Un impulso premeditado

Complace al poderoso y un club tan histórico como el Alavés, que solo tiene nombre y nada de juego, cerró el partido y la eliminatoria gracias a sus servicios. Enhorabuena a los dos. Esta oportunidad quedó en el camino, pero a la vuelta de la esquina, quizá la esquiva fortuna le haga un guiño a este Real Jaén. Es la extraña condición del fútbol, un deporte sin límite de tiempo o lugar. El reglamento dispone que un partido dura 90 minutos, pero para el aficionado dura más y en una eliminatoria como esta, sin duda, la tertulia tiene momentos para el acaloramiento. El viaje de vuelta de esos aficionados jiennenses será difícil, recorrieron casi 700 kilómetros para seguir a su equipo en su pelea por un ascenso, y en esto estaban, viendo cómo sus jugadores tenían la posesión y ponían las gotas de juego, pero apareció el protagonista. Un golpe al mentón del que el equipo no se recuperó. Sin comprar boleto, le tocó la lotería al Alavés. Injusto, sin duda, y mejor dejar el lamento en el césped. Como dijo Herrero, a pie de campo: “Si digo lo que pienso no vuelvo a entrenar”.  Frase lapidaria y con sangre caliente. Esperemos que el fútbol y solo eso nos lleve donde merece este equipo. El campeón del grupo cuarto tiene crédito futbolístico, la mano de Herrero ha forjado, al rojo vivo, un modelo que es “rara avis”en Segunda B. Y a eso tiene que aferrarse una afición que volverá a llenar La Victoria. La frustración debe olvidarse cuanto antes y el premio sabe mejor cuando se alcanza por méritos propios. A esos fieles hinchas que acompañan al equipo en las horas bajas, a los que creyeron en el triunfo de este equipo humilde, a ellos tiene que estar dedicado el ascenso. Hoy nos parece lejano, pero hay otra oportunidad que no se va a quedar en el camino. Así será. En Twitter: @JMSerranoAlba