Un capítulo judicial más en el calvario de la familia de Marta
La maraña del crimen no se desenreda, para desesperación de la familia de Marta del Castillo. Ayer se desarrolló una nueva comparencia y todos esperaban que alguno de los cuatro imputados se desmoronara ante el juez, y dijeran de una vez por todas dónde está el cuerpo de la joven. Pero su anhelo no pudo ser. Los padres siguen sin poder dar sepultura a su hija, una dramática circunstancia que añade sal a la herida y que ha llevado al abogado a solicitar que se añada también el delito de profanación de cadáver.
Después de los intensos rastreos del río Guadalquivir y del vertedero sevillano de Camas, la víctima sigue sin aparecer, dos versiones de los detenidos que resultaron ser falsas. Sí hubo una novedad inesperada, pero que aporta pocos datos relevantes a la investigación. El asesino confeso y principal imputado en este caso, hizo una nueva declaración a petición propia en la que volvió a su versión inicial y confesó que mató a la joven con un cenicero, pero que no la violó y que fue otro de los detenidos, Samuel, el que se encargó de deshacerse del cuerpo. Una estrategia que busca claramente lavares las manos en cuanto al paradero del cadáver. Durante hora y media ha explicado ante el titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Sevilla que mintieron en su día al hablar de agresión sexual para evitar así ser enjuiciados por un jurado popular. Resulta cuanto menos sospechoso que, precisamente ahora que se sabe que será un jurado popular el que se encargue de emitir el veredicto, niegue este extremo.
A ojos de la sociedad resulta incomprensible que, pese a la detención de los presuntos responsables de la muerte, hayan pasado siete meses sin que se puedan encontrar los restos de Marta del Castillo, un hallazgo que aclararía a buen seguro en gran parte este doloroso crimen. Mentiras y contradicciones se suceden en un escenario en el que tampoco se puede hablar de una brillante actuación policial ni judicial.