Último adiós para los dos pequeños asfixiados por su propia madre
Los pequeños Álvaro y Alejandro, de once y tres años, respectivamente, a los que su madre, Ruth B. V., de treinta y siete, confesó haberlos matado, recibieron el último adiós. Los familiares los velaron, durante toda la noche, en el Tanatorio San José de la capital y, sobre las diez de la mañana, en la capilla del tanatorio, se celebró una íntima ceremonia, en la que estuvieron presentes los más allegados, que acompañaron a Ángel Puertollano, un desconsolado padre.
01 oct 2011 / 10:57 H.
Después, y en dos coches de la funeraria, los cuerpos sin vida de los dos niños fueron trasladados hasta el cementerio San Fernando, donde fueron inhumados.
Silvia Ruiz/Jaén