Tuning, coches con mucha personalidad
Pepi Galera
No hay dos iguales. Esa es la clave a la hora de hablar de un vehículo “tuning”. Esta afición no busca otro objetivo que crear coches y motocicletas únicas, que sean un reflejo de la personalidad de sus dueños que, en la mayoría de las ocasiones, invierten cientos de horas y miles de euros en transformarlos. Potentes equipos de sonido, las iluminaciones más inusuales y diseños que hablan de sus gustos son sólo algunas de las formas en las que el tuning se deja ver por las calles, pero la personalización de un vehículo abarca diferentes campos, desde la mejora de sus prestaciones, con cambios en la suspensión, frenos o motor; la definición de un nuevo estilo, a través de la carrocería, las llantas o la tapicería, y las modificaciones del sistema de audio y la electrónica, que engloba todo lo relacionado con el sonido, el multimedia o los sistemas de navegación.

No hay dos iguales. Esa es la clave a la hora de hablar de un vehículo “tuning”. Esta afición no busca otro objetivo que crear coches y motocicletas únicas, que sean un reflejo de la personalidad de sus dueños que, en la mayoría de las ocasiones, invierten cientos de horas y miles de euros en transformarlos. Potentes equipos de sonido, las iluminaciones más inusuales y diseños que hablan de sus gustos son sólo algunas de las formas en las que el tuning se deja ver por las calles, pero la personalización de un vehículo abarca diferentes campos, desde la mejora de sus prestaciones, con cambios en la suspensión, frenos o motor; la definición de un nuevo estilo, a través de la carrocería, las llantas o la tapicería, y las modificaciones del sistema de audio y la electrónica, que engloba todo lo relacionado con el sonido, el multimedia o los sistemas de navegación.
Todo lo que sea necesario por crear piezas únicas y muy personales. “Mucha gente, cuando ve un coche tuneado pasar, piensa: Ahí va un loco. Esa imagen queremos desterrarla, ya que somos lo s primeros interesados en la seguridad, por mantener nuestros coches intactos”, afirma uno de los cientos de aficionados jiennenses.
En la provincia, un amplio grupo de apasionados por el mundo del motor luce en sus vehículos algunas vistosas tendencias en tuning. Los hay de todos los niveles; desde los que cambian los equipos de sonido o las llantas, hasta los que convierten sus coches en verdaderas obras de arte sobre ruedas. Para muchos el tuning significa incluso un estilo de vida. Muchos fines de semana se reúnen en concentraciones que se celebran en diferentes municipios para exhibir las novedades en sus vehículos y conocerse entre ellos. “En la ciudad de Jaén, no se suelen hacer. Este año había una prevista para celebrarse en este mes, pero se anuló”, afirma un aficionado. En estas concentraciones, además, compiten en diferentes categorías como los mejor pintados o los mejores maleteros. En este mundillo, en Jaén, nació una interesante propuesta de la mano de tres aficionados. Crearon una revista trimestral, “+Q Tuning”, que como reza en su cabecera está hecha “por tuneros, para tuneros”. Ya van por el cuarto número y están a la espera de patrocinadores para el próximo. En la publicación, hay entrevistas y reportajes de aficionados de dentro de la provincia y fuera en los que enseñan orgullosos sus vehículos.
Por otro lado, esta es una afición que resulta cara y que da bastantes quebraderos de cabeza. Cuando tienen una idea, para llevarla a la práctica, deben estudiar qué piezas y materiales serán necesarios, por lo que empiezan a buscar la forma en la que les salga más barato. Así, tienen que acudir a sus talleres de confianza e, incluso, ponerse ellos mismos manos a la obra, para que la transformación sea lo más artesanal y barata posible. Y es que “tunear” un coche no tiene un límite económico. “Se le puede echar, lo que se quiera”, afirma un aficionado. Pero, si se quiere establecer una aproximación, tunear un coche cuesta aproximadamente unos 3.000 euros como mínimo. Los cambios realizados pueden ir desde el equipo de música, a los alerones, neumáticos, asientos o el motor; aunque hay que tener en cuenta que, si se desea poder circular con el coche, todos los elementos deben estar debidamente homologados para superar la Inspección Técnica de Vehículos (ITV). Aquí es dónde llegan los otros quebraderos de cabeza. En primer lugar deben buscar un ingeniero que les haga un proyecto técnico, para que después sea aprobado. Con este en la mano, deberán pasar la ITV. “En el proyecto se comprueba de que con los cambios incluidos el coche es seguro para circular. Pero, en este caso, es cuestión también de dinero. Pagando se puede hacer casi lo que se quiera con el coche”, explica un aficionado. El otro muro con el que se encuentran es encontrar una aseguradora que los acepte dentro de su cartera de clientes y, si lo hacen, las tarifas se multiplican a cifras astronómicas. Por esta razón, ya incluso están surgiendo compañías que tienes seguros especiales para los conductores de vehículos tuning.