victoria, tanto como la segunda División. Y sus gentes no olvidaban allá geográficamente donde anduvieran, que pronunciar Jaén, era tanto como volar hacia uno la imagen de un Abuelo con Catedral y Castillo al fondo. Jaén, como si fuera  humano, creció para hacerse grande, aunque todavía sufra con dolor el alto índice de paro que alberga con un nudo en su estómago morado y verde. 

    Antonio Heredia Rufián. Profesor.  Alcalá la Real
    Les invito a descubrir esa otra Alcalá, no siempre conocida, la rural, la campesina, la aceitunera, la cortijera..., que queda dentro de la silueta de una paloma que nos ofrece la paz a todos los que aquí vivimos. La que partiendo de la sierra de San Pedro, en el poniente, va desde La Rábita a Villalobos, pasando por San José, Las Grageras,  Fuente Álamo, San Isidro, La Hortichuela, las Peñas de Majalcorón, Venta de los Agramaderos, La Pedriza y Villalobos.  La que se inicia en el norte, junto a la Martina, y llega por el levante hasta la sierra del Camello, desde Charilla a Ermita Nueva, pasando por Santa Ana, Ribera Alta, Ribera Baja y Mures.
    Campo, campo y más campo... Campo de valles, de lomas o de sierras; campo que nos mira, campo que calla; campo áspero y campo de agua; cereales, huertas, alamedas, viñas... campo de olivares. Colores naranja y malva, verdiazules y carmín, añiles y pardos. Campo de cortijos y aldeas, refugio de personas  y ganado. Campo de gente sencilla, cariñosa, noble, trabajadora, familiar, amante de sus tradiciones y de su religiosidad popular...

    José María Hermoso y Cobo. Empresario. Jaén
    Jaén, despierta ya. Es Jaén, por excelencia: la tierra del verde olivo. Y es en sus vastos paisajes dónde prolifera vida. Donde el dominio de su verde, a jiennenses y visitantes cautiva, “adormila” con su gran belleza y sosiego. Al igual que estremece y entristece, cuando marchas y desde la lejanía, el color del olivo se pierde. Jaén, con Castilla, puerta de Andalucía: tierra de paso que hemos de hacer de destino. Tierra de surcos de duro terrón, los que sus hombres y mujeres suavizan, cultivan con su trabajo y tesón. Y es árbol el olivo sufrido, pero más agradecido, el que ofrece su fruto, recompensa de su generoso atributo: su madura aceituna, la mimada, la niña bonita de su agricultura. Tratada con varas, cortas y largas, que a golpe de golpe derriban. Lienzos blancos; de lino, loneta… manchados y relavados, arrastrados de oliva en oliva la reciben en su corta y precipitada caída. Manos finas; femeninas, junto a zagales y muchachillas que las cogen del suelo con sus mil y una caricias. Tras su limpia en criba; despojada de hojas y tallos,  es envasada en sacos, capachos… donde en “bestias”, tractores… es trasladada a la almazara, para una vez allí ser molturada: convertida tras su laborioso proceso en “oro verde”, sanísimo oliva virgen.

    Adrián Hermoso Delgado. Estudiante. Jaén.

    ¡Qué puedo decir de mi Jaén!  Es mi hogar, en el que vivo. Es como una comunidad de vecinos, como una capital pequeña. Está vigilada por el castillo de Santa Catalina que iluminado por la noche se ve desde cualquier rincón de mi hogar, como si estuviera flotando en el aire, cuidando de mis sueños.
    Tenemos parques y polideportivos que son como el patio de mi hogar. Me siento agradecido y orgulloso de haber nacido en este hogar llamado Jaén.

    Antonio Hernández Centeno. Guionista. Martos


    Jaén no es Jaén, es Martos. Es la huida y el regreso. Es el odio y el amor. Es tierra seca y piscinas azul lisérgico al amanecer. Son olivos centenarios y vacunas para la alergia. Es el deslumbrar de los faros y las vías muertas del tren. Son los años 70 y el futuro que nunca termina de llegar. Es la primera vez y el nunca más. Es mi origen y tal vez no sea mi final. Pero siempre, siempre, será una contradicción.

    María Hervás Amescua. Maestra de Educación Infantil. Jaén. Textos escritos por los alumnos:
    Andalucía es azul,
    azul si miras al cielo
    y también la baña el mar
    azul, azul de verdad,
    mirándose en un espejo,
    el azul del mar
    y el azul del cielo.
    Andalucía es muy blanca
    blanca, blanca por la nieve,
    nieve de Sierra Nevada,
    también es blanca de sal
    y blanca de flor de azahar.
    Andalucía es amarilla,
    de amarillo reluciente
    amarilla por el sol
    y amarilla por su aceite,
    ¡Nuestro mejor tesoro,
    amarillo como el oro!
    Y dicen que Andalucía
    y también de color verde,
    verde, verde de olivares
    como los niños en fila
    y un vestido de lunares
    “verde que te quiero verde”
    Por nuestra tierra y el sol
    y el trabajo de su gente,
    nuestros campos son de olivos
    nuestros ríos son de aceite;
    el aceite de Jaén,
    amarillo como el oro
    es nuestra mayor riqueza,
    es nuestro mejor tesoro.
    Que no vengan desde fuera
    a “tocarnos” nuestra tierra
    porque salimos al toro.

    Dolores Hervás Molina. Psicóloga. Jaén
    Pertenezco a una generación que, hace dos décadas, tuvo que habituarse a ver a su familia los fines de semana y en fiestas mayores. No teníamos Universidad, sino Campus Universitario; ni campo de acción para desarrollar nuestras especialidades, sólo pude estudiar 3 años en Jaén. Por tanto, las maletas en las bodegas de los autobuses o en los maleteros de los coches, era el símbolo de un progresivo desapego de las raíces vitales, lo que nos iba habituando a la cotidianidad de ser personas en constante viaje. Los cerca de sesenta millones de olivos se convirtieron en unos pocos en las rotondas de otras ciudades situadas más al norte; sin el contacto visual y cercano con la familia, contacto mantenido por unas conferencias telefónicas sin tarifa plana y el conocimiento directo de la actualidad de mi ciudad por la lectura en diferido del Diario Jaén gracias a la familia que lo guardaba.  En mi maletero iba siempre el Diario Jaén atrasado de todos aquellos días de estancia en otras ciudades. Permanecen en mi recuerdo los carteles que marcaban los límites de la provincia, uno de ellos fue el cartel que en Despeñaperros y el otro, el situado en la sinuosa  y antigua carretera que llevaba hasta Granada. He tenido la suerte de volver a Jaén pasados muchos años, de reencontrarme con mi familia, mis amigos, mis iconos y referentes de mi ciudad, Jaén. De constatar que soy una afortunada al estar rodeada de tantas personas de las que tanto se puede aprender, y de tener unos objetivos por los que poder luchar diariamente. Recuerdo aquellos años que permanecí alejada de Jaén, de los que soy consciente que me sirvieron para permanecer hoy más comprometida con mi tierra.

    Elyssa Hidalgo Valenzuela. Limpiadora. Jaén
    Nunca me marcharé, nunca te olvidare
    una gota de historia en un mar de olivos
    que en el amanecer del día se convierte en olas de plata
    desde la torre vigía allá en lo alto en la cruz del castillo
    al anochecer  se puede ver... Sólo al anochecer
    cuando se pone el sol y empiezan a llegar la penumbra, la oscuridad
    y entonces poco a poco empiezan a llegar
    barcos grandes y pequeños  llenos  de luz y empiezan a arribar
    de esa mar  de plata  a ese precioso olivar
    abre tu mente oye las olas  siente la bruma  huele la sal ...
    por que esta mi pequeña y adorada ciudad, es cierto como lo oyen ,aunque no lo crean 
    Jaén mi Jaén tiene un precioso, pequeño y bonito puerto de mar
    y en los días claros algunos dicen que se ve Gibraltar.

    Encarnación Horno Quesada. Auxiliar Administrativo. Torredonjimeno
    A poca distancia de la capital, en su campiña norte, se encuentra el municipio, recoleto, sencillo, sincero, llano... encantador.
    Con basta historia escrita por: Íberos, Túrdulos, Romanos y Calatravos... han hecho de sus gentes, un padrón de habitantes bondadosos, solidarios, comprometidos, alegres y trabajadores. Sus calles y plazas hablan de sosiego, a veces de festividad, a veces luminosas y otras románticas. Las tres torres calatravas, nos hablan de festividades  y de la premura del tiempo. Sus templos, silenciosos, luminosos y cuidados, llenos de arte religioso, nos hablan de un sentir expresado en las mejores obras de imagineros neo barrocos. Abarrotados para dar culto a su Patrona y Patronos. Las ermitas, que hoy perduran, nos indican los puntos cardinales donde discurre nuestro caminar. Sus hogares limpios, hospitalarios y acogedores, nos hablan de una cocina repleta de tradiciones y concretamente se visten de gala, en los días previos a la entrañable Navidad, cuando pequeños y mayores se esmeran en el montaje de los familiares Nacimientos. Su semana Santa combina magdalenas con ponche, este último se repetirá en romería.
    Su olor más característico es el de las almazaras, entre frías y lluviosas, resplandecientes en los amaneceres, el fruto del árbol milenario, símbolo universal de la paz, siempre deseada. Su  oro verde, alegra suaviza y cura pasadas heridas. La imagen serena de su patrona consuela las cuitas de sus gentes. y los médicos mártires curan las dolencias de sus almas. Al atardecer dos campanas nacidas, como tantas, en el municipio nos invitan a la oración compartida con tiernas palomas blancas.
    Naturalmente, es Torredonjimeno. Mi pueblo.


    Francisca Hornos Mata. Directora del Museo Provincial de Jaén
    Me piden que hable de mi tierra. Me piden que sea breve. Para mi Jaén es mucho y no es nada que se pueda reducir a palabras.
    Cómo puedo separar lo que significa mi entorno de lo que significa mi propia personalidad. Lo veo imposible. Yo soy esa montaña azul que se llama Jabalcuz. Yo soy esas calles en cuesta que ascienden de Norte a Sur. También esa historia que se oculta debajo de cada piedra. Soy montaña, soy huerta, soy olivar pero también agua que fluye en ríos, fuentes y pilares. Soy fuego por San Antón y Pasión en abril.
    No me puedo negar a escribir unas palabras que demuestren mi conexión con esta tierra pero las palabras se quedan cortas para explicar el sentimiento al llegar desde otras tierras y ver las torres de la Catedral entre las montañas, los cortados en Otiñar, bajar a los Puentes y escuchar el río correr con fuerza.
    Jaén soy yo y  eres tú, Jaén es lo que queremos que sea y lo que sabemos que fue. Mi tierra. Mi lugar. El sitio donde quiero estar.

    Ramón del Hoyo López. Obispo de Jaén
    Hablar de Jaén, de sus gentes, de su tierra, de su patrimonio, de sus fiestas y tradiciones es hablar de una comunidad que está enraizada firmemente en la fe cristiana. Basta visitar cualquier rincón de esta provincia para comprender como cada pueblo está impregnado de una secular tradición cristiana que se nota en muchos aspectos de su vida cotidiana. El anuncio del Evangelio que, según la tradición, fue predicado por primera vez en estas tierras por el varón apostólico San Eufrasio, supuso el comienzo de una gran sementera que ha dado grandes frutos.
    A lo largo de la historia han sido incontables las aportaciones que la Iglesia de Jaén ha realizado a la sociedad jienense. Nos podríamos fijar en muchos ámbitos y reflexionar todo lo que la Iglesia ha hecho y hace por el desarrollo de esta provincia de Jaén desde el campo de la cultura, de la educación, de la conservación del patrimonio histórico, de la caridad, de la sanidad, atendiendo a los más necesitados, y manifestando día a día la presencia alentadora del Señor Jesús. Jaén es una Iglesia diocesana en la que brilla su rica historia y en donde destaca la fe de sus buenas gentes, una fe en Dios que es el mejor faro para guiar nuestras vidas.

    300//

    Emilia Hoyo Torres. Técnico de Elaboración de Aceites y Jugos. Mengíbar
    -Madre se acaba el tiempo, son quince líneas nada más
    sé que puedes hacerlo, ¡madre escríbelo ya!
    -Quince líneas hijo, no me pides nada más.
    Qué quieres que te escriba…
    ¿Quieres que te cuente
    la tristeza que me da
    que tú no hayas podido vivir,
    que tú no hayas podido disfrutar
    de un Mengíbar de hace tiempo,
    de no muchos años atrás,
    cuando a la hora de la siesta
    no se movía ‘ná’.
    Antes, una vez daban las cinco, ale, a la calle,
    a Las Cuevas, a jugar:
    a la comba, a la pita, al aro, al corache, al trompo ,
    al esconder, a la pillar…
    También jugábamos en la plaza, ahora “de la Libertad”,
    donde los niños ya no juegan,
    a la pelota “está prohibido jugar”.
    En el Arrollo de la Huerta nos poníamos a pescar,
    y bajo el eterno “Puente Roto”
    de nuestro otro río, el Guadalbullón,
    jugábamos, reíamos y si nos apetecía…¡ale!, ¡a nadar!
    Veo que, sin darme cuenta, las quince líneas sobrepasé.
    Lo que queda lo dejaremos para otro día,
    y entonces te hablaré del “Pocillo Fuentes”, de “Cantarranas”, de “la calle de Las Parras”, de El Pilarillo …
    … De Las Torres, Los Chorrillos, del Palacio con doña Juana, “La  Señora”
    … De las compuertas, la balsa, la Fábrica de la Luz…
    ¡Ah!, se me olvidaba: y ¿tú sabes me produce un gran dolor?
    Que antes nunca se oía: “Niños, cerrad las ventanas… que hay contaminación”.

    Rafael Hueso Torres. Presidente Peña Flamenca Torreón del Cante, Lopera
    Hay muchos edificios y parajes emblemáticos en Lopera, pero yo personalmente me decanto por el Castillo con la Tercia, la Iglesia, El Santo Cristo y el Paseo de Colón. Del castillo y la Tercia, lo que más me gusta es lo bien que se conserva a pesar del tiempo Además es un marco incomparable para actuaciones y eventos. De la iglesia y el Santo Cristo destaco sobretodo su valor arquitectónico y cultural. Y por ultimo, del Paseo de Colón, resalto sus quioscos y la plataforma musical. Podría decir muchas más cosas de mi pueblo pero termino dando las gracias por compartir conmigo este humilde relato.

    Miguel Hueta Vivo. Empresario e Hijo Predilecto de Villanueva del Arzobispo. Madrid

    Que la Comarca de las Cuatro Villas, en el Alto Guadalquivir, hacia el extremo nororiental de la provincia de Jaén, está dotada de extraordinarias bellezas es de todos conocido. Que Villanueva del Arzobispo atesora joyas inigualables es una verdad axiomática; Basta recorrer  su geografía urbana y rural para comprobarlo: basta contemplar la hermosa dorada mole catedralicia de la Iglesia de San Andrés; las recoletas plazuelas de Santa Ana y de la Umbría; el mágico arabesco de su barrio del Palacio y de la Judería; sus casas solariegas de los siglos XIX y XX.; su coqueta plaza de toros, como un camafeo blanco y albero. Y la esmeralda  sorprendente de su Sierra, acariciada por los dedos plurales del agua.
    Pero tal vez los forasteros que visitan Vllanueva, e incluso algunos de sus habitantes, no se hayan extasiado con la contemplación de la sorprendente y solemne hermosura de un atardecer de otoño en Martincano.
    Martincano es un breve cerrete a un kilómetro escaso del Santuario de la Fuensanta, a un paso de las primeras estribaciones de la Sierra de las Villas. Contemplar un atardecer de otoño desde este lugar privilegiado es un lujo que no hay caudales para pagar.
    Declina la tarde, va a ponerse el sol por las alturas de Iznatoraf. A la izquierda, en el altiplano, el Santuario de la Santísima Virgen de la Fuensanta, Patrona Coronada de la Comarca, se torna dorado, como una joya entre las esmeraldas de sus jardines. También a la izquierda, en su atalaya, Iznatoraf  se nimba de aureola dorada por la santidad del sol que se pone. Al frente, ante los ojos sorprendidos, se ondulan las lomas del Condado sobre la depresión del Guadalimar, en una sucesión de azules, que en el horizonte se tornan violeta, fuego y sangre en un incendio de belleza sobrecogedora. De la Sierra llega un suave, vegetal vientecillo. El silencio es absoluto; sólo se oyen algunos minúsculos ruidos del campo o de la barriada vecina.
    Ya está anocheciendo. La Fuensanta apenas se adivina. Se van encendiendo las luces cercanas de Iznatorf, las más lejanas de Sorihuela en la tenue bruma y casi se pierden las de Chiclana en su espigón como de barco varado, y las de los barrios familiares de Villanueva. Como si un dios fuera esparciendo puñados de estrellas. Ya se adivina en el raso turquesa del cielo la tajada de la Luna y brilla la joya incandescente de Venus.
    Esta es una de las plurales hermosuras de Villanueva, casi ignorada por muchos villanovenses. Venid a contemplarla. Sólo falta un mirador estratégico para tan exquisito como barato gozo.

    Lorena Ibáñez Gámez. Estudiante. Jaén
    Jaén, hermosa tierra donde vivir. Paseando llegamos a tus Baños Árabes, tu Castillo, la Catedral. Somos famosos por el mundo por nuestro aceite, por las aceitunas y por nuestra gente. Me encanta mi ciudad, Jaén. Y en especial un rincón que es la Magdalena, el sitio del lagarto.
    En Jaén donde nací también quiero morir. Nada me hará cambiar de opinión. La ladera del Castillo está repleta de flores y de nuestras huellas: las que hemos pisado o las que pisaremos algún día.

    Pedro Iglesias Iglesias. Abogado. Mengíbar
    A ti, que la naturaleza quiso ubicarte en un remanso de paz, alejado del mundanal ruido y de las obras del hombre; y que te erigió como maná para alimentar de tu oro líquido la senda del “río Grande”, el río Tharsis para los fenicios, o “Al-wadi al-Kabir”, para los árabes, el río Guadalquivir, cimiento básico de la agricultura, la industria y el turismo de una región que forma parte de la denominada “España seca”.
    A ti, que tu constante es mantener gota a gota la esperanza de todo un pueblo; que estás al margen de las disputas de la historia; que nunca te has parado a mirar la identidad de la Cañada de las Fuentes (Quesada, Jaén), o la de la Fuente de los Agujeros (Huéscar, Granada);  pero que sí has visto almacenar tus aguas en el Embalse del Tranco para luego atravesar Andalucía , dando vida y color a gran parte de la geografía andaluza, y verterlas sobre Océano Atlántico.
    A ti, que has sido el origen de que Poetas españoles de prestigio mundial, como Luis de Góngora, ó Antonio Machado, hayan cantado a  nuestro río Guadalquivir. A ti, que no sabes ni conoces de Contenciosos, ni de competencias, ni de las pugnas humanas, incluso políticas, por hacerse con el control de ese bien preciado y escaso que emanas desde lo más hondo de tus entrañas.
    A ti, sólo, en este 70 aniversario del Diario Jaén,  te pido y ruego que sigas como hasta ahora,  emanando ese oro del que la naturaleza quiso dotarte para bien de nuestras ciudades, de nuestros campos e industrias, y que gota a gota, dese ese remanso de paz,  continúes la misión que la madre naturaleza te encomendó. El hombre, antes o después, no tendrá más remedio que ponerse de acuerdo para el mejor  aprovechamiento  de tu embrión.


    Inmaculada Illescas de la Torre. Licenciada en Derecho. Jaén
    Por llenar de luz mis ojos,
    regalarme y despojarme de eso que dicen que es Vida.
    Porque la llaman mar
    sin haber ni una gota de agua.
    Porque sí,
    Porque un día lo fue
    y lo seguirá siendo,
    la más grande y la más pequeña,
    la mejor.
    Mi tierra.

    Juan Infante Martínez. Presidente Asociación Provincial de Cronistas Oficiales. Valdepeñas de Jaén.
    Hablar de Valdepeñas de Jaén es escuchar los sonidos del agua correteando por las Chorreras camino del Molino - Museo, es sentir el fresco del Chorrillo en las calurosas noches de verano, es ver los colores otoñales de un atardecer junto al centenario Quejigo del Amo, es oler las plantas aromáticas de su sierra, es saborear alguno de sus platos tradicionales (choto al ajillo, cordero a la caldereta, revuelto de setas de cardo, lechevieja,…), es disfrutar de un mundo de tradiciones y leyendas (Cristo de Chircales, Fiestas Realengas, Pasos de Semana Santa, la Historia de Los Jilgueros …).
    Visitar Valdepeñas de Jaén es adentrarse en el “Corazón de la Sierra Sur”.

    Pedro Jimena Jiménez. Vendedor de muebles. Oviedo (Asturias)
    Como te quiero Linares
    tu grandeza, tu humildad
    el corazón de tus gentes
    enaltece mi ciudad.
     Acogiendo a los hermanos
    de pueblos de alrededor
    Linares abre sus brazos
    y comparte lo mejor.
     Lo mejor de nuestro pueblo
    la alegría y el humor
    la bondad de nuestra gente
    y todo nuestro calor.
    Con el paso de los tiempos
    señorío y dignidad
    señas de buen linarense
    y emblemas de mi ciudad.
    Y hoy que te tengo lejos
    llevo clavado un puñal
    ya no paseo por tus calles
    te tuve que abandonar.
    Deseo que llegue la noche
    para poder reencontrar
    aunque solo sea en sueños
    mi Linares, mi ciudad.
    El Paseo de Linarejos
    nuestra fuente del pisar
    mi infancia con mil recuerdos
    mi deseo de regresar.

    Juan Jiménez Barranco. Presidente del Comité de Empresa de Koipe-Grupo SOS de Andújar
    Para mí Jaén, lo representa todo, desde el punto de vista de social, cultural y económico.  Considero, que el olivo es nuestra seña de identidad. Es una tierra en la que mucha gente vive del medio rural, que al final, es el que tiene que hacer que las industrias agroalimentarias funcionen y repercutan en la economía de nuestra provincia.

    Alejandro Jiménez Cueto. Estudiante. Jaén

    Jaén tiene lo mejor: la mejor comida, los mejores monumentos, las mejores montañas, el mejor aceite… Jaén es como un paraíso.
    ¡Cuántas tradiciones guarda nuestra tierra! ¡Cómo adoro a esta ciudad!

    Juan Bautista Jiménez Hermoso. Empresario. Jaén
    Me gustaría poder saber decir algo, sobre uno de los rincones  más tradicionales y antiguos de nuestro Jaén del alma. Voy a intentarlo teniendo, eso si, sumo cuidado en no caer en el error de contar “batallitas”.  Intentaré dentro del poco espacio del que dispongo, hacerles recordar a los de mi generación y de paso contarles como era a los que lo conocen actualmente, pero que no tuvieron la suerte de vivir en el  y disfrutar de los encantos y alicientes que tenía  hace ya bastantes años.
    Es un rincón que tiene como icono un pilar. En el me crié y en el pasé la mayor parte de mi juventud. Allí, por ejemplo, se celebraba en Agosto, la verbena más popular de nuestra ciudad, con los medios modestos que los tiempos requerían pero donde la diversión sana y familiar predominaba sobre cualquier otra cosa. Los concursos, las cucañas, las “voladoras” (¿os acordáis?).
    En su calle central se producían, entre otras muchas cosas, algo inconcebible en los tiempos actuales, donde  queda el espacio justo entre automóviles a derecha e izquierda, para que pase un solo  coche. En mitad de la calle “echábamos” auténticos partidazos de fútbol (las porterías eran dos piedras) y de “higos a brevas” teníamos que dar la voz de: “parad que viene un coche”. En este barrio, los chavales teníamos, por ejemplo, el privilegio de ver la pantalla del Cinema Jaén subidos a las tapias de la Huerta Molina, y los mayores de disfrutar de un “chato” de vino Sinforoso o simplemente de un “biscuter” en esas tabernas que rezumaban solera por todas sus paredes: El Marqués, Serrano, Coloretes, El Mosquito, Magrillas y otras. Auténticas universidades del sabor y saber popular. 
    Otros establecimientos poseían un sello especial en el trato personal y de amistad con los clientes: La farmacia de D. Juan Agudo, (con Dimas al frente), las tiendas de ultramarinos de Pepe y de Rafael “bocarruido”, de las más antiguas de Jaén, que fueron devoradas por los negocios impersonales de hoy.
    Este rincón era y es, el Barrio del Arrabalejo. Un barrio que si tuviéramos espacio para contar más cosas de él, merecería con seguridad, una edición especial Allí vivió quizás la época más feliz de su vida “el Tista”, que era como me llamaban mis amigos, mi familia y todo el que me conocía.


    Jesús Jiménez Expósito. Estudiante. Jaén
    Jaén nos alegra con solo ver a sus gentes
    Aquí en la calle, sentados.
    En las calles donde la sombra del olivo
    Nos acoge y nos esconde.
    Un sueño es Jaén.
    Nada se le puede comparar.
    Parques y niños, campos y piedra.
    Aceras y calles, casas y caminos
    Riachuelos que suenan
    A naturaleza y a sol.
    Invitemos al mundo a visitarnos:
    Sorpresas enormes tendrán
    Oh¡ Jaén, paraíso de verdad.

    María Jesús Jiménez López. Camarera. Andújar
    Jiennense emigrante...
    Hoy se ha quedado un trocito de mi alma junto a ti,
    mi tierra, mi sueño,
    el eterno perfume serreño quedará en mi memoria
    tatuando mi recuerdo.
    Hoy he sentido como mi alma se descolgaba pesadamente;
    como se me iba deslizando por entre los poros de mi piel,
    hasta que a caído al suelo,
    con un golpe seco que a ahogado mis palabras por un instante
    en esta irremediable despedida...
    Siento como mi alma se va llenando de oscuros
    que parecen reproducirse lentamente
    conforme me voy alejando de ti.
    Y dejo atrás los verdes olivares
    repletos de perfectas líneas que se pierden en el infinito...
    Y parece que nadie se percata de esta soledad que me va envolviendo
    y de la oscuridad que se asoma a mis ojos.
    Siento miedo y nauseas.
    No ubico esta sensación en ningún lugar de mi cuerpo;
    me duelen el alma y el sentimiento,
    y no consigo sostener las toneladas de esto tan perenne y tan intangible
    que me pesa en los suspiros.
    Atrás se queda mi tierra,
    junto con mis recuerdos y amigos;
    su sierra, sus verdes, su romero y su verbena...
    los lentiscos y las jaras,
    sus romerías y sus fiestas...
    ¡No me cabe todo en un suspiro!
    Se me han llenado los bolsillos de silencios
    conforme me alejo de tu luz...
    Cuando la vejez me devuelva, de nuevo, a mi tierra,
    me daré cuenta
    que ni la distancia ni las infinitas horas del reloj de mi corazón,
    habrán podido matar a tu esencia, a tu perfume
    y a mi pasión.

    Francisca Jiménez Parras. Periodista. Torredelcampo
    Cuando me preguntan por mi tierra
    Tengo dos sitios en mente
    A Jaén en general
    Y Torredelcampo concretamente
    Añoro sus olivos y sus gentes
    Y sus calles y lugares
    Viven siempre en mi mente
    Aunque no esté con mi gente
    Me gusta de mi tierra su fragancia
    Que me ayuda y reconforta
    Cuando estoy en la distancia

    Francisco Javier Jiménez Peris. Jubilado. Pozuelo de Alarcón. Madrid
    Mis dos pueblos de Jaén

    Parodiando aquello de Serrat “nací en el Mediterráneo”, yo lo hice en un fantástico pueblo de Jaén, uno de los integrantes de la Cuatro Villas, “Villanueva del Arzobispo”, pueblo agrícola y olivarero por excelencia siendo su patrona la Virgen de la Fuensanta , Sra. Del Olivar, conocido en el mundo entero por su aceite de oliva virgen y también por sus aguas puras para beber comercializadas bajo el nombre comercial referente a la zona.
    Y también considero a otro pueblo jienense mi pueblo, pues en su Parroquia de San Pedro y San Pablo fui bautizado a los pocos meses de haber nacido. Este pueblo es Quesada, antiguo miembro del Arciprestazgo de Cazorla. Aquí habitaban los abuelos paternos y he ahí la razón del bautizo en el mismo, mientras que en Villanueva residían los abuelos maternos y mis padres recién casados.
    Ambos pueblos tienen una interrelación muy especial a través de las respectivas imágenes de la Virgen Patrona, cada una con su denominación referente al lugar: de la Fuensanta y de Tiscar.
    Según la tradición, San Isicio, discípulo de Santiago Apóstol y primer Obispo de Cazorla, trajo a estas tierras dos pequeñas imágenes de la Madre de Jesucristo que aun todavía vivía en Israel, para que los nuevos cristianos tuvieran una referencia física de a quién se refería cuando “predicaba”. Y las depositó una en las proximidades de Quesada, en Tíscar, lugar de abundancia de agua, y la otra en Iznatoraf, adoptando esta el nombre de Fuensanta a raíz del milagro con la princesa mora, conocido por todos sus devotos.
    Y por estas circunstancia, de haber nacido en uno y ser bautizado en otro siempre me he considerado un afortunado que ha tenido dos pueblos en vez de uno y dos Vírgenes a las que rezar mientras acaricio con mis dedos las dos medallas de sus imágenes que llevo colgadas al cuello, desde mi juventud.

    Verónica de los Ángeles Jiménez Siles. Diplomada en Magisterio. Jaén
    Cualquier rincón tiene su brillo,
    brillo andaluz y olivarero
    renacentista y jaenero.
    Ciudad pequeña que conquista,
    con su deje y monumentos,
    no hay viajero que lo niegue
    su partir, quebró en sentimientos.
    Sabor añejo de tu casco antiguo,
    hermosura hecha Catedral,
    historia y batallas en tu Castillo
    son privilegios para el paladar.

    Marina Jódar Armenteros.  Estudiante. Jaén
    Como todos los veranos salgo de viaje con mi familia. Allá donde vamos no puedo dejar de hacer comparaciones con los monumentos o paisajes que veo y siempre me parecen más bonitos los de mi Jaén.
    Tenemos una ciudad llena de monumentos y restos históricos con costumbres muy peculiares como las lumbres de San Antón, el 16 de enero en las que se hacen hogueras y se comen rosetas.
    Nuestra gastronomía es importante y está basada en el aceite de oliva. Por él nos conocen en toda España y parte del mundo.

    Manuel Gabriel Joyanes González. Profesor. Carchelejo
    Es quizá amor propio, aunque pueda parecer patriotismo o romanticismo para cuantos mi opinión leyeren más adelante, porque si bien soy jiennense, además lo soy bajo múltiples "nacionalidades jiennensas". Conozco el "logos" de las gentes de Cárcheles, pues allí mi ascendencia tengo; conozco el "logos" de las gentes de Campillo de Arenas, pues allí viví durante 18 años; también el de las gentes de Noalejo y el de otros muchos pueblos que conforman la gran comunidad de la Comarca de Sierra Mágina. Y cuya idiosincrasia envuelve mi más primario acerbo cultural, impregnándolo con el sabor y el color de su "oro líquido"; con sus majestuosos promontorios, con atalayas y fortificaciones como reminiscencias del pasado ibérico y andalusí, y otras formaciones rocosas de color negruzco como las del paso de La Cerradura, que inspiran imágenes de cuento. Todo esto es lo que yo llamo Mágina Mundi. Y cuántas más cosas podría decir del resto lugares de la provincia que, por serme menos cercanos no por ello me son ajenos, como los que hacen frontera con la provincia de Córdoba, con el singular canturreo del acento de sus gentes, como aquellos tosirianos, iliturgitanos o los de Lopera. Pues también es de tener en consideración para cuantificar la riqueza y diversidad cultural de nuestra provincia los numerosos municipios que posee (rondando el centenar) y que cada uno tenga un acento distinto y un repertorio léxico propio; como también lo es a considerar la influencia de sus formas de vida tradiciones: de sierra y de campiña. Además del gran patrimonio histórico que posee: nada más en el suelo de su capital podemos rastrear la presencia humana desde cualquier época.
     Por último, qué menos que mencionar el honor con el que nos honra la lírica de Miguel Hernández desde la funesta Guerra Civil. ¿Acaso hay verso alguno donde se describa mejor el más profundo sentimiento jiennense? ¿Habrá himno más hermoso y sentido alguna vez compuesto para las gentes de Jaén?

    Juan Antonio Jurado Moreno. Técnico de Operaciones, Jaén

    Escondido y en penumbra en tu capilla de Cristo Rey,
    siempre mirándonos con tus ojos llorosos,
    te encuentras Tú, mi Amor.
    Tú que llenas cada día, cada hora, los corazones de tus devotos,
    Tú, mi Señor del Amor,
    que cada Miércoles Santo sales a las calles del Santo Reino
    para llenar de Perdón y Esperanza
    todos y cada uno de los rincones de esta ciudad,
    mostrándonos tu Amor,
    poniendo tu mejilla al beso traidor.

    Francisco Lagunas Navidad. Enfermero. Úbeda
    Tres lenguas de agua se asoman:
    Por el sur.
    Por el día.
    Por la noche.
    Tres lenguas de agua me hablan:
    Por el día.
    Por la noche.
    Por el sur.
    Tres lenguas de agua me sacian:
    Por la noche.
    Por el sur.
    Por el día.
    Tres lenguas de agua me escuchan:
    Cuando hablo.
    Cuando lloro.
    Cuando río.
    Tres lenguas de agua me curan:
    La de Fuenterrisas, en Fuenterrisas.
    La de Graná, en la Puerta de Graná.
    La de Saludeja, en la Saludeja.


    Francisco Javier Laiz Solla. Maestro. Linares
    En Octubre del 75 llegué a Linares-Baeza, joven con apenas dieciocho años, con una beca de hijo de minero debajo del brazo, y asustado porque Úbeda no tenía estación de tren. Nunca había pasado de Madrid al sur. Como buen Leonés venía equipado con jersey de lana y camiseta recia.
    Me rebotó el sol en las blancas casas y todavía creo que no me he repuesto. La “Alsina” renqueneaba por Ibros, - pueblo de referencias de mis vecinos andaluces que habían ido a trabajar a las minas en León- y llegó a Úbeda.
    Anonadado quedé en el patio de columnas de la SAFA. Pero más después cuando vi la ciudad: Qué decir de la magnífica, señorial, renacentista, acogedora, tranquilizante, silenciosa ciudad, la de los magníficos paseos pedagógicos bajo la niebla fría, con mis eternos y actuales amigos, esos blues castellanos en el Chinarrale, esos besos tímidos en la Cava, en el mirador. Esas prácticas en el Alcázar, en Educación Especial en la Plaza del Salvador.
    Qué decir de mi maestro Antonio Ortiz, de la gente que descubrimos la democracia a golpe de huelgas, de Jarcha, de Veneno, de….
    Serrano de vocación de sierra verde leonesa, me enamoré perdidamente de Mágina, la deseada desde mi ventana, de Cazorla, y de su acampada libre en el puente de la Herrería. Del castillo de Segura de sus Villas.
    Pero, las comparaciones son odiosas y debéis de perdonarme, pero una subida andando a ver a la Virgen de la Cabeza, cuya única referencia allí en mi pueblo era por el Nodo, llenó mi interior de algo de lo que no me imaginaba y van por más de treinta años que no falto a la romería de la Morenita, y esa sierra Morena, me tiene loco, ya sea en Baños, en Andújar o donde sea.
    Breve desde fuera servicio a la Patria y vuelvo a mi llanura de chimeneas favorita: Linares. Paso de mina negra a mina blanca.
    Vida pedagógica plena de trabajo y cariño, años felices y todavía hoy se me ponen “los pelos como escarpias”, cuando una y otra vez me saludan, me paran, me recuerdan con cariño, me hablan: Le dan sentido a mi vida mis ex-alumnos. Os quiero.
    Esa ciudad de tarantas, de obreros sanos, de Casa del Pueblo, de mi compañera y de mis vástagos que son lo que más quiero.
    Perdonarme, pero os voy a hablar de mis dehesas favoritas, camino de la Fernandina,  y lo son ya sea primavera, verano, otoño o invierno. Os hablaré  de la grandiosa Sierra Sur, de Alcalá, de Frailes, de Valdepeñas: Hospitalarios de Corazón, buen agua y buen vino, buenas viandas.
    Todos los días, tengo la suerte de ver como hermanas a Mágina y a Sur, duermen juntas con los pies unidos, y a veces se ponen un manto blanco en la cabeza.
    Cuando mis finanzas me lo permiten me escapo a cualquier lugar:
    Torres y Puerto Mágina me tientan para la jubilación.
    Baeza es el no va más en hoteles cariñosos.
    Úbeda es un bálsamo de paz y remanso.
    Jaén sería Toledo si turísticamente se enrollara. Sabiote es un recuerdo de buena gente, del castillo de la Corregidora de la
    Desaparecida Estrella, de noches, de días…
    Baños. Castillo y Pantano. Aunque fortaleza y Embalse se llamen, Sierra
    Morena. El Centenillo.

    José Domingo Lanzas Martínez. Programador. Sevilla
    Desde entonces y hasta ahora sigo perdido en este espacio en el que soy incapaz de salir. Consciente de que no tengo escapatoria, solo me queda el esfuerzo de la adaptación, que es lo único que me hace sobrevivir en este mundo. Solo me queda esperar y esperar, hasta que algún día mi cuerpo vuelva a la tierra, a mi tierra querida, ya que mi alma ya se encuentra ahí. La vida es así, de un lado para otro, vuelta que vuelta, ea! que se va a hacer. Siempre me quedará el recuerdo de mi mar de olivos, de ‘Juanita’ en la plaza de Santa María, de mis paseos por la calle Maestra al antiguo casino Primitivo, de mis meriendas en la calle Espartería o en la calle Nueva, de mi querida Semana Santa, ¡viva el Abuelo!, de mi feria de San Lucas,… pero sé que algún día, no muy lejano, volveré… (Reflexiones de un jiennense de fuera)

    José Eugenio Lara Calahorro. Periodista. Torredonjimeno
    Tierra buena sobre manto verde. Me reconforta sólo pensar que nací en una tierra de voluntades y deseos, en un rincón de tiernos recuerdos y vagos pasados. Es Torredonjimeno un trozo apreciado de ese inmenso corazón que representa Jaén. Cada día, sobre el asfalto, compruebo que el tiempo modela los olivos y congela esas hojas que yo mismo aparté en mi niñez. Aún recuerdo esas mañanas frías de “abre el manteo y pégalo al árbol”. Al lado, en la noche, esa especie de Titanic en el que se transforma la ciudad y que da color a un paisaje sin forma, pero con sentimiento. Una extraña maravilla. Al fondo, más allá, sólo a unos metros, una carretera se abre paso entre un cruce de caminos que mezcla pasión, belleza, presente y futuro. Es una simple sensación. Tan emotiva como fina en esa soledad que me acompaña. Cada día viajo en el tiempo, sobre ese círculo de tierra que engloba familia y trabajo. Tan juntos como unidos. Tan cerca como próximos. Estoy muy cerca. Llego allí, a ese lugar donde Natalia y José Eugenio crecen con el afecto que lo hizo su padre, modelados por un tiempo que se escapa entre las manos y rodeados de esos rincones de mi amable niñez. Mamá, otra jaenera de voz y corazón, comprueba que Toxiria es Jaén, la tierra en la que nacimos y que nos unió. Tierra mía Jaén. Tierra mía…

    Julián Latorre Espinosa. Presidente de la  Asociación-Hermandad de Donantes de Sangre de Jaén
    Hace muchos años que estuve varios meses fuera de Jaén. Nostalgia, recuerdo casi constante de mi familia, mis amigos, mi trabajo… mi Jaén, mi tierra.
    Regresé una tarde de un caluroso mes de julio, y al vislumbrar las almenas del Castillo de Santa Catalina,  lo primero que vemos cuando nos acercamos, sentí una sensación nueva para mí: emoción, alegría, tristeza… amor por mi tierra.
    Julio de 2010 lo pasé fuera de Jaén, y cuando regresé, al otear el horizonte vi el mismo panorama: la blanca cruz y las torres del castillo… De nuevo el mismo sentimiento de aquella primera ausencia mía. ¡Qué alegría, qué peso se me quitó de encima cuando me acercaba a mi tierra!
    Y es que, como dice la leyenda, el forastero entra llorando a Jaén y sale de Jaén llorando, pero nosotros, los jaeneros, los que aquí nacimos, salimos llorando por lo que dejamos, y volvemos llorando de alegría por lo que encontramos: nuestra casa, esa que, como el viejo sillón de nuestra salita, tan bien amoldado a nuestro cuerpo, es lo mejor del mundo; es nuestra tierra.
    Y aprovecho este momento para exteriorizar otra emoción que raramente deja de sentir un ser humano cuando, voluntaria y altruistamente, llena una bolsa de sangre para regalarla a un desconocido, del que solo sabe que es un semejante enfermo o quizás accidentado, que necesita nuestra donación para recuperar su salud y quizás para salvar su vida. Y para regresar a su tierra.
    Por eso, y por muchas cosas más, el Donante de Sangre es merecedor de ser reconocido como alguien que “hace el bien sin mirar a quien”, alguien tan necesario en nuestra tierra.
    Y acabo con un grito no de auxilio sino de esperanza: ¡hazte Donante de Sangre! Si lo haces, tú también sentirás esa satisfacción interna semejante a la que recibe todo el que regala algo tan sencillo como su propia sangre, pero tan importante para el que la recibe que puede salvarle la vida, algo tan esencial como nuestra propia tierra.

    Eduardo Latorre Gálvez. Maestro. Jaén
    Pensar en Jaén es recordar en blanco y negro los lejanos días de mi infancia en la calle República Argentina. Días que vienen a mi memoria con una luz tenue y que rememoro con  la indulgencia que da la distancia, con la ternura de esa imagen de mis padres tan jóvenes y con un punto de emoción, pero sin nostalgia.
    Jaén ha sido el escenario de mis momentos tristes, pero también de los más sublimes. Esta tierra es lo primero que vieron mis hijos al nacer. De Jaén es la mujer que amo y en Jaén la conocí. Hay cosas de mi ciudad que detesto y quisiera que mejorara en muchos aspectos. Pero, con sus defectos y sus indudables virtudes, es algo entrañable para mí y la llevo siempre en el corazón.

    Rafael Latorre Ramiro. Funcionario. Jaén
    Cuando ves a Jaén desde el Google Maps -tal como seguro muchos habremos hecho- observamos su increíble diversidad. Tonos ocres, grises y verdes comparten espacio, el abrupto de terrenos montañosos sobresalen sobre infinitas campiñas y cuencas por las que discurre mansamente nuestros ríos. Una diversidad geográfica que es compartida con la del paisanaje, donde los caracteres estereotipados de adustos y frívolos se distancian por apenas decenas de kilómetros, los calculadores y los desinteresados circulan por la misma carretera, e intrigante e incautos almuerzan sobre los mismos entornos. Mucha diversidad para hablar de un destino común. Dispersas y pesimistas expectativas  para renovar contratos con la esperanza. Exceso de desconsuelo y desaliento (Jaén, una de patatas a la brava en lugar de levántate brava) fruto de las mil y una estafa de los compradores de papeleta. Aún a pesar de los pesares, Jaén, mi Jaén es luchadora de guerrillas, solidaria en corto, aventurera en dosis medidas, soñadora a duermevela, honrada en su pobreza, rica en su flaqueza, amante de su solar ingrato, y algún día, sí, algún día foco de rebelión  ante deshonores e injusticias.

    Miriam Lechuga Morillas. Estudiante. Jaén
    Jaén: mi vida, mi alma y mi corazón. Toda mi familia ha nacido aquí, mi hermana, mi primito. Todos somos andaluces y llevamos dentro lo que esta tierra significa. Aquí crecemos felices y sabemos que el futuro nos espera con muchas alegrías.
    ¡Jaén es mi vida!

    Miguel Lechuga Viedma. Administrativo. Jaén
    Tengo que decir que me siento orgulloso de pensar en la tierra que nací. Opinar de sus pueblos y ciudades, de sus gentes, con el ánimo y el deseo de que Jaén sea cada vez más próspera y saludable. Nuestra provincia es un tesoro por descubrir, y debemos aprovechar cualquier oportunidad para dejarnos seducir por su riqueza cultural y gastronómica, por la belleza de sus paisajes, dejarnos conquistar por el corazón de nuestros paisanos. Tenemos que pregonar a los cuatro vientos que Jaén, nuestra provincia, es un encanto para vivir.


    Iván Lendínez Aranda. Estudiante de primaria. Jaén
    Jaén es la más bonita de Andalucía.
    Es la ciudad que tiene más olivos.
    Sus gentes son amables y cariñosas.
    Nos visitaron los íberos, los árabes
    Y nos dejaron el Castillo sobre la montaña
    Y la catedral.
    También son espectaculares sus plazas, sus calles…
    Su aire huele a aceite.
    El sol ilumina sus barrios
    Y la luna luce por las noches.
    Mari Lola Lendínez Deblas. Ama de casa. Fuerte del Rey
    ¿De donde eres? ¡de Fuerte del Rey! .Se me llena la boca al decir ¡Fuerte del Rey!. Estoy tan orgullosa de ser de mi pueblo que le doy gracias a Dios por haber nacido aquí. ¿Y mi Virgen del Rosario? ¡no hay cara mas guapa! cuando sales a la calle los fuerterreños lloramos de emoción ¡viva mi Virgen del Rosario! ¡viva mi pueblo! ¡viva mis fiestas y mis romerías!, ¡viva mi familia! y ¡viva mis amigos del pueblo que me lo paso muy bien con ellos!.
    José Francisco Lendínez Cobo. Presidente del Colegio de Enfermería. Jaén
    Creo que es algo que ya sabemos los que aquí vivimos, pero nunca está de más recordar que tenemos motivos para estar orgullosos, muy orgullosos de nuestra tierra. Orgullosos de ser jiennenses y de vivir en una provincia como la nuestra que atesora una cantidad ingente de reclamos. Tenemos un enorme patrimonio histórico del que sobran ejemplos: las ciudades de Úbeda y Baeza, Patrimonio de la Humanidad, la Catedral de Jaén, que aspira justamente a serlo, la provincia con más castillos de Europa, palacios, importantes yacimientos arqueológicos o el conjunto escultórico de Cerrillo Blanco. No menos importante es el patrimonio natural, con cuatro parques naturales que suponen un oasis en el Sur de España. Pero no hay que olvidar ese patrimonio inmaterial, el de los intangibles… el que se convierte en uno de los mayores tesoros que poseemos y que siempre se hacen notar a los visitantes que llegan hasta aquí: las gentes de Jaén, su propia idiosincrasia. Personas abiertas, acogedoras, alegres de espíritu y trabajadoras que luchan por hacer de su provincia un lugar mejor, ya sea desde los cuidados que pueda proporcionar cualquier profesional, como es el caso de los que velamos por la salud, o desde cualquier otro ámbito o lugar. Sí, sin atisbo de duda… me siento muy orgulloso de ser jiennense y de vivir en Jaén.
    Pedro Lendínez de Haro. Actor y Gestor Cultural. Bailén
    Acompañaban al toque revuelto, queso del que se pega al paladar y vino peleón. Macetones y banquetas hacían las veces de palmeros. Carteles y antiguas fotos dedicadas como testigos atemporales. Y todo ello en perfecta sintonía con los acordes de aquella guitarra que manejaba a su antojo un tipo peculiar, bohemio y caradura que aunque parecía sacado del Madrid de los 50, era más de Jaén que el mismo lagarto. Con semejantes ingredientes no podías hacer otra cosa que dejarte llevar ante lo que sabías estabas viviendo: un momento irrepetible.

    Tomás Lendínez García. Jubilado. Villargordo
    Tarde de lluvia, lluvia menuda y persistente. La vieja ciudad de Baeza, cuya historia se remonta a la civilización Oretana, activa y señorial se levanta sobre el altozano denominado el valle alto del Guadalquivir, poblado por extensos y plateados olivares, por donde culebreando el río se va deslizando. Camino sin rumbo determinado por sus calles donde el caserío se extiende formando un entramado con blasonados palacios, con casas solariegas, con humildes moradas, con iglesias y conventos, dond e a veces, entre las junturas y las grietas de sus muros, crecen frondosas matas de gramíneas y beleño rodeadas de aterciopelado musgo que a su alrededor crece tapizando la superficie.
    Blasonados palacios, añosas casas solariegas, humildes moradas, conventos e iglesias que sus huecos protegen rejas de tosco y artístico formado, muchas de ellas iluminadas con el esplendor del Renacimiento, el Barroco o el Neoclásico, columnas, escudos, cornisas, etc.- aparece y se esconden en el morisco e insinuosos trazado de sus calles y rincones donde el silencio es más tenso y profundo que en otros lugares.
    De forma inesperada, de pronto, se escucha el eco de unas pisadas, el tañer de una campana, que piadosa llama a oración, cerradas están las puertas, cerradas están las ventanas, donde la lluvia resbala sobre el cristal. Contadas son las personas que en mi caminar se cruzan, personas que caminan de prisa, arrebujadas en sus prendas de abrigo, inclinadas bajo el paraguas que en sus manos llevan y con el que de la lluvia se resguarda que no cesa de caer.
    Calles, rincones y plazas de nostálgicos y evocadores nombres, la de la Escalerilla, la de San Jil, la Atarazana, la del Perdón, la de la Luna, la de la Cruz Verde, lugar donde la Santa Inquisición institución tuvo, y que nos hace recordar su tenebroso e inquietante pasado, ya que según nos cuenta la historia, doscientos cuarenta “herejes” cruzaron su umbral para ser juzgados.
    Calles, rincones y plazas fueron mudos testigos de hechos, sucesos, amores y desamores, de intrigas, de rencillas y enfrentamientos entre Benavides y Carabajas, de una nobleza inquieta y desafiante  y un clero poderoso e influyente, lugares por donde anduvieron truanes, nobles, plebeyos, pícaros, poetas y santos.
    Enclavada en la piedra que forma el muro que sostiene el arco conocido con el nombre del Barbudo o el de las Escuelas, se abre una pequeña hornacina que da cobijo a un piadoso lienzo ennegrecido por la patina del tiempo y el humo de los exvotos que junto a él arden, puestos allí por los fieles que sus peticiones y rogativas hacen a la imagen en él representada, y en una pequeña cartela esculpida en la piedra, puede leerse “si quieres que tu tristeza se convierta en alegría, no te pases pecador si saludar a maría”.
    Tapias por donde asoma la oscura silueta de un ciprés, el ramaje de enmarañada hiedra, aldabas sobre claveteada y añosa madera, piedras carcomidas por la acción del tiempo, el aire es frío, pegajoso, desde su torre, restos de la vieja muralla, el reloj, lentamente las horas desgrana con acompasadas y sonoras campanadas.
    La ciudad parece dormir en un apacible y dulce sueño, y aunque son las seis de la tarde, la palidez de la luz otoñal suavemente se extiende entre jirones de niebla que oculta y difumina el entorno de las cosas, niebla que desde la ribera del cercano río se expande envolviendo la ciudad, enseguida la luz del día se reemplaza por la luz artificial que desde las farolas perfora la oscuridad, con su fulgor indeciso y amarillento sobre la superficie de la calle desierta.
    Desde el paseo que bordea los restos de la que fue muralla, se divisa Sierra Mágina, donde comienzan a destacar como luciérnagas las luces parpadeantes de sus pueblos, aldeas y cortijadas, que desde la cumbre hasta el valle llegan.
    Ando despacio, preocupado de no tropezar en alguna que otra laguna de sombra que en mi caminar encuentro.
    En la sosegada plaza de Santa maría, la Catedral como una montaña de piedra se levanta, sobre el solar que fue mezquita, y cuya fábrica fue proyectada por Vandelvira y reconstruida por Jerónimo del Prado.
    Tras el chirriar de los gozones que sostienen la pesada puerta de la cancela con oscura y pulida madera por el continuo roce de los muchos visitantes, entré en el templo. Mis pisadas resuenan sobre el pavimento y al vislumbrar la silueta de un enterramiento tuve la sensación de caminar por el lobrego laberinto de una catacumba. Una candelilla de aceite ardía proyectando su pobre y humeante luz en macabra danza sobre la piedra del muro, donde una mujer, junto a él, musita sus rezos ante la imagen vacilante de un Cristo muerto.
    De un confesionario salió un sacerdote envolviéndose en su manto y más que andar, parecía reptar sobre el suelo y tras arrodillarse ante la capilla donde culto recibe el Santo Sacramento, desapareció tragado en la penumbra de la fría nave.
    Cuando de nuevo vuelvo a la plaza, la lluvia había aminorado y es entonces cuando inicio el camino de regreso por el viejo barrio, que aun conserva el carácter de otro tiempo. Y al pasar junto al edificio que fue antigua universidad y donde don Antonio Machado impartió sus clases, inevitablemente recuerdo y entonces retrocedo en el tiempo.
    Año 1912, con 37 años, Antonio Machado es destinado como profesor de francés. Llega solo, triste, pensativo y “viejo”, huyendo de Soria, con el alma rota por la muerta de su joven esposa Leonor.
    En un principio, vivió en el hotel Comercio, más tarde en compañía de su madre, en la modesta casa frente al Ayuntamiento. Durante los años que estuvo en Baeza, muchas veces se le vio caminar solo por el camino viejo que hasta Úbeda llega y a veces descansar sentado bajo una de las encinas en el lugar conocido con el nombre de Encinar o Camino Viejo, impecablemente afeitado, torpeza y desaliño en el vestir, cubierto con el sombrero mal colocado, con el traje oscuro moteado por la ceniza del eterno cigarrillo que de continuo le acompañaba, apoyado en una rústica callada. A veces, también se le veía pasear junto a la derruida muralla y al anochecer acudir a la tertulia de la rebotica de Almazán, más para escuchar que para hablar.
    Poetizando así su estancia en la ciudad de calles estrechas, de palacios blasonados, de humildes moradas, de sosegadas plazas, de leyendas medievales
    Desde mi venta
    Campos de Baeza
    A la luna clara
    Montes de Cazorla
    Aznaitin y Mágina
    De luna y piedra…
    Se cuenta que un día conoció a Federico García Lorca, junto el palacio Jabalquinto, integrado en un grupo de estudiantes que junto con su profesor viajaban por Andalucía. En el casino, Machado les obsequió con la lectura de La tierra de “Alba González” y el entonces estudiantes Lorca, le correspondió interpretando al piano la composición de Falla “Danza de la Vida Breve”.
    Machado, exiliado, muere en Collioure, Francia, en 1939. En febrero de 1966, la ciudad de Baeza quiso rendirle un homenaje con un busto de Pablo Serrano, cosa que la dictadura franquista no permitió Años después. Ya en la democracia, siendo alcalde de la ciudad Leocadio Marín, se le rinde un homenaje y se coloca su busto en el paseo de la Muralla, lugar muchas veces frecuentado por el poeta en los años que estuvo en la ciudad.


    Francisco León Valenzuela. Abogado. Mengíbar
    Mi tierra es un infinito de suaves lomas y verdes olivas,
    tres ríos, tres valles, mucho camino y  paso...
    en invierno, alguna nieve en las más altas sierras,
    primaveras cortas y de intenso fulgor,
    los veranos esplendidos  dan paso
    los otoños más suaves que se puedan soñar
    mi tierra es un oasis en medio del secarral.
    Mi tierra es de gentes agradecidas,
    de emigrantes que retornan
    y de personas que nunca quisieron marchar
    pegados a la tierra madre por un pedazo de pan.
    Es resistencia y lento sendero
    es amable posada, es autentica,
    es el reino adelantado a la primera y a la última verdad.

    Eduardo Liébana Alarcón. Protésico dental. Jaén.
    Corrían los años 80 y ese día fresco estrené las botas a las que mi hermano ya les había recetado algunos kilómetros. Los niños homenajeábamos a Félix Rodríguez de la Fuente creando el Aula de la Naturaleza y un área recreativa en La Cañada de las Hazadillas. Nos descubrieron que entre acebuches, encinas y quejigos de este paraje tan cercano y hasta hoy día habitan la cabra montés y el jabalí: allí las ardillas se mueven entre pinos de reforestación guardándose del águila perdicera y el azor. En el entorno existe un dolmen paleolítico camuflado entre cambios extraordinarios de paisaje además de la Cueva de los Herreros, donde podemos ver pinturas rupestres y grabados en la roca.
    Más abajo, siguiendo el cauce del río Quiebrajano, en los cañones altos parte del agua transcurre por el subsuelo, aunque a veces aflora por las grietas de las fallas y las estalactitas de las cuevas creando cascadas de helechos y chilancos repletos de berros y juncos hasta que se une con el río Eliche, que proviene del río Los Villares y el nacimiento del Mingo dando lugar a Los Cañones bajos: arqueología, patrimonio artístico y pura naturaleza (Espacio Protegido como Paraje Natural de Excepcional Interés) repleta de córvidos, palomas bravías y perdices que se dan cita con truchas, barbos, tortugas,  cangrejos de río y, si el año hídrico es bueno, alguna nutria nadando en sus aguas.

    Antonio Liébana Cañada. Director de la UGC de Nefrología de Jaén
    La Insuficiencia renal crónica, la uremia como la conocen muchas personas, es una enfermedad  con un pronóstico radicalmente diferente desde la aparición de la Diálisis. Antes de aparecer esta técnica irremediablemente los pacientes con Insuficiencia renal fallecían, desde que aparece la Diálisis y posteriormente el trasplante renal esta situación cambia de manera que aunque con ciertas limitaciones estas personas pueden hacer una vida prácticamente normal.
    En nuestra provincia las primeras diálisis se iniciaron en el año 1973, en lo que era una rudimentaria UCI en la antigua Residencia Sanitaria Capitán Cortes. Allí se puso en marcha  el primer “riñón artificial” como se le llamaba, y comenzaron a tratarse a los pacientes que tenían Insuficiencia renal.  Entonces las diálisis duraban 8-9 horas y con una tolerancia muy lejos de lo que era deseable.
    Se crea el Servicio de Nefrología y desde entonces hasta la actualidad hemos recorrido un largo camino de esfuerzo y de desarrollo  llevando la Diálisis a las proximidades del domicilio del paciente.
    Disponemos de 4 centros de diálisis en la provincia, Úbeda, Linares y dos en Jaén. El tratamiento dura 3-4 horas, con una muy buena tolerancia y contamos además con un amplio programa de Diálisis peritoneal para que los pacientes puedan dializarse en su domicilio. Como complemento de esta actividad,  un activo programa de trasplante renal  que lleva la esperanza a los enfermos de nuestra provincia.

    Manuel R. Liébana Rojo. Director del Coro de la Parroquia de Santa María.  Torredonjimeno


    Cuando viajo a otros lugares, y me preguntan de dónde vengo, me brillan los ojos y digo que soy de Torredonjimeno, tosiriano, de Jaén, mi tierra. Me llena de orgullo decir esas palabras. Y, cómo no ha de ser así, si he nacido en una de las tierras más hermosas que Dios ha creado, Jaén, el Paraíso de tierra adentro. Y en ese paraíso, mi pueblo, hermoso trocito de tierra jaenera, donde el sol hace relucir la plata de sus olivos, y el dorado de sus centenarias piedras. Los emblemáticos Ayuntamiento y Castillo, señorean su majestuosidad. San Pedro, Santa María y “Las Monjitas” rezuman arte y religiosidad. Nuestra Semana Santa habla a través de su riqueza artística, salidas de los más insignes imagineros, y de nuestra devoción, y de nuestro amor a nuestras tradiciones. Nuestros divinos protectores, la amada Virgen de Consolación y los venerados San Cosme y San Damián, amparan desde sus antiguas y preciosas ermitas a nuestra gente. Me enamoran sus plazas y calles y me cautiva su historia. Torredonjimeno, noble cuna para los tosirianos, que como yo, desde niños están hechizados con su magia y orgullosamente presos de su embrujo. Doy gracias a Dios, por haberme hecho del barro tosiriano, en Torredonjimeno, en el Paraíso de Jaén.
     
    David Lombardo Cárdenas.  Estudiante de primaria. Jaén
    Jaén es nuestra tierra y bien bonita
    Amanece cada día entre olivares
    Envuelta en el sol que ilumina
    Nuestra vida que empieza cada día.

    Rafaela López Brocal. Periodista. México
    Tierra llena de triunfadores y aventureros
    con largos campos llenos de olivos y aceituneros
    lugar de donde brotan mis máximos recuerdos
    y donde se me entregó los valores más esplendidos
    Por aventurera y valiente te dejé
    y por amor lejos de ti viviré,
    pero en ti siempre pensaré
    y por doquier en mi corazón te llevaré
    Jaén, ciudad llena de historia
    cuna de buena gente y de larga memoria
    dónde cada regreso significa mi gloria
    y un nuevo contacto con mi sangre y trayectoria
    El paso del tiempo me lleva a ti
    aunque muy lejos estoy de mi raiz
    pero siempre me haces sentir
    y llevaré tu nombre por donde quiera vivir

    Justo Sánchez López Caparrós de Merino. Administrativo. Santisteban del Puerto
    Jaén, Tierra de mis antepasados
    tierra que me vio nacer.
    Soy de Santisteban del Puerto
    del Condado de Jaén.
    Tierra guardada por la infantería de los olivos,
    tierra llena de contrastes,
    tierras blancas, rojas y amarillas.
     Que mejor homenaje hacerle a mi tierra
    que darle las gracias por parir a mi madre.

    Rosario López Carrascosa. Cantautora. Jaén

    Jaén, mi tierra, donde nací, hay tanto que hablar de ella. Lo primero que me viene a la cabeza es la feria de San Lucas, que la tenemos en puertas. Los jiennenses la acogen con tanta alegría y entusiasmo que hay un autentico ambiente fiestero. Por supuesto, yo no la vivo con la misma intensidad como en mi niñez o juventud, cuando era asidua. Luego, más adelante, llega la semana santa, de la cual estoy enamorada. Contamos con tallas magnificas y muy valiosas. En casa vivimos con intensidad esta semana, la liturgia y todo lo que corresponde a ella. Nada tiene que envidiarle a otras cofradías de distintas ciudades de España. Yo nací en el soberbio y grandioso teatro Cervantes, en el barrio de San Ildefonso, donde se venera a nuestra patrona, la Virgen de la Capilla. Me siento privilegiada por haber sido la primera y única mujer, hasta ahora, pregonera de la fiesta de la Virgen. También tenemos nuestra hermosísima catedral, que la tengo por vecina, porque vivo a su espalda y la veo todos los días. Otra de las cosas que tenemos magníficas en Jaén son nuestros barrios árabes, también contamos con la peña flamenca de Jaén, con la que me siento muy vinculada porque soy co-fundadora de la misma. Mi deseo seria haberme extendido más. Sólo me queda desear un abrazo muy fuerte para todos mis paisanos y amigos.

    Juan Carlos López Eisman. Presidente de la Casa de Jaén en Córdoba.
    Mi tierra tiene un secreto. Jaén, mi tierra, tiene un misterio, un recato. 
    ¿Lo buscaba Aníbal cuando vino a casarse con Himilce?, ¿lo buscaban también don Tomás y don Martín, condes de la pequeña Egipto, que hasta con casi cien personas visitaron la ciudad de Jaén a donde trajeron, a veinte y dos días del mes de noviembre de mil cuatrocientos y sesenta y dos, mandato del Santo Padre? ¿Qué secreto tiene mi tierra, qué misterio y recato tiene mi tierra de Jaén? Es la Duda, jugando con los versos de Bernardo López García, que tintinea y tiembla sobre un monte a cuyo pie duerme una ciudad, que se viste de un manto de niebla que por única vestidura lleva. Mi tierra tiene un secreto. Jaén, mi tierra, tiene un misterio, un recato.  Por eso si a Jaén se entra llorando, también se sale llorando. ¿Por qué? Es el gran secreto que tiene mi tierra, que tiene mi tierra de Jaén.

    Manuel López Fernández. Cronista Oficial de Villanueva del Arzobispo
    Villanueva del Arzobispo se viste de fiesta, durante todo el mes de septiembre, colores y olores impregnan todos los sentidos.
    En la noche del siete la subida al Santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta, contemplar un templo lleno de devotos, que miran agradecidos a su Virgen, que rezan pidiendo por todos los ausentes, por la mejoría de una enfermedad. Allí los Padres Trinitarios, acompañantes de la imagen durante más de 125 años, rezan el rosario y dirigen la plegaria de todos los fieles.
    Después en la explanada, las casetas montadas, generalmente por componentes de las Cofradías de Semana Santa, que con su trabajo de estos días, obtienen fondos para sus amplias actividades; bien en el santuario o en este lugar de reencuentros de amigos, de vecinos que tras largas distancias, llegan para vivir este ambiente de romería, compartir recuerdos, emociones, y alegrías.
    En la mañana del día 8, el recorrido de la diana con sus gigantes y cabezudos acompañados por la Agrupación Musical Villanovense, despierta los sueños para recordar que hay que subir al Santuario, contemplar la procesión de la Virgen de la Fuensanta, a hombros de sus anderos, acompañados de las autoridades y vecinos de las Cuatro Villas, fijando sus ojos en la salida y especialmente en la entrada de la imagen, que retorna al Altar Mayor.
    Son estos días de toros, de casetas, con una variada pero singular gastronomía,  de amistad, de verbenas, de ferias, de visitar exposiciones y especialmente admirar la Plaza de Toros, inaugurada en 1928 y que ha sabido mantener la tradición de exitosos festejos taurinos..
    Una vez que hayas dejado algún día para descansar el cuerpo, aprovecha para visitar algunos lugares del Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas, con numerosos itinerarios, tal vez el más corto sea dirigirte hasta el Pantano del Tranco en una carretera, sinuosa, con chopos amarillentos que señalan el curso del Guadalquivir; recorrer el camino por donde San Juan de la Cruz fue prior del convento del Calvario y escribió algunas estrofas de su “Cántico Espiritual”; visitar el Charco del Aceite, las limpias aguas del río que inician ya su descenso hasta encontrar el mar en Sanlúcar.
    Es recomendable visitar el casco antiguo con sus estrechas callejas, la Iglesia Parroquial de San Andrés, antigua fortaleza medieval, te impresionará al traspasar la portada principal, con el escudo del Obispo Don Sancho Dávila. Debes conocer la iglesia de las dominicas de Santa Ana, fundada por Fray Domingo de Valtanás en 1540; pasear por las calles Ramón Millán, Plaza Mayor, Antonio Machado…, con una serie de interesantes edificios de los años 1920, hasta llegar a la iglesia de la Vera-Cruz y admirar un Cristo Crucificado obra de Mariano Benlliure.
    No puedes marcharte sin repetir la noche del 28 la subida al Santuario y el día 29, fiesta de San Miguel,  contemplar largas filas de peregrinos descalzos, que llegan al lugar, para cumplir alguna promesa hecha a la Virgen por algún favor recibido. Asistir a la fiesta religiosa y contemplar la procesión, con San Miguel y la Virgen.
    Ya te lo indicaba  Villanueva, “Cuando llegue septiembre”, es luz, fiesta, reposo, naturaleza, monumentos, imágenes, música, tradición taurina, gastronomía, chopos amarillentos, Guadalquivir, carmelita, mariano, pero sobre todo, la bienvenida, la amistad, que llenarán tu corazón de ilusión y esperanza para un largo año.

    Juan Carlos López Gámez. Presidente de la agrupación de cofradías Bailén
    “Bailén, ciudad de oficio noble y bizarro, donde Dios fue alfarero y el hombre su primer cacharro”. Bailén es conocida por sus gentes, por su cerámica, por su fiestas donde se conmemora la victoria del ejercito español, a las tropas hasta ese momento invictas del ejercito de napoleón, por la devoción hacia su patrona Ntra. Sra. De Zocueca, pero es una gran desconocida por su Semana Santa con un patrimonio artístico importante.
    Domingo de Ramos: por la Mañana “la Mulica” abre los desfiles y al anochecer nos espera “Ntro. Padre Jesús de la Sentencia acompañado” por “María Santísima de la Amargura”, lunes: todo el pueblo reza con el maestro  “la oración en huerto”, martes: ahí esta “Jesús de Medinaceli” acompañado de la “Virgen de los Siete  Cuchillos”, miércoles: el silencio se hace al contemplar al “cristo del buen morir”, jueves: “Ntro. Padre Jesús Amarado a su columna” es portado por su cuadrilla de mujeres, viernes: “El Nazareno” esta en la calle, a la hora nona “la Expiración” al anochecer  “la Piedad” y “El Santo entierro” y en la soledad la tristeza de una madre “Ntra. Sra. De los Dolores” acompañada por el discípulo amado “San Juan”, Domingo de Resurrección: se cumplió la promesa, la victoria de la vida sobre la muerte con “El Resucitado”.

    Félix López Gallego. Escritor e historiador. Linares
    Cuando en abril de 1941 comenzó su andadura el Diario JAEN, fueron muchos los lectores que pusieron sus esperanzas en esta publicación que, con las lógicas evoluciones impuestas por el tiempo y las marcadas por los magníficos directores que han ido tomando su timón, le llevaron a convertirse en el heraldo de la provincia,  pues a la vez que se proclamaban sus progresos,  se lanzaban ideas y sugerían iniciativas en las cuales terminaba involucrándose una sociedad inquieta y preocupada por el futuro. Además de ello, son de auténtica antología los números monográficos dedicados a las ferias y fiestas de sus pueblos, los referidos a la industria, la construcción o al cultivo del olivo; los problemas de la producción y comercialización de esa gran riqueza del oro líquido que produce nuestra tierra.
    Entre mis documentos conservo unas páginas del Diario JAÉN de fecha septiembre de aquel 1941. El reseco papel ha tomado un tono tan amarillo que apenas deja leer la letra diminuta de las primitivas linotipias en que se imprimieron. Los esfuerzos de entonces por conseguir buen papel y tinta, eran una de las muchas dificultades que se habían de superar. Pero aquella piedra de toque y otras muchas posteriores han permitido llegar al diseño y calidad del moderno diario que hoy disfrutamos.
    Tras estos primeros setenta años de publicación, el Diario JAEN ha conseguido ser el diario del pueblo para esta hermosa tierra de un Jaén cuajado de olivares.


    Francisco López Gómez. Actriz. Madrid
    Que significa para mi Jaén, mi tierra, Linares, la que me vio nacer... significa mucho, lo más importante en la vida, mi familia, y junto a esto, mi infancia, mi adolescencia, juventud...llevo muchos años viviendo fuera de Linares, sin embargo no soy de esas personas que se fueron y no volvieron, porque mi familia sigue viviendo allí y voy por esa necesidad interna, del corazón, esa que te mantiene unida a tu origen,  me siento muy orgullosa de venir de donde vengo y lo digo con la boca grande siempre que me preguntan al escuchar mi acento, de donde soy: " soy de Linares, de Jaén" (que curioso, aunque a veces hable sin acento andaluz, cuando me preguntan de donde soy, siempre me sale: "De Linareee", con esa vocal abierta tan nuestra).
    Recuerdo el clima, los veranos tan calurosos, el colegio de monjas, mi barrio, cantarranas, la casa donde me crié, los vecinos, las fiestas de San José, la feria, la semana Santa, el Instituto Politécnico, el Papaya, el Alquivira...los amigos de entonces y siempre, mi familia, maravillosa.
    Con la vehemencia de la juventud solo pensaba en salir de allí y explorar el mundo, sentía mucha pena al ir de visita porque lo veía apagado, triste, pequeño...pasaron años duros, muchos jóvenes nos fuimos buscando un futuro, ahora lo veo reluciente, creciendo y prosperando. Hace unos años me nombraron "Mujer de Linares 2004", fue un gran orgullo, muy emocionante...así pues, con todo esto que os cuento, que va a significar para mi, mi tierra...

    Miguel Ángel López Hernández. Baeza
    Desde la Baeza sempiterna, corazón geográfico y  privilegiado de las acreditadas tierras de Jaén,  altozano de la Historia y  punto focal de encomiables aconteceres, quiero  alzar  la voz sin grito contra toda penuria que especialmente muchos están padeciendo. Me resisto a pensar que la vida ha de ser, como aquella expresión hecha: “un teatro de vanidades”. El derrotismo  debe cambiarse “por la lucha por la vida”, testimonio y tema central de El árbol de la ciencia de Pío Baroja, asimismo nudo gordiano del legado de la obra de Charles Darwin en El origen de las especies con su célebre testimonio de lucha por la existencia. El sudor del jiennense ha fermentado la levadura de la ilusiones.
    Es el paisaje  y el paisanaje de Jaén motivo de honra, dicha y reconocimiento de todos los que llevamos en el corazón este horizonte geográfico que está henchido de emoción, de imaginación, de esperanza y de amargura. En fin, toda una recopilación de encuentros y de desencuentros para los panteones de la posteridad. Veneremos lo digno del pasado y hagamos del progreso un camino en el que nadie quede rezagado. Sea el calor de mano con mano y el esfuerzo de hombro con hombro la divisa de Jaén, tierra de célebres olivares en la mesa y en la fuerza de la pluma, tierra de progreso mítica con los sillares de su Arte e Historia en constante retoñar. Repensemos en el futuro. Trabajo, pan y cultura son yunques de nuestra forja. Valedores de la Humanidad y heraldos de fortuna.

    José Luis López Molina. Maestro. Jaén
    Nací a tiempo en Jaén aunque a edad no muy temprana

          Invierno del 76. Nieva en Granada. Inicamos nuestro camino a Jaén. Onítar, El Zegrí y El Carretero oponen sus escarpados e intrincados vericuetos alargando mi tan ansiado deseo de descubrir la ciudad del Santo Reino. Entre lágrimas, abortadas por la bocamanga color caqui, risas y algarabía de mis compañeros, nervioso y expectante, a la edad de 21 años vengo a nacer en Jaén. Debo confesar que este era mi segundo nacimiento. Yo ya había nacido una vez anterior en Cuenca, pero los jiennenses, parafraseando a un célebre periodista, nacemos donde nos sale de… (Digamos… la real gana), que “no entra bien en el tres por cuatro” pero queda más educado.
          “A Jaén se llega llorando y se sale llorando”. Yo digo: “De Jaén se sale llorando y se vuelve cantando”. He visto un poco de mundo, no mucho. Pero cuando, desde cualquier punto cardinal, regreso a Jaén y diviso las torres de mi catedral, como un autómata, torpemente pero con alegría, brotan de mí unas notas de gloria y alabanza a la bella ciudad de luz que me ha rendido para siempre.
          Otoño del 79, verano del 80, primavera del 83. Tres fechas. Tres poderosas razones entran en mi vida que me atarán eternamente a Jaén.
          Desde entonces, casi sin darme cuenta, subido en  la noria del tiempo, he disfrutado de primaveras de amistad, veranos de casamientos, otoños de baile y feria  e inviernos aceituneros. Con la lluvia sincera del cariño son más fuertes  mis raíces. Como jaenero no olvido todo aquello que hemos perdido, a todos aquellos que se han ido. Para bien o para bien, mi ciudad ya no es la misma. Mi ciudad ha mejorado, su Universidad ya tiene, por el llano se ha extendido. Dicen que por el camino viene un Superior Conservatorio y espero muy pronto pasear en el tranvía, recorrer de cabo a rabo cada rincón de esta villa y compartir con mis paisanos menos penas que alegrías.

    Natividad López Ortiz. Ama de casa. Bailén

    Momentos especiales

    Hay momentos que no se olvidan, que quedan atrapados en nuestro recuerdo, y con el paso del tiempo volvemos a buscarlos en la memoria, para sentirnos un poco más vivos.
    La noche del 1 de Junio, ha sido y será uno de esos momentos, porque cuando Bailén Suena, se escucha más allá de nuestras fronteras; porque todos estamos Desfilando en el Bicentenario y porque los Recuerdos de Bailén, nos hablan de amistad y añoranza.
    La música pone acordes de magia a esos momentos especiales, nos regala una sonrisa, deja escapar una lágrima y alegra los corazones. Gracias, porque una vez más se ha escrito una página en la historia.


    Alberto López Poveda. Vicepresidente Fundación Andrés Segovia. Linares


    Recordando a Jaén
    Conocí la ciudad de Jaén en el año 1933, cuando tenía 18 años y un puesto de trabajo en una fábrica linarense que a finales de este año será centenaria. El motivo de mi visita era gestionar asuntos de ámbito industrial y laboral encomendados por mi empresa. Tras el viaje en el ferrocarril LINARES-JAEN, conducido por una máquina de vapor de lento caminar, pisé el suelo de un Jaén encantador, pequeño y alegre, de plazuelas recoletas, silentes, y calles estrechas, deteniéndome en la plaza de Santa María para contemplar su maravillosa catedral. Aquel Jaén a quien la urgencia de ser, de ponerse a tono con la realidad, ha hecho que, en largos procesos, crezca y se modernice.
    Y a partir de aquella fecha mis relaciones fueron cada vez más frecuentes e intensas. Visitaba los primeros años las Delegaciones de Industria, Trabajo y Sindicatos donde era bien recibido, resolviendo mis gestiones, casi siempre, favorablemente. Posteriormente se amplió mi actividad manteniendo relaciones con entidades culturales y religiosas, y ocupando cargos en los Sindicatos y en el Instituto de Estudios Giennenses que hicieron más frecuentes mis visitas y me dieron la oportunidad de conocer a muchas personalidades y lograr numerosos amigos, muchos de ellos artífices del progreso de la ciudad en todos los ámbitos. Esta íntima relación y los frutos recibidos de ella motivaron mi cariño a la capital del Santo Reino. Escribí mis primeros artículos en el Diario Jaén, de cuyos directores y periodistas siempre mantengo un grato recuerdo.
    Recientemente, con 94 años cumplidos, he visitado Jaén y recordado vivencias que han elevado mi espíritu, contemplando con alegría su evolución. A pesar de la orografía que dificulta la expansión, en un proceso de años, se ha construido una moderna ciudad que ha desplazado su centro, y al mantener intacto el que yo conocí, en fecha ya tan lejana, hace que tenga una doble personalidad logrando una realidad seductora que nos ofrece hoy separadamente —diríamos en distintos capítulos urbanos las estampas del tiempo.
    En estos momentos evoco Jaén agradeciéndole la generosidad que ha tenido conmigo, esa ciudad maravillosa y acogedora que, rodeada de olivos plateados, está abierta a todos los caminos.


    Nuria López Priego. Periodista. Jaén
    Una llamada que no esperaba y un “sí” dicho casi sin pensar me trajeron a esta ciudad hace más de cuatro años. Entonces, Jaén no era Jaén. Era sí, vecina de mi Córdoba llana, romana y mora, y otra provincia más de Andalucía, pero no existía. En mi imaginario, y mi imaginario es todo el mundo que tengo la certeza de conocer, Jaén era poco más que un desfiladero terrible, intimidante y fascinante que tenía que cruzar para alcanzar las ciudades prometidas de Madrid y Barcelona. Era provincia de tránsito, nunca de llegada y jamás pensé que sería de permanencia, pero los días cuentan, a uno le sigue otro. Y así van pasando los meses, los años y ya van más de cuatro... Y resulta que, sin ser la ciudad de mis sueños, hoy por hoy, es la de mi vida.
    Jaén son sus faldas del Castillo de Santa Catalina, templadas por el sol de una mañana cualquiera de domingo; las coloridas casas entre las que se difumina la monotonía gris de la carretera cuando entro desde Córdoba por Antonio Díaz y hasta el barrio de San Felipe; una judería de calles empedradas, estrechas y sinuosas que destilan olor a jazmín, y una Catedral que vigila acechante y protege la ciudad.
    Jaén es su Espartería, llena de cabezas que suben y bajan la mañana comercial de los sábados y la sonrisa amable cel quiosquero de Los Jardinillos. Es una terraza en San Clemente y la Plaza Troyano Salaberry en los meses de agosto y septiembre. Es un Paseo de la Estación abierto en canal por las obras del tranvía. Es un café en El Lucernario, dos en el restaurante del Condestable, tres en el Colón, otro más en la Colombiana y, cualquier tarde de sábado, un descanso en el recoleto patio del Palacio de Villardompardo para leer otra página más de El jinete polaco.
    Jaén es eso y algo más. Son algunos amigos, trabajo y todos los suspiros, irracionales e incontenibles, que se me escapan cuando pienso que algún día llegará la despedida. Tocará hacer los bártulos, retomar el camino y, atrás, se quedarán entonces los rincones y, quizá, ¡quién sabe!, si también lo mejor de mi vida. 

    Juan de la Cruz López Rosales. Presidente FAPA Los Olivos. Jaén
    Mis recuerdos más entrañables y profundos se encuentran en las callejuelas de Úbeda; pasear, ver las fachadas, sus iglesias, monumentos; el dejarse llevar  por los recuerdos de la adolescencia. Perderse por las murallas moriscas de Úbeda es un auténtico placer que te retrotrae a su historia a sus habitantes.
    No hay mayor placer que sentarse y contemplar el retablo de  la iglesia de El Salvador o pasear por el claustro de Santa María, esa Plaza llena de vigor, llena de historia. Poder contemplar los olivares de La Loma desde “los miraores” (a la espalda de El Salvador).
    Úbeda, hoy en día es una ciudad universal y para mí es un orgullo llamarme ubetense porque en sus entrañas contiene una historia, nuestra historia que no podemos ni debemos olvidar.
    Los historiadores dicen que hay que conocer nuestra historia interpretar nuestro presente y poder predecir nuestro futuro.

    Ángeles López Rueda. Mengíbar
    Mi infancia guarda el  recuerdo de ese olor tan  especial y único como es el que desprende un periódico. Cuando tengo uno entre mis manos,  aflora en mi memoria la imagen de mi padre sentado en su sillón con un periódico en la mano, alzando la mirada al oírme entrar diciendo:” Ven, vamos a leer”. Y es que en aquellos tiempos no existía educación infantil, ni nada parecido, y mi padre siempre quiso que aprendiera a leer cuanto antes,  así es que se erigió en mi maestro y convirtió el periódico diario en cartilla, eso sí, con letras de molde muy grandes, que nada tenía que ver con el manido mi mama me mima, mi mama  me ama, pero sí que hablaba mucho de su interés por enseñarnos el maravilloso lenguaje escrito. Mi padre, el periódico, el olor a tinta, mi padre.
    Cuando el Alzheimer iba devorando su cerebro, lo último que hacía de forma mecánica, pero con un cierto sentido, era hojear el periódico, del que solo leía, con mucha dificultad, los titulares grandes. El olvido de lo vivido invirtió los papeles de nuestras vidas y él hacía ahora lo mismo que me enseñaba a mí sobre sus  piernas cuando era muy muy pequeña, sólo que yo ahora, impotente,  no podía hacer nada más que cuidarlo con esmero. Una de las  últimas fotografías, sin dejar de ser físicamente quien era, guarda su imagen  en  un día soleado con el Diario Jaén entre las manos. Mi padre, el olor a tinta, mi padre, que me enseñó la magia de las palabras sobre el papel.


    Mariam López Ruiz. Abogada. Jaén
    Siendo niña me encantaba jugar en la Plaza de San Juan y sentarme a mirar las campanas al aire repicando a misa desde su iglesia. Este barrio me vio nacer y en él sigo, lugar donde las prisas de la ciudad no llegan, ni hacen falta relojes, porque nuestra hora la marcan las campanadas de la Torre del Concejo que desde antiguo vienen dando la hora oficial de nuestro Jaén. Este Rincón del Casco Antiguo, esconde además de gente humilde y trabajadora, bellezas históricas casi desconocidas, maravillas que guardan la esencia de varias culturas que convivían en paz, y así sigue siendo este barrio que encierra tales tesoros, acogedor para cuantos se acerquen a él. Pasear sus calles empinadas de trazado árabe devuelve la tranquilidad al alma e inunda los sentidos de mil olores, azahar en sus primaveras y lavanda en los cálidos otoños. Que no daría yo por empezar de nuevo...para volver a correr entre risas de niña sus calles, sentarme de nuevo en esa Plaza con la mirada limpia para ver el movimiento de las campanas de mi iglesia, pero que más puedo pedir que seguir paseando por este bello rincón, sentirme abrazada por su buena gente y que me sigan diciendo “adiós Mari” como cuando era niña.

    Pedro Antonio López Yera. Maestro. Jaén
    Raíz untuosa de aceituna verde/ Como verde la escama reptiluna./ Verde ola de olivares pétreos/ Hundidos en batallas verdes./ Verde Jaén sobre la sombra verde./
    Castillo de noche y emboscada./ Reino Santo entre sillares verdes/ Que el ojo vigilante de la historia/ Rescata después en la alborada.
    Torres y espadañas de cielo,/ Auscultan diástoles de piedra,/ Latidos de sudor,/
    Zarpazos de hambres milenarias/ Ante horizontes verdes, nuevos,/ Que levantan suspiros, ilusiones,/ De un Jaén que vivirá mañana.

    Manuel López Pegalajar. Maestro. Pegalajar

    En Jódar
    Hoy arden los recuerdos antiguos
    en una hoguera virtual
    Sones de babeles nos avisan
    de lo que no entendemos
    mientras la tarde anochece.
    Hoy Jódar parece con la lluvia,
    un crepitar de bendiciones.
    Con la mañana despierta
    con ganas e ilusiones.
    Paisajes para no olvidar.
    En el aire flotan flores de libertad,
    fragancia de trabajo y esfuerzo.
    Miro y veo ¿qué sucederá mañana?
    Abro ventanas y balcones
    Nada encuentro
    sino el tiempo acechante.
    Hay labios que suspiran,
    otros ardientes y malheridos
    No se inventa un recuerdo.
    Ya están clareando las tinieblas.
    La esperanza, lo último que se pierde.

    Francisco José López Rodríguez. Psicólogo. Beas de Segura
    Pisé el acelerador e intenté no mirar atrás. Ignoré cuantas señales de tráfico se me presentaron; quedaba poco tiempo y una multa era lo que menos me importaba en esos momentos cruciales. Miré a mi padre, sentado a mi lado, para comprobar si estaba despierto y le noté una palidez extrema. Apreté el pedal a fondo y seguí a toda velocidad.
    A esas horas ya habrían notado en el Hospital Ciudad de Jaén que algo iba mal, que un paciente faltaba. Mi padre llevaba muriéndose en él cinco meses, rodeado de gente que le sonreía para después negar con la cabeza, creyendo que no se daba cuenta. Y me harté.
    Unas sirenas sonaron a lo lejos cuando llegamos a nuestro destino: abrí las ventanillas y el olor a tierra mojada le despertó los sentidos. Con cierto esfuerzo, lo saqué del coche y lo coloqué ante un paisaje familiar. Frente a sus ojos se extendía una constelación de olivos, sus olivos, dorados en sus copas por los rayos del sol. Lo apoyé en un tronco y me senté a su lado. Estuvimos horas en silencio. Miré a mi padre una última vez y estaba sonriendo. Luego nos quedamos dormidos por el cansancio.
    Cuando nos encontró la policía, sólo yo me desperté.

    Raúl Israel López Zafra. Hermano de la Cofradía de los Apóstoles. Alcalá la Real
    Hacia la noble cuidad de Alcalá,
    marcho con afán,
    tú eres mi tierra y mí hogar,
    noble ciudad de Alcalá.

    Tierra de moros y cristianos,
    que entre ellos se mataron,
    por conquistar, la muy noble y muy leal,
    ciudad de Qal´at.
    Cruce de fronteras, eres Alcalá,
    que a los viajeros dejas descansar,
    de Córdoba a Graná.
    Llave y guarda de los reinos de Castilla,
    eres Alcalá,
    por Alfonso XI que su nombre te da.
    Alcalá de Aben- Zayde  o Alcalá la Real,
    la misma siempre serás,
    más grande o más pequeña,
    tu encanto conservarás.
    Tierra de artistas, escritores y escultores,
    unos se quedaron por tu esplendor,
    y otros marcharon por decadencia y dolor:
    “Arcipreste de Hita, Martínez Montañés,
    Pablo de Rojas, Abu Yafar, Agsa Almedalí…”
    todos sois igual,
    hijos ilustres de la ciudad de Alcalá.
    De mí tierra y mí hogar,
    yo me enorgullezco al decir:
    ¡Soy de Alcalá!


    Ramón Luque Sánchez. Profesor. San Fernando (Cádiz)
    Mole cuadrangular, prisma quebrado,/ torre enfrentada al sol que al cielo arredra/
    con erecto perfil de dura piedra/ y al suelo roza con amor callado./ Atalaya de un tiempo ya pasado/ que reta al hombre y a la historia empiedra/ con viejos mitos y faldón de hiedra./ Pendón moruno, rastro enamorado./ Sol del Guadalquivir, siempre leyenda,/
    que a Mengíbar te das en dulce ofrenda
    y al mundo miras con desdén fingido.
    No vivas del ayer, busca el mañana
    y no te sientas mora barragana.
    Sultana eres con nombre y apellido.