Un aviso más con daños físicos
Quien avisa no es traidor y, cuando se le ven las “orejas al lobo”, el temor es más que evidente. Como si de una tradicional reivindicación se tratara, los padres del colegio San José de Calasanz vuelven a alzar sus voces para denunciar el mal estado de los accesos al centro escolar, concretamente a las aulas de Infantil. Sin embargo, a pesar de sus continuas reivindicaciones, la comunidad educativa vuelve a ser testigo de un accidente más con la caída de una madre del centro educativo.
Según informaron a este periódico el secretario local del Partido Andalucista, Juan Miguel Gutiérrez, y la presidenta del Ampa, María Fernández, el pasado sábado una mujer —madre de una alumna del colegio— tropezó mientras paseaba por la zona. Al parecer, no vio el mallazo ni los clavos exteriores que, en reiteradas ocasiones, denunciaron los progenitores. Además de hincarse los hierros en los pies, la víctima perdió el equilibrio y cayó hacia atrás. El resultado fueron los dos pies vendados y algunos puntos en la cabeza, ya que se la golpeó contra el suelo.
Ante el trágico suceso, la representante del Ampa insiste en la urgencia de arreglar este espacio que está entre las dependencias del colegio y la escuela infantil. “Es un peligro, sobre todo, porque son niños de entre tres y cinco años”, manifiesta María Fernández. Aunque reconoce que, a lo largo de la última década, se realizaron algunos arreglos de la zona que colinda con el colegio, concretamente los accesos, la madre reconoce que el problema es que después no se mantienen. “Otra de nuestras reivindicaciones es que con las lluvias se inundan las escaleras y rezuma agua en los accesos”, cuenta María Fernández.
No es el primer incidente que se produce en el colegio, previamente denunciado por el Ampa. Y es que en el curso 2012-13 se cayó una niña y se rompió un brazo. “Se solucionó con una valla porque los padres lo criticaron”, cuenta Fernández, que insiste en que no hay que esperar a que ocurran los accidentes para arreglar los problemas. “Desde el Ayuntamiento quedaron en que se iban a poner en contacto con nosotros. Les consta todo, pues hemos presentado escritos y fotografías del mal estado de la zona”, manifiesta.
Por otra parte, María Fernández destaca otros peligros a los que están expuestos los escolares principalmente: “Hay una tragona que se llena de barro. Antes la limpiaban pero hace tres cursos que no lo hacen. A veces, el agua llega al tobillo. Aqualia lo puede desatascar unas tres veces al curso. Tampoco pedimos tanto”.
Policía. Asegura la representante del Ampa que ni a la entrada ni a la salida del colegio hay agentes de Policía Local que controlen el tráfico. “Desde mediados del curso pasado no acuden y no nos dan explicaciones”, dice Fernández, quien destaca que la situación sigue igual. Mientras, fuentes municipales insisten en que todos los centros cuentan con una patrulla de policía.