Un abrazo verde
Una bandera arropa, en todos los sentidos, y si algo necesita esta tierra es mucho cariño y millones de abrazos, como los de aquellos amorosos teletubbies de las verdes praderas.

La enseña de la provincia, verde también, ya ondea en el ayuntamiento de los ayuntamientos, después de una solemne ceremonia orquestada por la Diputación de Francisco Reyes, (PSOE), como no podía ser de otra manera. Llama la atención que la iniciativa haya salido adelante en una corporación de mayoría socialista, con la manía casi persecutoria que suelen tener en ese partido a la española. Con esa extraña teoría asentada en la izquierda de que quien luce la bandera nacional o presume de ella es que es un fachorro de padre y muy señor mío. No señor. Somos españoles y los colores nuestros son los que son, para lo cual no hay que renegar de nada. Eso tampoco. He ahí los americanos, que la aman con locura, que meten en la cárcel a quien osa mancillarla de cualquier manera. ¿Exagerados? Dicen que en el término medio está la virtud, pero en ciertas cuestiones no valen medias tintas. Hay que poner pasión, más que tibiezas que no conducen a nada y confunden.
Bien es cierto que la de Estados Unidos nació como necesidad de simbolizar la independencia de Gran Bretaña y aquí, de momento, seguimos siendo andaluces y españoles. La comparación es odiosa, pero tenemos bandera nueva. Los 97 ayuntamientos, que se dice pronto, la tienen desde esta semana y cada jiennense que se sienta como tal, que le corra la tierra por las venas, debería interiorizarla como propia. No por decreto ley, sino por convencimiento y orgullo de ser de Jaén.
¿Que no le gusta ese trapo verde, con el escudo de la provincia en medio? Es lo que hay. Tuvo usted un mes para alegar, el mundo mundial pudo presentar lo que quisiera, y no se registró una sola. Ni una. Si no habló nadie entonces, que callen ahora todos para siempre.