Un kamikaze en la ciudad

Un Volvo negro circula a toda velocidad por la Avenida Eduardo García Maroto en dirección Avenida de Barcelona. Son cerca de las diez de la mañana. A la altura del cruce con la calle San Francisco Javier, choca violentamente contra un Volkswagen blanco, que acaba empotrándose contra un árbol de la acera, y, de rebote, contra un segundo turismo, un Opel gris oscuro.  
Los dos vehículos transitaban en dirección a Plaza de los Perfumes. El Volkswagen, manejado por una mujer, giraba hacia la izquierda, momento en el que, según los testigos, se produjo la colisión, que fue tan fuerte que paralizó, por un instante, a transeúntes y comerciantes.  

02 ago 2014 / 22:00 H.


Mientras la ocupante del coche blanco quedaba aturdida, los del Opel asistían, estupefactos, a la huida del Volvo. “Apenas me fijé en el vehículo. Solo vi la cara del hombre que iba al volante: una expresión terrible”, cuenta el conductor afectado. “Nos íbamos de vacaciones”, añade con una sonrisa amarga.
Pero el Citröen no quedó tan malparado como el Volkswagen. Además, la conductora resultó herida leve. “Tenía sangre en la cabeza, y la metieron enseguida en la farmacia mientras llegaba la ambulancia”, relata una testigo. La acera llegó a ser un hervidero de curiosos. Además, alrededor del pequeño árbol contra el que se empotró el primer vehículo se desparramaban decenas de piezas y fragmentos de la carrocería. Se dio la circunstancia, además, de que la farmacéutica conocía a la mujer herida, lo que la consternó, según relató a la Policía Local, cuyos agentes se desplazaron hasta el lugar junto con los servicios sanitarios, varias patrullas del Cuerpo Nacional y un equipo de la empresa FCC para limpiar acera y calzada de restos del accidente.
fugitivo. “Tras el golpe, y al ver que el coche se daba a la fuga, varias personas salieron corriendo tras él para cogerle la matrícula”, contó una testigo. “El coche salió disparado y en dirección prohibida, y cerca estuvo de atropellar a varias personas en el paso de cebra”, afirma la joven, aún con el susto en el cuerpo.
Apenas media hora más tarde, la Policía localizaba el presunto vehículo causante de la colisión múltiple. Estaba aparcado en la calle Fermín Palma, a la altura del Parque de la Concordia. En su interior, nadie.
Se inmovilizó el coche y se procedió a buscar, “localizar” e “identificar” al individuo, en principio, por las calles circundantes. Un testigo lo describió como “de mediana edad” y “de pelo largo”.
El Servicio de Emergencias del 112 y la Policía Local confirmaron, además, que el conductor del Volvo había causado, quince minutos antes de ese choque, otro accidente, en este caso, en la Rotonda del Colegio de Enfermería, en la carretera de Madrid. Allí, dejó otro vehículo golpeado, daños materiales y un herido, también de carácter leve.