Un giro a la izquierda
Dicen que Rubalcaba le ha dado al PSOE un giro a la izquierda con su programa electoral. 'Mi programa', repitió cuatro veces. A ver si me sitúo. Tomemos una circunferencia y cortémosla en dos mitades iguales. Si hacemos girar la mitad izquierda hacia la derecha, la parte superior invade la derecha.
Obvio; pero si gira hacia la izquierda, también invade la derecha, por abajo, ¿no? Me mareo. Más simple: si gira a la izquierda es que estaba en la derecha (conozco a bastantes afiliados del PSOE que admiten resignados que su partido dio un giro a la derecha hace mucho tiempo). Pero, además, el giro a la izquierda actual es de programa; o sea, no real. Está escrito en futuro y en condicional. Conjeturalmente, la izquierda política se caracteriza por procurar la igualdad social mediante los derechos colectivos. La derecha, por su parte, tiende a favorecer a la clase dominante. Tradicionalmente, el PP se sitúa en la derecha, pero su programa daría un giro a la izquierda con el slogan “lo primero el empleo” y ¡los recortes de Cospedal garantizan los servicios públicos! Sospecha: no especifica qué tipo de empleo ni en qué condiciones, porque en China no falta trabajo ni para los menores de edad. Veamos: el tiempo que llevan PSOE y PP gobernando en alternancia no han hecho otra cosa que competir por ver quién privatizaba mejor; o sea, qué empresas eran más rentables para sustraerlas de lo público y entregarlas a manos privadas, con todas las garantías y sin condiciones. Nos enteramos de que nos habían metido el euro “doblado” cuando pagamos por una cerveza más del doble que el día anterior, mientras los salarios y los subsidios eran embalsamados. Telefónica, privatizada entre 1995-1999 (gobiernos de PSOE y PP), la quinta compañía más grande del mundo, obtuvo en 2010 unos beneficios de 10.167 millones de euros, prácticamente lo mismo que se sustrajo de las nóminas de los funcionarios, con la diferencia de que a estos le subieron el IVA, el IBI, el gas, la luz, la gasolina... En 2011, Telefónica pierde beneficio, pero mantiene sus dividendos gracias a un ERE sobre 6.500 trabajadores, cuyo ajuste cuesta a la compañía 2.700 millones de euros, pero con una mayor eficacia en los costes de personal y subiendo las tarifas, claro, ganará más que el año anterior. Gobernar para PP y PSOE significa empujarnos hacia el futuro con la venda del programa en los ojos para que no veamos cómo la hidra financiera nos saca las higadillas, tanto por el costado izquierdo como por el derecho. ¿Ustedes creen que los partidos políticos van a darse la vuelta contra los principios que los sustentan? Yo lo pienso y me mareo.
Guillermo Fernández Rojano es escritor.