17 ene 2009 / 23:00 H.
La última comparecencia pública del ministro de Economía, Pedro Solbes, ya no deja margen para la duda. La recesión es real y palpable y se materializará durante todo este año, al menos, con la destrucción de otros 600.000 puestos de trabajo más. Se trata de la cuarta vez que el titular del área revisa sus previsiones y, como las anteriores, ha sido siempre a la baja, en un panorama de crisis y deterioro económico que aumentará de manera peligrosa el déficit público. Se calcula que llegará hasta el 54% del producto interior bruto en el año 2011, tanto que la propia Comisión Europea puede abrir un procedimiento a España por el más que excesivo endeudamiento. Las medidas que se impulsan desde la Administración nacional es obvio que, de momento, no han podido tener el efecto de reactivación que se esperaba. Sin ir más lejos, los bancos y cajas de ahorro aún no han “arrimado el hombro”, como dijo esta semana el Ejecutivo, a la hora de conceder créditos a las familias y a las empresas, una política crediticia que lastra el desarrollo y no contribuye a paliar los graves problemas de liquidez que se presentan tanto a particulares como empresarios. En el caso de la provincia de Jaén se espera que supongan un importante balón de oxígeno tanto el plan de inversión local impulsado desde el Gobierno central como el planteado por la Junta de Andalucía, fundamentados ambos en la creación de empleo rápido con proyectos concretos de obras e intervenciones diversas, pero el efecto en la economía no se palpará a corto plazo. De momento, el panorama es complicado, aunque es fundamental no caer en el pesimismo y confiar en el potencial de recursos de los jiennenses para salir del agujero. Habrá que esperar hasta 2011 para recuperar el ritmo de crecimiento que, a juicio de Solbes, será ya “vigoroso”, siempre y cuando sus previsiones no vuelvan a fallar.