Ultimátum a la orujera

El Ayuntamiento de Baeza informó ayer que había recibido la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) que desestima el recurso de Oleícola Jaén, en el contencioso que mantiene con la Administración local tras la decisión del Gobierno local de cerrar parcialmente las instalaciones de la fábrica, al entender que no cuentan con los necesarios permisos. El dictamen, con fecha 1 de septiembre, da un plazo de diez días a la compañía para acatar el fallo. Este afecta, en la fábrica de aceites que Oleícola Jaén tiene en el Camino Viejo de Jaén de la ciudad al molino de aceituna, una unidad centrífuga horizontal, otra vertical, transportes y elementos accesorios. También contempla la clausura del almacén destinado al aceite envasado, a la ampliación de la balsa donde se deposita el alperujo, con una capacidad de 16.000 toneladas; a dos equipos de secado de orujo y una deshuesadora; también a una extractora de orujo; siete centrífugas horizontales, una batidora y tres depósitos de aceite, entre otros elementos de la planta.

05 sep 2014 / 10:10 H.


Un portavoz de la empresa baezanana afirmó que, en contra de lo que afirma el Gobierno local baezano, la sentencia no es inapelable y, por lo tanto, está previsto acudir al Tribunal Supremo, por si tiene a bien escuchar las alegaciones de la sociedad. No obstante, el TSJA, en el documento emitido, precisa que no cabe “recurso ordinario alguno”. La intención de buscar amparo en instancias superiores al TSJA hacen que la empresa no desvele qué ocurrirá una vez expire el plazo dado por el tribunal andaluz. Sobre la continuidad de la actividad, Oleícola Jaén deja claro que la actividad actualmente es menor, aunque hace hincapié en su interés por mantener la plantilla.


Detrás de este proceso judicial, que comenzó tras las resoluciones de la Alcaldía de diciembre de 2010 y enero de 2011, están los desencuentros de la empresa y el Ayuntamiento a raíz de los intentos de traslado de la orujera. Las últimas conversaciones entre las dos partes, que se remontan al comienzo del primer mandato del socialista Leocadio Marín como alcalde de Baeza, en 2007, saltaron por los aires, al entender el Ayuntamiento que Oleícola Jaén no había cumplido la parte de los acuerdos alcanzados ni había aportado el terreno que necesariamente tenía que buscar, a pesar de haber afirmado que sí estaba en su poder. Posteriormente, hubo acercamientos, como los acuerdos plenarios para facilitar el cambio de ubicación y la promesa de la empresa de instalar un filtro que limite la emisión de humos de la fábrica. Sin embargo, el proceso está actualmente en un punto muerto. Todo comenzó por el interés del equipo de Gobierno de trasladar la orujera fuera de la fachada sur de la ciudad. Al concedérsele a Baeza el título de Patrimonio de la Humanidad, en 2003, la Unesco estableció la necesidad de proteger la fachada sur del casco urbano, donde precisamente, abrió esta aceitera hace ya 32 años.


Para Leocadio Marín, según un comunicado del Ayuntamiento, con rotundidad la sentencia desmonta todas las argumentaciones de Oleícola Jaén, en las que, amparándose, en una autorización de Agricultura daba legalidad a las instalaciones. “Como ha quedado demostrado a lo largo del proceso judicial no contaban con la preceptiva licencia municipal”, sostiene el alcalde en la nota. El máximo responsable municipal deja claro que la sentencia se ejecutará y que las instalaciones afectadas tendrán que dejar de funcionar de forma permanente.