Un jiennense en la cumbre de la investigación internacional
Jesús Vicioso Hoyo /Jaén
Desde luego que cuando Unamuno soltó aquello del “¡Que inventen ellos!” no se imaginaba que las cosas cambiarían tanto. Las fronteras de la investigación son cada vez menores y ahora más que nunca tiene más sentido el lema del Instituto de Tecnología de Massachusetts —Massachusetts Institute of Technology -MIT-, una de las entidades educativas más importantes del mundo, que reza así: 'Mens et manus'.

Desde luego que cuando Unamuno soltó aquello del “¡Que inventen ellos!” no se imaginaba que las cosas cambiarían tanto. Las fronteras de la investigación son cada vez menores y ahora más que nunca tiene más sentido el lema del Instituto de Tecnología de Massachusetts —Massachusetts Institute of Technology -MIT-, una de las entidades educativas más importantes del mundo, que reza así: 'Mens et manus'.
Y es que en el siglo XXI, las mentes y las manos solo atienden a razones de capacidades y de innovación, de ahí que en el MIT haya un jiennense trabajando en la técnica del futuro. Tomás Palacios Gutiérrez es profesor de Ingeniería Electrónica en el prestigioso centro situado en la ciudad de Cambridge y lidera un grupo de investigación que está centrado en descubrir nuevas tecnologías que permitan mejorar las prestaciones de la electrónica. Y su labor ya ha obtenido importantes reconocimientos, entre los que destaca el Premio Presidencial a la Carrera Científica e Ingenieril más Prometedora, entregado por el mismísimo inquilino de la Casa Blanca y máximo responsable de Estados Unidos, Barack Obama. Con todo, no olvida sus raíces y visita a menudo Jaén para estar con sus abuelos y sus tíos. Precisamente hasta en la provincia jiennense y con su familia le han surgido ideas brillantes.
Palacios asevera que actualmente estamos en una época apasionante para la electrónica, ya que ésta ha revolucionado la vida cotidiana gracias a la continua mejora de sus prestaciones durante los últimos cuarenta años, pero también señala que cada vez es más difícil y costoso seguir mejorando la electrónica, aunque es en este reto en el que está inmerso junto a su grupo de trabajo del Instituto Tecnológico de Massachusetts.
“Utilizamos nuevos materiales con propiedades asombrosas. La electrónica tradicional está basada en un material llamado silicio. (…) En lugar de con éste, en mi grupo estamos utilizando dos nuevos materiales, el nitruro de galio y el grafeno. Los dos tiene propiedades asombrosas que pueden permitir mejorar la electrónica durante otros cuarenta años”, explica el profesor, que señala, a modo ilustrativo, que el grafeno tiene un único átomo de espesor, algo que posibilitará el desarrollo de circuitos electrónicos —por ejemplo ordenadores— transparentes y que podrían integrarse en todos los objetos diarios, desde el periódico hasta un vaso de papel o en la ropa. “Nunca más tendremos que buscar el teléfono móvil en casa. Estará integrado en nuestra chaqueta”, afirma el profesor.Junto con el resto de miembros de su grupo investigador, Tomás Palacios tiene sobre la mesa más de veinte proyectos diferentes. Entre ellos, destaca el del uso de grafeno en sensores químicos y biológicos. “Debido a su mínimo espesor, sus propiedades (por ejemplo, cómo de bien conduce la corriente eléctrica) cambia rápidamente en función de qué pase en su superficie. Estamos utilizando este concepto para fabricar circuitos electrónicos que puedan detectar la presencia de bacterias nocivas para el ser humano”, explica el profesor jiennense del MIT. La intención de este trabajo es detectar la bacteria e-coli, la causante de la crisis de los pepinos en Alemania del pasado verano. “Estamos fabricando sensores de e-coli de muy bajo coste que se puedan integrar directamente en el plástico transparente que se utiliza para envolver las verduras o la carne”, apunta. Para esta iniciativa, el MIT también colabora con el Laboratorio Ibérico de Nanotecnología, una institución hispano-lusa puntera.
inventar. Interesado en la investigación y en las formas de descubrir desde que tiene uso de razón, recuerda encerrarse en su habitación a “inventar”. “En aquel tiempo, para mí inventar era solo hacer unos garabatos en una hoja de papel para intentar diseñar una máquina de movimiento perpetuo u otra idea imposible de ese estilo. Fue en mi segundo año en la Universidad Politécnica de Madrid cuando empecé a investigar de manera profesional”, manifiesta a este periódico Tomás Palacios Gutiérrez.
Sobre la motivación, el docente e investigador asevera que lo que mueve a su grupo es “intentar ayudar a resolver problemas que afectan a la sociedad”. “Estamos desarrollando transistores que permitirán que los ordenadores funcionen 10 veces más rápido; electrónica destinada a reducir en un 20% el consumo energético del país”, destaca, entre otros proyectos que tienen en marcha.
Este jiennense en la cumbre de la investigación de lo que será el futuro traduce su ingente esfuerzo diario científico en una dicha por la sociedad. “Es una gran satisfacción el poder hacer un trabajo útil para la sociedad que genera puestos de trabajo y puede mejorar la calidad de vida de la gente. Por otra parte, en mi grupo tenemos una labor de educación muy importante. Prácticamente todo el trabajo lo realizan estudiantes. El ayudarles a que aprendan y se desarrollen como personas y científico-ingenieros es una labor incomparable”. Y en esta declaración deja claro que es un gran científico, porque la buena ciencia es tan humilde como trascendental para el futuro del progreso humano. Un futuro que ya es cultivado con el afán de un magnífico investigador jiennense.
Reconocimiento del máximo responsable de Estados Unidos
El pasado mes de octubre, Palacios recibió de manos del máximo responsable de Estados Unidos un espaldarazo a su labor. “Fue un tremendo honor el que Barack Obama me otorgara el Premio Presidencial a la Carrera Científica e Ingenieril más Prometedora. Me alegré sobre todo por mis estudiantes, quienes pasan muchas horas en el laboratorio desarrollando todas las ideas de las que tengo la fortuna de poder hablar. Ellos son extraordinarios y me alegré mu-cho de que esté premio les ayude a ver que la sociedad reconoce su trabajo”. Palacios asevera que la Universidad “desempeña una labor fundamental”. “Tanto para la educación de las nuevas generaciones, aquellas que tienen que sacar a adelante el país, como para el desarrollo de la competitividad de nuestra economía. Por ello es muy importante ayudarla en todo lo posible y promover centros de excelencia”, indica.
La revolución tecnológica que llegará, en breve, a los bolsillos
A propósito de las próximas revoluciones tecnológicas, Palacios augura la presencia continua de la Red. “Gracias a teléfonos móviles cada vez más ‘inteligentes’ tenemos acceso inmediato a toda la información de internet. En el futuro, esta conectividad va a ser incluso más ubicua. Todos los objetos van a tener electrónica y van a estar conectados a internet. Para ello, tenemos que desarrollar una nueva clase de circuitos electrónicos más baratos, con ma- yores prestaciones y que se puedan integrar fácilmente en los objetos de la vida cotidiana”, dice y avanza próximas “revoluciones”. “Si nos fijamos en la tecnología que se desarrolla en la actualidad, es muy probable que en el futuro tengamos móviles y ordenadores que sean flexibles y que se puedan doblar, sensores que nos informen de cómo de frescos son los alimentos, o gafas de visión nocturna que permitirán ver de no-che como si fuera de día”.
Un jiennense que no olvida los lazos con su tierra natal
“Yo nací en Jaén y mis abuelos y tíos viven todavía por aquí. Es una ciudad maravillosa que intento visitar siempre que vengo por España, típicamente una o dos veces al año. Por ejemplo, pasé estas Navidades allí. Siempre estarán grabadas en mi memoria las imágenes de los olivares alrededor de la ciudad, la salida de El Abuelo durante el Jueves Santo, y la hospitalidad de los jiennenses siempre que vengo”, explica Palacios desde Massachusetts (Cambridge). También destaca su relación familiar con la UJA. “Gracias a mi abuelo, que fue profesor de la Universidad, le tengo un gran cariño y me alegro mucho de su reciente expansión. La Universidad tiene una tremenda responsabilidad, el liderar el desarrollo económico de la toda la provincia y asegurar la competitividad de Jaén a nivel mundial. Es una labor muy difícil pero vi-tal para el futuro de todos los jiennenses”, expresa.
Orgulloso de una idea “made in Jaén” tras una visita familiar
Recuerda con cariño una idea que se le ocurrió mientras visitaba a su familia en Jaén: “El problema fundamental de los transistores de nitruro de galio, que se utilizan en la fabricación de radares, teléfonos móviles, etc., es que sus prestaciones se degradan rápidamente cuando se reduce su tamaño. Por desgracia, siempre queremos hacer los transistores lo más pequeños posible para que puedan funcionar a altas frecuencias. Un día de verano de hace algunos años, mientras visitaba a mis abuelos en Jaén, se me ocurrió que la introducción de un nuevo material en el transistor, una capa finísima de solo 3 o 4 átomos de espesor, podría ayudar a mejorar los transistores. Cuando volví a Estados Unidos, probé este concepto inmediatamente y funcionó. En la actualidad esta idea es usada por la mayor parte de compañías de electrónica que utilizan nitruro de galio en sus circuitos”.