Un estudio sobre el aceite para marcar estrategias de futuro
Un estudio del Observatorio del Consumo y la Distribución Alimentaria sobre el aceite de oliva en España aporta datos significativos que pueden servir al sector de radiografía general sobre la situación y plantear, así, nuevas estrategias de futuro.
En total fueron más de quinientos millones de litros los que se consumieron en nuestro país, la gran mayoría, casi un 89 por ciento, dentro del ámbito doméstico. Son las familias las que están más familiarizadas con este tipo de grasa, a buen seguro porque se asocia con calidad de vida y bienestar para la salud, gracias a las influyentes investigaciones que salen a la luz sobre las beneficiosas propiedades organolépticas del zumo de aceituna, una serie de cualidades que ya nadie puede poner en tela de juicio. Se trata de un producto beneficioso para la salud que actúa desde muy diversos frentes y que repercute de manera positiva tanto en niños como en personas en edad adulta. Y es que los hogares españoles se quedaron con cerca de 449,5 millones de litros de aceite de oliva el año pasado, una cifra que revela la gran demanda que existe ahí y que, desde luego, debe seguir creciendo de manera paulatina. Se calcula que cada persona toma al año más de nueve litros de aceite de oliva, lo que supone un gasto de algo más de 25 euros. Visto así, se trata de una cuantía económica poco significativa en comparación con lo que se puede gastar en otros productos a lo largo del año y, además, en relación a los beneficiosos efectos que conlleva elegir esa grasa antes que cualquier otra. La cruz de la moneda es que casi 300 millones de litros de los hogares fueron de aceite no virgen, mientras que el virgen extra se quedó en unos 155.
La asignatura pendiente es el sector hostelero, donde el consumo sólo representa un nueve por ciento del total. Hacia ahí hay que enfocar las campañas, porque el mercado a conquistar es impresionante.