Un atípico verano

Comprendo que pueda resultar chocante este título para quienes lean estas líneas tumbados en la playa, a punto de chiringuito, cumpliendo con su rutina estival, pero a mí este verano me viene resultando un tanto extraño.

    05 ago 2011 / 09:06 H.

    Empezando por las temperaturas, porque aunque esto está que arde, ya me dirán si por estas latitudes este no está siendo un verano fresquito. Hemos pasado la raya de Santiago y Santa Ana, los días comienzan a ser más cortos, estamos en las cabañuelas de agosto y aún no nos hemos enterado de la calor. Será también porque este año me toca estar ojo avizor de algunos asuntillos y no tengo vacaciones, lo que hace que siga el ritual acostumbrado de cualquier día del año. Pero, sobre todo, tengo esa sensación extraña porque la situación política y económica de nuestro país no deja de ser excepcional. No acabamos de aterrizar con los nuevos mandamases municipales y autonómicos, que aún no han dejado de seguir haciendo campaña, cuando se nos convoca otra vez a las urnas, lo cual refuerza aún más el estado de permanente proceso electoral. Y ya que estamos metidos en harina, además, vienen de afuera con los empréstitos carísimos y por las nubes. La prima de riesgo, que llaman. Lo que nos faltaba. Entonces observo que esto no pinta bien, que aquí no hay tregua veraniega que valga. Ni los tertulianos han podido ausentarse y siguen con sus monsergas sabelotodo y de todo. Ni Zapatero, que es el que tenía que mandar y no manda, va a poder descansar entre viaje a Mallorca, gabinetes de crisis, Consejos de Ministros y llamadas telefónicas. Y no digamos Rubalcaba, que ha mandando mucho siempre, manda ahora y quiere seguir haciéndolo en el futuro. Este tampoco descansa. Lo veo echando balones fuera, hacia Europa, en esto de la prima y su riesgo. Muy sutil y versátil, como siempre. Se sabe sacudir las pulgas. Rajoy, que quiere mandar cuanto antes, lleva sin descansar mucho tiempo, tanto como la espera del poder. Veremos a ver si le dejan. Aquí ya no manda ni Botín, mandan  otros cuyos rostros desconocemos. Hasta el estelar Obama se halla cabizbajo, pidiendo permiso para pedir dinero. Vaya vuelco que está dando esto. Vaya futuro incierto, sensación de provisionalidad e “ingobernanza”. Y aquí en Andalucía, además, podemos ir de mayo a mayo, y tiro porque me están tocando los... Así es que a mi todo este lío me causa desazón, aunque procuremos ser felices y vivir la vida, como nos aconseja el director de este periódico. Quizás me halle influido por el contexto histórico de la última obra de Pérez-Reverte, El Asedio, que acabo de leer, pero atisbo un vacío, al que seguirá, un “sin darnos cuenta”, un periodo nuevo, del que ojalá podamos ser sus dueños.
    Francisco Moreno es abogado