Un cáncer sin controles ni respuestas en 42 días
Manuel Pérez Rafecas tiene 58 años. Hace siete se le desarrolló un linfoma no Hodgkin, un tipo de cáncer que afecta a las células denominadas como linfocitos, relativas al sistema inmunológico del cuerpo, que sirve de “defensa” del organismo.
Este déficit le provocó, en verano de 2011, una infección por citomegalovirus y estuvo diez días ingresado en situación muy grave, lo que casi le cuesta la vida. Tras recibir tratamiento, el cáncer quedó “en remisión”, es decir, de cierta forma, estuvo controlado. “No molestaba desde 2010”, dice Pérez. No obstante, en marzo, en una revisión rutinaria, existió la posibilidad de que se reprodujera y saltaron las alarmas. Desde entonces estuvo recibiendo quimioterapia y se le efectuaron diversas pruebas tanto en el Hospital Médico-Quirúrgico como en el Hospital Neurotraumatológico de Jaén. Pero la provincia carece, en algunas pruebas, de las tecnologías necesarias. Por ejemplo, la PET (Tomografía por Emisión de Positrones), lo que le obligó a desplazarse hasta Córdoba para realizársela. En el caso de otra prueba, la enteroscopia, los complejos hospitalarios de la capital tampoco disponen de las herramientas necesarias. El obstáculo para Manuel Pérez es que debe hacérsela antes de proseguir con la quimioterapia y desde que el facultativo emitió un informe clínico irrevocable, pasaron 38 días a la espera de que le precisaran alguna información. Concretamente, desde el 26 de agosto: 38 días sin recibir tratamiento y con la incertidumbre de si esta ausencia de contestaciones conllevaría consecuencias negativas para su salud. “Yo no quiero ganar tiempo, lo que quiero es no perderlo”, explica.
Granada y Córdoba eran las opciones que, tras más de un mes de espera, rechazaron realizarle la prueba. “¿Quién ha decidido que yo no me haga las pruebas? Nadie ha dado la cara en la toma de esta decisión. La Consejería de Salud indica que los andaluces tenemos derecho a la libre elección de médico y de centro. ¿Dónde está la libre elección? Esto podría incurrir en denegación de asistencia”, asegura el afectado, que acudió a la Gestoría del Usuario del hospital jiennense para poner una reclamación el pasado viernes porque entiende que no contar con tecnología de la que sí se disponen en otras provincias es “incomprensible e irracional”. “Hay varias cosas del II Plan Integral de Oncología en Andalucía del año 2012 que se han incumplido en Jaén sistemáticamente”, continúa. Después de ello, el lunes le comunicaron que aceptaron su solicitud para realizar la enteroscopia en el Hospital Virgen Macarena de Sevilla para hoy. Finalmente, después de 42 días hasta que le confirmaran que un centro hospitalario aceptaba practicarle una enteroscopia, Manuel Pérez tendrá que recorrer más de 500 kilómetros en un día para una prueba que apenas dura 40 minutos y que no necesita grandes infraestructuras, sino solo “una sonda un poco más larga para llegar a la zona”. “Al parecer, que tenga que hacer este esfuerzo no tiene ninguna importancia para los gestores”, concluye el afectado, quien desea que esta intervención, al menos, arroje claridad a su estado.