Un discurso navideño real cargado de llamadas al consenso

El tradicional mensaje navideño del Rey emitido esta pasada la Nochebuena ha sido objeto de las más dispares reacciones, la mayoría de ellas previsibles, en función del grupo político del que se trate. Desde las filas socialistas y las populares se coincide en lo acertado del mensaje en lo relativo a la llamada al consenso, aunque la mayoría parece hacer oídos sordos. Se valora el llamamiento a la unidad de las fuerzas políticas, comunidades autónomas y agentes sociales, para hacer frente a la coyuntura económica especialmente complicada por la que atraviesa el país. Por encima de estrategias electorales o legítimos intereses de partido, que no partidistas, está el bien común y, en esa línea, desde el PP se ha tendido la mano a la llamada del monarca para colaborar en cuanto sea preciso. Desde su punto de vista, las palabras de Don Juan Carlos están pegadas a la realidad y suponen un diagnóstico acertado de los problemas que acucian hoy en día a los españoles. En el otro lado del análisis, valoraciones como las de IU, que subraya que se ha echado en falta un mayor compromiso con los cuatro millones de parados, entre otras críticas. La cuestión es que la alocución del jefe del Estado no puede ni debe dejar indiferente y el mero hecho de que suscite comentarios es una prueba de su vigencia y su clara necesidad en un marco constitucional. De cualquier forma, más allá de las valoraciones políticas, si algo destaca este año del discurso del monarca no son ya sus palabras o el mensaje que han querido transmitir, sino el hecho realmente histórico de que por primera vez se haya emitido por la televisión pública vasca, ETB. Un asunto que hay que entender como un paso más hacia la  normalidad democrática de la vida social en el País Vasco, en el respeto a las instituciones del Estado, sin más connotaciones o juegos intencionados, frente a la desmedida reacción de algunos nacionalistas.

    26 dic 2009 / 10:20 H.