Un espléndido campo de batalla

Fueron muchos los jiennenses que pusieron el grito en el cielo cuando oyeron hablar de remodelación en la Plaza de Santa María. Especulaban con la posibilidad de que el arquitecto Salvador Pérez Arroyo no supiera salvaguardar el sabor histórico de un rincón tan singular. Sin embargo, quienes dijeron “no” a esa temida renovación, callan ante la espectacular imagen que ofrece la Catedral despojada de árboles. Parece un campo de batalla, pero merece la pena entrar en esa guerra. Nunca una obra, embarrada e incómoda, hizo resaltar de una forma tan sumamente escandalosa la belleza de un monumento.

    06 dic 2010 / 17:53 H.

    Acceder a esta representativa plaza es como entrar en un remanso de paz y de tranquilidad roto solo por la hermosura renacentista de Andrés de Vandelvira. Sólo así se puede aspirar a Patrimonio Mundial de la Humanidad. Aplausos a quienes tomaron esa valiente decisión aún en tiempos de guerra.