Un detenido por el “atropello intencionado” a un vecino de Baeza
Un baezano de 43 años fue detenido, ayer, por su relación con el “atropello intencionado” con un tractor a otro varón, también de Baeza, ocurrido, el martes. La Guardia Civil, que es la que instruye las diligencias del caso, imputa al arrestado un delito de lesiones. La Policía Judicial del Cuerpo es la que se ha hecho cargo de las investigaciones de este caso, muy comentado en la ciudad, por lo conocidos de los dos implicados. Tras tomar declaración a la supuesta víctima, de unos 40 años, continuaron las investigaciones sobre lo sucedido en una finca de olivar, entre el Puente del Obispo y Las Escuelas, dos de los anejos baezanos. Una vez escuchado al herido, la Benemérita decidió llamar al sospechoso de haberse puesto al volante de la máquina. Acudió al cuartel del Instituto Armado voluntariamente y allí respondió a las preguntas de los agentes de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil.

Los investigadores, una vez escuchados las dos versiones sobre lo sucedido, visitar el lugar de los hechos y preguntar a posibles testigos, decidieron arrestar al baezano, al que le imputan un delito de lesiones. Según fuentes del Cuerpo, pasó la noche en el calabozo para, a lo largo de la mañana de hoy, ponerlo a disposición de la magistrada del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Baeza. Será la jueza Isabel Nava Lozano, la que decida sobre su situación, después de escuchar su testimonio. Los hechos ocurrieron, sobre las diez de la mañana del martes. En una parcela de olivar coincidieron el actual propietario, que es el “atropellado”, y otro agricultor de la ciudad, que, al parecer, tenía arrendada la tierra. Entre uno y otro se desencadenó una trifulca que subió mucho de tono, tanto que, finalmente, el arrestado, supuestamente, embistió al otro con un tractor. El propietario del olivar sufrió una fractura de clavícula y, según las fuentes consultadas, su estado de salud mejora y ya ha recibido el alta, tras haber sido hospitalizado en el “San Juan de la Cruz” de Úbeda. Las tierras objeto del enfrentamiento fueron embargadas por el banco, por las deudas del propietario, un tercero, también baezano, y compradas en subasta pública por el vecino con el que se encontró el arrendatario de la finca.