Un actor atípico
Por mi gran afición al teatro durante mi vida tuve oportunidad de ver y conocer personalmente a bastantes de los mejores actores y actrices de la escena española. Desde que era un chaval estuve cerca del desaparecido teatro Cervantes, donde nació mi pasión por el arte interpretativo, que fui cimentando en los teatros Asuán y Darymelia, además de aprovechar las visitas que hacía a Madrid para ir cada noche que allí pasara a uno de los muchos teatros madrileños, en los que los mejores títulos y los mejores actores figuraban en sus carteleras. Lo curioso es que también tuve oportunidad de ver en vivo y en directo al que creo ha sido el peor actor español de todos los tiempos: el valenciano Doroteo Martí. Un actor atípico e insólito que, por esos fenómenos raros de la vida, llenaba los teatros de mujeres a las que hacía llorar sin desconsuelo. Doroteo Martí se hizo popular como actor de seriales especialmente los escritos y dirigidos por Guillermo Sautier Casaseca allá por los años 50 y 60. Cuando no se le veía y sólo se escuchaba su voz a través del receptor ya resultaba exagerado, poniendo un énfasis engolado y caricaturesco a sus frases. Verlo en el escenario ya era insoportable para alguien que realmente gustase del arte de la interpretación. Además, cortaba el diálogo cuando le parecía para dirigirse al público, dejando en blanco a sus compañeros de escena. En una ocasión, se quedó mirando al público y dijo; “Dios mío, esa señora de la tercera fila me recuerda muchísimo a mi madre, mi santa madre que no pudo disfrutar de mis grandes éxitos. Señora ¿me permite que baje para darle un beso?” El público femenino lloraba a moco tendido mientras aplaudía a rabiar el gesto. Luego se dijo que aquello estaba preparado y que la señora cobró bien el beso que le dio el actor. Otra vez, estando clavado en una cruz, mientras interpretaba la muerte de Jesús en su Pasión, en el momento cumbre, antes del postrer suspiro, dirigió la cabeza hacia el patio de butacas y dijo: “No olviden que mañana, como es domingo, tendremos tres funciones”. Y expiró tan pancho. Yo le conocí cuando interpretó —es un decir— en el Cervantes “Ama Rosa”, que había sido un acontecimiento en la radio. Bueno, pues venían camiones llenos de mujeres de los pueblos más cercanos portando incluso pancartas. Cosas raras de la vida.
El Chascarrillo
Con el agua al cuello
—No entiendo, por qué estás tan furioso. —Porque esta situación de crisis aumenta cada día. Cuando más sed tenemos de justicia van y nos suben el agua.
—No entiendo, por qué estás tan furioso. —Porque esta situación de crisis aumenta cada día. Cuando más sed tenemos de justicia van y nos suben el agua.
