Un fuego provocado recuerda la ruina de la "fábrica" de Dhul

El que iba a ser el principal proyecto industrial de la ciudad se está, poco a poco, reduciendo a cenizas. Y no solo en el sentido metafórico de la expresión. La fábrica que el grupo alimentario Dhul dejó a medio construir en Jaén salió ayer ardiendo. Las llamas devoraron unos 800 metros cuadrados del material aislante que se encuentra esparcido por el suelo de este "edificio fantasma". La gigantesca columna de humo negro podía divisarse a kilómetros a la redonda.

25 jun 2014 / 22:00 H.

 

Los Bomberos de Jaén tardaron más de una hora en sofocar un incendio que, según todos los indicios, fue intencionado. Un acto vandálico. Comenzó a una hora poco habitual -las ocho y media de la mañana- y en una nave semiderruida en la que no hay corriente eléctrica. Así que es más que probable que la mano del hombre esté detrás del siniestro.

El fuego es un episodio más de la lista de "catástrofes" que han sufrido estas instalaciones, ubicadas en la parcela donde se levantaba la antigua factoría de Cárnicas Molina -después Primayor-. Este proyecto industrial se gestó después del cierre de esta última empresa, que supuso el despido de 145 trabajadores. La Junta fraguó un plan industrial, que se apoyaba en los proyectos empresariales de dos firmas: Proasego y Dhul. La primera ni tan siquiera echó a andar. La segunda, perteneciente a Nueva Rumasa y, por lo tanto, a la familia Ruiz Mateos, sí que se puso manos a la obra y comenzó los trabajos de construcción de una factoría en la que se iban a fabricar platos precocinados con la marca "Chef Dhul". Es más, la Junta invirtió unos dos millones de euros a fondo perdido

En principio, la obra avanzó según lo previsto, gracias también a una polémica ampliación de capital que dejó atrapados a miles de inversores y que aún está en los tribunales. Nueva Rumasa comenzó, entonces, a tambalearse. El tiempo demostró que era un gigante con pies de barro. Entró en quiebra en marzo de 2011, lo que obligó, apenas dos meses después, a paralizar la construcción de la nueva fábrica que se levantaba en el Parque Empresarial Nuevo Jaén. El edificio se dejó a medias por orden de los cinco administradores nombrados por el juez que dirige a la empresa. Para entonces, Nueva Rumasa ya debía la friolera de 6,7 millones de euros a los constructores de la nave, una cantidad reconocida por los tribunales de Justicia.

 El Juzgado de lo Mercantil de Granada que lleva el concurso de acreedores decretó, hace aproximadamente un mes, la liquidación de todos los bienes del Grupo Dhul, es decir, la venta. La fábrica de Jaén es uno de esos activos que están en el mercado. Su señoría escucha ofertas, que deben estar por encima del precio de salida fijado inicialmente. Después, si no hay comprador o la propuesta está por debajo de las expectativas, saldrá a subasta pública.

 ABANDONO TOTAL. En un principio, una empresa de seguridad custodiaba la nave. Después, se retiró la vigilancia, ya que no había dinero para pagarla. Ni tan siquiera hay vallas que impidan la entrada. Desde entonces, el inmueble ha sufrido un importante deterioro, agravado por el expolio de chatarreros que buscan cualquier cosa que puedan vender. En enero, se cayeron los muros laterales como consecuencia de un temporal. Cinco meses después, ha sido un incendio intencionado el que ha vuelto a recordar a los jiennenses la existencia de una fábrica fantasma en la que se han desperdiciado miles y miles de euros de dinero público.