Chico y Rita.-Un capricho delicioso
Esta es la historia de un amor 'como no hay otro igual' que empieza en la Cuba de Fulgencio Batista, a finales de la década de los cuarenta, y se extiende hasta la de los ochenta, en la era del comandante Fidel Castro.
Esta es la historia de un amor 'como no hay otro igual' que empieza en la Cuba de Fulgencio Batista, a finales de la década de los cuarenta, y se extiende hasta la de los ochenta, en la era del comandante Fidel Castro. En un club de música de La Habana, un joven prieto, alto, guapo y bien acompañado, descubre a una exuberante mulata, de voz aterciopelada, que, con la sensualidad y el desgarro de Nana Mouskouri, llena la noche cálida de la isla con un Bésame mucho que eriza la piel. Así se conocen Chico y Rita, una explosiva pareja de cine que nace del trabajo creativo de otra de carne y hueso, la que forman el cineasta Fernando Trueba y el diseñador e historietista Javier Mariscal. Un dúo artístico que ha alumbrado una película de animación mágica y deliciosa que suena a bolero y a jazz latino, y sabe a frijoles y a los desencuentros de un amor que va y viene a lo largo de casi cincuenta años.
Pero, aun siendo un elogio de esas pasiones que uno se lleva a la tumba, Chico y Rita es mucho más que una mera película romántica. Con un guión simplemente suficiente y un final apresurado, impresiona el trabajo de animación realizado y los guiños al cine negro de los años cuarenta y cincuenta y al musical, y también las pinceladas críticas contra la dictadura encubierta que surgió de la revolución de 1959 y la vergonzosa segregación entre blancos y afroamericanos que dominó los Estados Unidos hasta ya entrada la década de los sesenta.
Pero, sin duda, lo mejor de Chico y Rita es su excelente banda sonora. Una aproximación magistral e impecable al jazz que emociona a cualquier amante de la música. Gracias al trazado maestro de Mariscal, un apasionado del género, como Trueba, se convierte en demiurgo y resucita a Nat King Cole y a dos celebridades del bebop, como Dizzy Gillespie y Charlie Bird Parker, tocando en Nueva York. Absolutamente soberbio. Todo ello, junto con la intensidad visual que destila una película inspirada en los colores de Cuba, hace de Chico y Rita una cinta única, por más de mil años que pasen.
Por Nuria López Priego
Chico y Rita
Directores: Fernando
Trueba y Javier Mariscal
Protagonistas: Mario Guerra