Un costoso descenso en los niveles de ocupación hotelera
Los malos augurios turísticos de julio se confirman con el comienzo del mes de agosto. El sector observa con gran preocupación la comparativa con respecto al año pasado de las cifras de ocupación hotelera con reservas garantizadas (las que ya se ha pagado una señal o el importe íntegro). Ni tan siquiera los destinos más potentes para el turista nacional y el escaso mercado extranjero, como son el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas y la ciudades Patrimonio de la Humanidad, Úbeda y Baeza, alcanzan buenos parámetros.
En concreto, y según la Asociación de Alojamientos de Jaén, la caída en el reservas en el conjunto de la provincia es del 20%. El peor registro es el de la capital cuyas reservas sólo llegan al 25%. En este sentido, y según los testimonios recogidos por los hosteleros, la falta de actividades culturales y la dificultad de los accesos por las obras repercuten negativamente. No obstante, y al margen de hechos puntuales, la preocupación política debería dirigirse hacia los destinos que siempre atrajeron a más visitantes. Sin menospreciar la oferta diferenciada de cada municipio o comarca, los mayores esfuerzos deben centrarse en destinos con proyección internacional. No cabe el consabido café para todos y sí volcarse decididamente con lo que realmente aporta beneficio y trabajo. Por este motivo, los problemas con carreteras, infraestructuras o servicios básicos que denuncian cada campaña en el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas tienen que ser una prioridad para las distintas administraciones. Las campañas promocionales tan necesarias para arañar en una oferta tan atomizada y variopinta como la española —y que ya se resiente por la calidad y el precio de otros destinos en el Mediterráneo— deben reforzarse y tener claro las potencialidades reales de lo que mejor tiene la provincia que son sus parques naturales, y el legado monumental de Úbeda y Baeza ligado a la Catedral de Jaén.