Un horno permite recrear cerámica de la segunda Edad del Hierro
Un horno experimental permite recrear cómo se cocía la cerámica hace dos milenios. La idea partió de Juan Jesús Padilla, quien realiza una tesis doctoral en la Universidad de Granada sobre la producción alfarera durante la segunda Edad del Hierro.
El punto de partida fue un alfar del siglo II antes de Cristo hallado en el yacimiento arqueológico de Las Cogotas, en Cardeñosa (Ávila). Para estudiar y demostrar la complejidad técnica de erigir una estructura de tales características se levantó, en poco más de 3 meses, un horno de 3,6 por 2 metros de diámetro. Se elaboraron a mano 7.855 adobes de 40 por 20 por 10 centímetros mediante moldes tradicionales y barro mezclado con paja.
En cuanto a la puesta en marcha, se empleó combustible natural de encina, pino y matorral, como se hacía en la época. Esto permitió alcanzar los 758 grados, con una cocción modélica. El dispositivo ya se usó para obtener diferentes productos y piezas cerámicas, proceso del que los expertos extrajeron conclusiones.
Así demuestran que los datos arqueométricos de pastas cerámicas de la II Edad del Hierro daban como resultado la cocción de estos materiales entre 750 y 800 grados. Se constató el nivel de experiencia y especialización de los alfareros, que sin necesidad de medidores de temperatura y solo en base a la coloración de las llamas, eran capaces de obtener muy buenos resultados, alcanzando unos 750 grados. Se logró en el proceso la confección exacta de replicas típicas de la época, aparte de la confirmación de que los artesanos del periodo concreto poseían elevados conocimientos técnicos, transmitidos de generación en generación a través de la experiencia.
Los promotores, aparte de Jesús Padilla son Raquel Jiménez, de la Universidad de Valladolid y Carlos García, de la de Zaragoza. Además, contaron con la colaboración de Antonio Padilla, Bartolomé Padilla y Antonio Miguel Troyano, estos últimos alfareros tradicionales de Bailén. Asimismo, cooperaron en la construcción del horno los maestros albañiles José Valdearcos y Gonzalo Balbuena, y prestaron asesoramiento Gonzalo Ruiz y Jesús Álvarez, ambos profesores de la Universidad Complutense; Gonzalo Aranda, de la de Granada, y Manuel García Heras, científico titular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Francisco Javier Cabrera/Bailén