Un empate que deja al Linares sin gloria 0-0


El Linares Deportivo dejó escapar una oportunidad única de ascender a Segunda División B. El conjunto de Antonio José García, “Torres”, empató a cero ante un Socuéllamos al que le bastó la solidez defensiva para arrebatarle a los azulillos el salto de categoría.
Ángel García Cosín, técnico del equipo manchego, planteó el partido a su gusto, con cinco defensas en el sistema de cobertura y fortaleciendo el centro del campo. Esto hizo que el Linares Deportivo, que tan solo necesitaba un gol para darle la vuelta a la eliminatoria y alcanzar la gloria, apenas llegara con peligro en la primera mitad, que fue un querer y no poder por parte de los locales. Los visitantes, a pesar de defender con orden y sin fisuras en su territorio, también se animaron en ataque y dispusieron de alguna que otra ocasión en las botas de Santi Cabeza, mientras que por linarenses el único acercamiento a la portería de Ruiz Caba fue un tímido disparo de Corpas.

22 jun 2014 / 22:00 H.


Los minutos transcurrían, el marcador no se movía y el nerviosismo empezó a apoderarse tanto de los jugadores azulillos como de la grada, que una vez más volvió a llenar hasta la bandera el Estadio de Linarejos. Tanto es así, que el partido quedó anestesiado en el último tramo de la primera parte. El Socuéllamos, que ya dio muestras de ser un equipo compacto en el encuentro de ida, supo controlar los tiempos del partido, como manda en una final, y consumió los minutos hasta el final del primer acto sin pasar apuros.
Así, el choque llegó al descanso sin que los once mil aficionados azulillos pudieran ni siquiera cantar un “uy” en la grada. Quedaban por delante cuarenta y cinco minutos de vértigo, en los que un gol catapultaba a los linarenses hacia la Segunda B.
De hecho, la afición local, a pesar del desarrollo del encuentro, siempre creyó en la victoria y logró contagiar al equipo de Torres, que se transformó en la segunda parte y comenzó a sacar el colmillo. El Socuéllamos no tuvo problema alguna y reculó hasta su hábitat preferido: la defensa. Tanto es así que no tardaron en llegar las primeras ocasiones claras para el Linares Deportivo. El delantero Corbacho llevó el júbilo a la grada de forma momentánea con un gol que el árbitro anuló por fuera de juego. Este hecho, lejos de amilanar a los locales, los incentivó para atacar con más insistencia y cercar la portería de Ruiz Caba.
Torres empezó a mover la pizarra. La entrada de Óscar Ventaja y Vitu dieron más mordiente al ataque azulillo, pero sin la profundidad necesaria para generar peligro. Enfrente, el equipo visitante se mantuvo firme en su esquema de juego, sin conceder espacios ni permitir que la otra entrada de Luque se tradujera en inquietud en su portería. Es más, conforme pasaron los minutos los visitantes se agigantaron sobre el césped, al mismo tiempo que sus aficionados lo hicieron desde la grada. Los ochocientos seguidores desplazados desde Socuéllamos se hicieron notar con sus cánticos desde el fondo sur del Estadio de Linarejos. Faltaba un cuarto de hora y Torres optó por quemar las naves en busca del ansiado gol del triunfo. El entrenador azulillo situó al central Chico como delantero centro para lograr la épica, pero ni esa variante táctica le sirvió al equipo azulillo para refrendar un buen año deportivo con el premio más deseado. El colegiado decretó el final del partido y el Linares se quedó a unos metros la orilla.
Hasta ahí llegó la aventura del Linares Deportivo, que comenzó a mediados de agosto y que se alargó hasta la última eliminatoria de la fase de promoción, en la que el conjunto no pudo superar a un mejor equipo, un Socuéllamos que supo gestionar con frialdad la ventaja de la ida y que apenas dejó fisuras. A partir de ahora es el momento de reflexionar con calma y comenzar a planificar el proyecto deportivo de la próxima temporada, en la que el objetivo será, otra vez, el ascenso de categoría.